capítulo 07

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—¿Nueva bufanda? —Lalisa preguntó, mientras sostenía una bufanda gris con un diseño en esta.

Jungkook observó la prenda que sostenía su novia, sabiendo muy bien que no era suya. Su mente estaba en blanco mientras intentaba pensar en algo que decirle.

—No realmente... Solo lo encontré en la parte trasera de mi closet —murmuró, suspirando silenciosamente y esperando que Lalisa le creyera.

—Oh, esto no parece ser tu estilo —inspeccionó la bufanda—. Tal vez deberías dejarme usarla, es muy linda.

El castaño se paró de su sofá y caminó directamente hacia Lalisa, tomando la bufanda rápidamente lejos de sus manos. Esta le miró sorprendida sin esperar que Jungkook hiciera aquello.

—Lo siento, pero... es especial. La pondré en otro lugar —Jungkook caminó hacia su habitación, sin darle una segunda mirada a Lalisa.

Cerró la puerta tras él y delicadamente dejó la bufanda en su cama. La miró intensamente, como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

Suspiró después de un momento, sentándose en la cama y tomando esta entre sus manos. No sabía cómo describirlo pero sentía a Jimin. Su presencia, su vibra. ¿Cómo podía explicarlo con palabras? Lo llevaba a cierta comodidad que Jimin le brindara, a pesar de que este no estaba ahí.

Ni pirici sir ti istili —Jungkook imitó a Lalisa juguetonamente, mientras se paraba frente su armario y guardaba la bufanda. Decidió devolversela a Jimin. No le sorprendía haberse olvidado de ello, pues la había traído a casa enrollada en su cuello sin siquiera haberlo notado.

Jimin la había enrollado en su cuello cuando caminaban fuera del parque la noche anterior. Estaban jugando, empujándose entre ambos mientras reían y bromeaban. Jungkook de un momento a otro empezó a temblar y el rubio lo había notado. Sin pensarlo dos veces ya se había quitado la bufanda para enrollarla dulcemente en el cuello del castaño.

Recuerda haberle costado mucho el no tomar a Jimin de las caderas y besarlo intensamente en sus hermosos labios.

Cuando el castaño salió de su habitación, encontró a Lalisa en el sofá pasando los canales mientras pasaba una fresca capa de esmalte transparente sobre sus ya pintadas uñas. Jungkook inhaló el olor que este emanaba, disgustandole al instante.

—Lili, ya te he dicho que el olor del esmalte me da dolor de cabeza —el castaño anunció, caminando hacia su lado del sofá y sentándose. Tomó su computadora portátil y la colocó en su regazo.

—Lo sé, solo pensé que estarías en tu habitación durante más tiempo —contestó sin molestarse en mirar a Jungkook, continuando con sus uñas.

El castaño rodó los ojos y negó, volviéndose hacia la computadora donde leía sus correos.

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—¿A qué hora llegaste la noche anterior? —Jimin preguntó mientras colocaba un vaso con agua en la mesa, la cual estaba al lado del sofá donde el de hebras violetas se encontraba sentado.

—No lo sé —Seokjin gruñó—. Solo recuerdo haber llegado sintiéndome hecho polvo.

El rubio soltó una risita. —Bueno, tú querías irte de fiesta.

lápiz labial 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora