Capítulo 14. Comida en casa de papá

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[Stephanie]

Tras la alegre noticia del hospital no tardamos en ir a casa de mipadre, no solo porque ya era tarde sino para dejar a los dos noviossolos, que se lo merecían aunque fuse rodeados de médicos yenfermeros.

-¡Hola! – Saluda mi padre dándome un abrazo antes de tenderlela mano a Liam – Encantado de conocerte Liam, tenía ya ganas

-Igualmente. Tiene una casa bonita.

-Pues lo que encontré cerca del trabajo, en realidad. Pasad,pasad. Estaba terminando de poner la mesa. ¿Quieres vino, Liam?

-No suelo beber alcohol, pero por una copa de vino no creo quehaya problema – Prepara las copas y sirve vino. A mí también,desde que cumplí los 17 me deja probarlo.

-¿Te ayudo con la mesa? – Ofrezco a mi padre.

-Pues ves trayendo la ensalada si quieres. – Tras decir eso fuia la cocina en busca del bol con la ensalada, especialidad de mipadre. No era un especialista en la cocina pero las ensaladas lequedaban perfectas – Espero que te guste la comida, la hice yo. –Tras decir eso va a la cocina a por el plato principal

-Bueno, no eres precisamente un chef, pero seguro que está rico.

-Al menos se intenta.

-Pues ¿a qué esperamos? Empecemos a comer que se enfría lacomida.

-He intentado seguir más o menos lo de la dieta esa que te hadado ahora por hacer. Que la verdad ya se te nota

-No es que me haya dado por hacerla, es que la necesito.

-Haces bien. Si tu la haces yo también. ¿Por qué no?

-Eso es papa, a comer comida sana. Que tanta carne no es buena. –Asiente y reímos. Es verdad que mi padre se cuida menos de lo quedebería, ya que espués de la muerte de mi hermano le dio uninfarto, menos mal que todo quedó en un susto.

-Bueno, y decidme, ¿de qué os conocéis vosotros? – Dice paraempezar un tema de conversación, está claro que el tema principalva a ser Liam. Pero nos mira como si fuésemos algo más que amigos,y en ese aspecto está equivocado.

-Nos conocimos en el parque de al lado del instituto, yo estaballorando y él se paró a ver qué me pasaba. Y nos hicimos amigos –Liam asiente a mi respuesta.

-Yo que me alegro de eso.

-Y... ¿tú qué tal estás?

-Aquí, bien, tranquilo, echándote de menos a ti y a tu madre,aunque no creas. Seguro que ella a mí no. – Dice papá tras dar unpequeño suspiro.

-Pues si te digo la verdad no, no la veo que te eche de menos.Pero yo sí. Es agradable no vivir rodeada de discusiones pero no sé,mamá pasa de mí la mayor parte del tiempo.

-Me lo imaginaba... por eso me fui, esperemos que las cosas searreglen.

-En estas circunstancias lo mejor es dar tiempo y distancia. Quizáluego puedan arreglarse los problemas. Hay veces que lo que senecesita es pensar y estar un poco solo para ello.

-¿Os gusta la comida? – Pregunta mi padre para cambiar de temaa algo más agradable para él obviando, aparentemente, el comentariode Liam. Pero no le importa, ya que es una persona que sabe cuando sedebe parar una conversación, por eso es tan difícil discutir conél.

-Sí, está comestible... no como la mía – Reconoce Liam –Menos mal que como poco en casa, y cuando lo hago la comida me lahace la chica que viene a mi casa a limpiar... – La comidatranscurre animadamente, charlando sobre anécdotas. La mayoría demi padre contando cosas de cuando yo era pequeña y, por supuesto, yomuriéndome de vergüenza. Tras una larga sobremesa le ayudamos recoger y nos despedimos, ya que él tenía tarea que hacer.

-Bueno papá, me alegro de haberte visto.

-Ya podrías venir más. Esta también es tu casa.

-Lo tendré en cuenta. Ahora nos vemos, te dejamos trabajar.

-Pasaoslo bien – Nos despedimos y salimos de casa.

-¿Quieres irte a casa o vamos a dar un paseo? – Pregunta Liam

-Me apetece dar un paseo, es demasiado pronto para volver a casa.

-Pues venga, vamos de paseo.

Esas pequeñas cosas. StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora