capítulo 17

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Los días habían pasado más rápido de lo que Touya imaginó. De pronto ya era sábado, el día que el pelinegro se marcharía de regreso a Lincon.

Su abuela se había marchado el día anterior. La mujer les había llevado a Shibuya de paseo, luego fueron al cine, jugaron cartas y luego parchís, cenaron pizza en el sillón con un maratón de películas de Halloween y por último se sacaron una foto todos juntos (aunque sin Enji, quien fue el que tomó la foto).

El omega dobló su sudadera con cuidado y la puso dentro de su maleta. El sol apenas salía, debían ser quizá cuatro o cinco de la mañana.

Su madre iría a cenar, aún faltaban horas para aquello, pero Touya quería estar lo más lejos posible cuando la "familia se reuniera".

Con manos húmedas y una presión en la garganta y estómago cerró la maleta. Una vez teniendo todo listo soltó un pequeño suspiro.

Su celular el cual se encontraba sobre su cama vibró fuertemente y la pantalla se iluminó.

Touya lo tomó y leyó el nombre de aquel mensaje; "Noelle"

Lo abrió y comenzó a leer aquel simple mensaje con grandes faltas ortográficas.

"Ven dras bara ir pedir dulses ?"

El mensaje tenía adjuntada una foto de Mika, la cuál el pelinegro dedujo había tomado ella misma pues estaba tan cerca de la cámara que únicamente se apreciaba su cabello, frente y ojos.

Sonrió ligeramente y contestó con un simple "si"

El mensaje fue leído casi al instante, seguido de un emoji sonriendo.

—¿Te marchas tan pronto?

La suave voz de su hermana lo hizo girar hacia la puerta, donde se encontraba una despeinada y en pijama Fuyumi.

Su cabello corto iba en todas direcciones, su pijama rosa pastel estaba desarreglada y llevaba unos calcetines-pantufla de un color púrpura intenso.

Touya pudo recordar una adormilada y pequeña Fuyumi de seis años en el marco de su puerta.

"Mamá está llorando otra vez"

Decidió apartar la vista—y con suerte sus pensamientos—antes de asentir despacio.

—Touya...—ella entró a su habitación y se sentó en una esquina de la cama—hoy papá tiene una fiesta de negocios, se reunirán varios empresarios, escritores y ceos de editoriales, puede llevar a más personas y estaba pen-

—Que bien—interrumpió el mayor, aún dándole la espalda—que se diviertan en la aburrida fiesta.

—Dabi—lo llamó con desánimo.

Touya se quejó.

Dabi era el apodo que se tenían desde niños. Cuando las cosas aún no se oscurecían lo suficiente y ellos podían jugar un par de veces a la semana, su juego favorito trataba sobre Natsuo siendo "Nat el caballero" "Umi la princesa" y "Dabi" el malvado hechicero.

Aunque desde los nueve años que dejaron aquel juego.

—¿Qué, Umi?—preguntó girandose a mirarla

—Puede ser incluso una buena oportunidad para ti, para conocer un futuro socio o jefe o...

—Ya me haré cargo de mi propio futuro más adelante, Fuyumi.—contestó con cansancio antes de tallarse la cara con las manos.

—La fiesta empieza a las siete de la noche, puedes ir un par de horas y...

—No. No iré a esa fiesta y esa es mi última palabra.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2022 ⏰

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