capítulo 03

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Jimin estaba dando zancadas mientras salía de Pretty, caminando por las ocupadas y frías calles de Seúl. Sus manos estaban en su largo abrigo y él estaba siendo cuidadoso de no empujar a las personas. Aunque lo que más quería era empujar a todos hacia un lado y que le dejaran el pase libre.

Era alrededor del medio día. Jimin sólo estaba saliendo del trabajo y decidió que ir al café más cercano de Pretty podría ser una buena forma de terminar el día. Mientras hacía su camino hacia lo largo de la calle, repentinamente comenzó a nevar. Jimin rápidamente apresuró el paso, finalmente llegando a los minutos al lindo café.

Cuando entró, la calidez y el olor del café lo golpeó instantáneamente. El café tenía un lindo diseño interior. Las luces estaban débilmente iluminadas y, Dios, todo era demasiado hermoso. Jimin amaba ese lugar con todo su alma. Sin perder más tiempo, se dirigió al mostrador y ordenó sólo café.

Mientras esperaba, sacó su teléfono para echarle un vistazo a las notificaciones. Tenía algunos mensajes de Sana, informándole de algunas cosas sobre el trabajo, y había uno de Seokjin, informándole que iría a su casa más tarde en esta semana.

Jimin bloqueó su teléfono, guardándolo en su bolsillo. El trabajador llamó a su orden y Jimin buscó su café. Una vez que lo tenía, decidió sentarse atrás, donde habían sillones de cuero contra la pared, algunas mesas y sillas.

Tal vez quince minutos después, alguien se sentó frente a él. Jimin estaba ocupado mirando su teléfono, sin embargo, había notado a alguien sentarse desde la esquina de su ojo. Dirigió su vista arriba por simple curiosidad, mas no esperó quedar gratamente impactado al ver quien estaba sentado frente a él. —¿J-Jungkook?

—Así que, ¿tú me recuerdas? —el castaño le regaló una sonrisa de lado. Él honestamente esperaba que Jimin lo recordara. Jungkook aún no sabía que tipo de efecto tenía en él; si era uno bueno o malo. Todo lo que él sabe es que Jimin es un poco tímido y demasiado adorable.

Un tono carmín apareció en las suaves mejillas de Jimin. —Yo... Sí, te recuerdo.

—Lo siento tanto, esto es tan repentino. ¿Te estoy incomodando? Porque puedo irme si tú me lo pides —Jungkook ofreció, listo para levantarse. El rubio sacudió su cabeza e, inconcientemente, colocó su mano en la mesa frente al castaño, en señal de que se quedara.

Jungkook se relajó en su asiento, sonriendole dulcemente a Jimin. El más bajito lentamente se apoyó contra su asiento, envolviendo sus manos sobre su taza de café y mirando hacia la ventana con timidez.

—¿Acabas de salir del trabajo, o estás en descanso? —Jungkook preguntó, queriendo empezar una conversación con el hermoso chico frente a él. Desde la primera vez que vio a Jimin, tenía ese raro —pero fuerte— interés hacia él. Era un poco extraño de describir. Era casi como un crush. Pero ellos eran adultos jóvenes, los crushes eran para pre adolescentes y adolescentes.

Él no lo era.

Jimin miró hacia su taza, dirigiéndole una pequeña sonrisa al de hebras castañas. —Sólo estaba saliendo del trabajo. Mis horas de trabajo han sido reducidas.

—¿Y podría saber a qué se debe?

—Bueno, desde que las vacaciones se acercan, la compañía no quiere hacer trabajar demasiado a sus empleados, por lo tanto, acortan nuestras horas pero siguen pagándonos completo porque nosotros aún tenemos que lidiar con las horas extras en la tienda —Jimin se encontró con los ojos de Jungkook por una vez durante todo el rato. Él escuchó cercanamente a todo. A cómo sus labios se movían, el sonido de su encantadora voz, y cuán responsable Jimin parecía ser con su trabajo.

lápiz labial 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora