lápiz labial 丼 kookmin.

capítulo 11

El sol se había puesto y la noche se levantó. Todo parecía tan tranquilo, especialmente desde la azotea de un edificio muy alto.

Fue casi perfecto.

Hasta que se escuchó el ruido de los tacones en los pisos de mármol del vestíbulo.

Lalisa se quitó el sombrero y guardó su teléfono en su bolso. Ella caminó hacia el vestíbulo, donde miró a la chica familiar que trabajaba en la recepción. Ella nunca se molestó en aprender su nombre porque no tenía sentido; el nombre de la chica no le importaba e interesaba en absoluto.

—¿Está Jungkook aquí? —preguntó, mirando alrededor del silencioso vestíbulo. Ella disfrutó la decoración. No podía negar que era linda, aunque sintió que podría ser aún mejor, más elegante.

—Actualmente tiene un visitante. No estoy segura de quién era, pero Jungkook parecía conocerlo bien —declaró la recepcionista. Lalisa tarareó, tocando su barbilla. Ella no quería interrumpir ninguna reunión importante.

—Bien, puedes... —Lalisa se detuvo en seco cuando el ascensor bajó y las puertas se abrieron.

Taehyung regresaba tranquilamente al vestíbulo, viendo a Lalisa y, casi inmediatamente, mirándola mal. No fue una sorpresa que Taehyung la encontrara aquí. También había venido a buscar a su mejor amigo, pero le dijeron que estaba ocupado.

—Está ocupado en este momento y estoy seguro de que no querría tener ninguna... —el pelirrosa echó un vistazo a Lalisa—... ruidosa molestia.

—Tú lo serás —demandó la pelinegra antes de salir del edificio enojada. Le molestaba de sobremanera que Taehyung pudiera irritarla tan fácilmente. Taehyung, por otro lado, se encogió de hombros; no podría importarle menos lo que Lalisa dijera de él.

El pelirrosa también salió del edificio, decepcionado de que su mejor amigo estuviera ocupado. Estaba pensando en que tal vez tener una noche de chicos sería algo agradable para ambos, pero parece que esos planes se pospondrán por el momento.

Sin embargo, Lalisa y Taehyung no tenían una idea de que Jungkook se encontraba de lo más feliz en la parte más alta del edificio acompañado de la persona que más adoraba.

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—Deja de tontear —habló Seokjin, chasqueando los dedos frente a la cara de Jimin. Este se reclinó hacia atrás, el chasquido lo había tomado por sorpresa.

—¿Qué? Oh, lo siento. Solo estaba pensando —explicó Jimin. De pronto pareció reaccionar totalmente y tomó de prisa su desayuno; lo había estado descuidando por quién sabe cuánto tiempo. Para entonces ya estaba un poco frío.

—Usualmente no te sonrojas cuando piensas, Park Jimin —señaló Seokjin.

El rubio miró hacia otro lado, tratando de esconder una sonrisa que lo delatara. Seokjin estaba confundido por el comportamiento de su amigo; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que todo hiciera click en su cabeza. Lentamente se quedó sin aliento cuando la realidad lo golpeó y Jimin continuó comiendo, evitando su mirada.

—Jimin... —sonrió burlonamente, arrastrando el nombre del nombrado—. ¿En quién estás pensando? Seguro esta persona debe ser importante ya que con el solo pensamiento te hace sonrojar de esa manera. ¿Puedo saber quién es? ¿Es alguien que conozco?