Valeria no podía dejar de mirar la casa de la señora Mónica. Ella todavía no la reconocía al mismo tiempo que la miraba mucho porque se parecía mucho a su ahijada. No podía creer que se pareciera mucho. Ni siquiera sospecha que es ella realmente.
-Toma. Estefanía - Dijo dándole el vaso de agua
- Muchas gracias- Respondió ella
La anciana le hacía una pregunta a la muchacha sobre:
- Bueno y dime Estefanía ¿Dónde te gustaría quedarte? Los cuartos son de muy buen tamaño -
- Bueno es que como habrá notado. No tengo nada ni siquiera alguna cama o donde pueda dormir- Respondió Valeria
- Ah bueno pero mira, tengo una habitación amueblada, tiene televisor, una cama y su propio baño; como todos los demás cuartos claro, solo que tiene un costo un poco más elevada. - Respondió la anciana
- ¿Cuál es el costo? - Preguntó Valeria
-Unos dos mil pesos al mes -
- Bueno no hay problema. Puedo quedarme ¿Usted tiene más inquilinos? ¿Qué hay del señor Pablo? ¿Dónde está él? -
- ¿Tú como sabes de él? Bueno mi esposo Pablo ya murió hace un par de años -
-Eh. Pues yo. Intuí eso por el altar que usted tiene ahí - Dijo Valeria señalando un pequeño altar que la señora tenía
- ¿Quiénes son esas personas? -
La señora caminó hacia un altar que tenía junto a la puerta de su casa y tomó algunas imágenes que mantenía en el altar y se las mostró a Valeria:
- Él era mi esposo, Pablo. ella era mi hija Sofía; y ella de aquí era Valeria, la chica que te hablé hace un momento, te dije que se parecía mucho contigo -
Valeria observó la imagen. En ella aparecía una joven Valeria de quince años sonriendo con un vestido de color rojo; parecía estar en su fiesta de quince años la joven y dijo:
- Vaya usted tiene razón, somos muy parecidas ¿y qué pasó con ella? -
Mónica sentándose de nuevo explicó a Valeria:
- Ella murió hace casi diez años. Murió de una manera espantosa. Era una chica muy linda y con un gran futuro, nadie imaginaba que su vida terminaría de esa manera; ella volvía de la escuela, recuerdo que estaba lloviendo, no sabemos como pasó, el caso es que fue atropellada, la atropellaron, se golpeó la cabeza, sufrió muchas fracturas y lamentablemente falleció -
- Señora lo siento mucho parece que usted la quiso mucho -
- La quise bastante, ella era una gran chica, casi todos los días venía a verme, comía aquí conmigo y mi esposo, me contaba muchas cosas, ella tenía ese sueño de ser veterinaria, solamente Dios sabe porque pasan las cosas, Dios la tiene en su reino ahora, sé qué algún día volveremos a vernos - Dijo con un pequeño desaire la señora Mónica
- Tiene usted una bonita manera de pensar señora -
- No todo ha sido tan malo, la hermana de Valeria me viene a visitar en ocasiones, o a veces viene su mamá -
- Debo entender que su mamá de esa chica debió haberle afectado mucho su muerte -
- Uf, fue algo muy traumante para ella, los primeros días y semanas de la muerte de Valeria, la señora no paraba de llorar, no por nada cada fin de semana la familia visita la tumba, la llena de flores, ahora con el tiempo la señora ha aceptado la muerte de la chica, sí, sigue llorando por ella, pero ya no tanto como antes -
- Vaya, no será fácil acercarme a mamá - Pensó Valeria
- Bueno supongo que la podré conocer - Dijo Valeria - Si me quedo aquí -
- A propósito de eso mi niña ¿Quieres el cuarto amueblado? Sobre lo que me preguntaste. Sí, tengo una inquilina pero ella trabaja y llega por las noches. Casi todo el día estoy sola.
- Bueno entonces puedo hacerle compañía mientras - Respondió Valeria
- Aprecio mucho tus palabras ¿Qué te parece si te doy la bienvenida invitándote a comer? - Respondió Mónica
- Muchas gracias señora. - Agradeció Valeria
La señora Mónica preparó un rico mole de puerco y junto a su nueva inquilina comieron juntas. Aunque ya era tarde disfrutaron ambas mujeres una muy buena comida mientras conversaban. Valeria le comentó que venía de una comunidad lejana y su objetivo en esa ciudad era buscar un lugar donde poder trabajar. En este punto ella estaba mintiendo porque su verdadero objetivo era recuperar su vida como lo era antes cuando tenía quince años.
Al terminar de comer Valeria se ofreció a lavar los trastes, con sus manos a la señora le pareció estar viendo magia al ver como la muchacha dejaba muy limpios los trastes. Valeria ya se habìa ganado el cariño de Mónica le parecía que esa chica no tenía malas intenciones, además que podría tener a alguien con quien platicar y convivir. Además que le había agradado mucho como persona:
- Estefanía, quiero hacerte una pregunta ¿A que te dedicabas antes? -
- Pues era una estudiante. Terminé mi carrera en ciencias forenses -
- Forense, eh mira pues está muy bien. Mira pon tus cosas allí y ayúdame a hacer el café, para que cenemos ¿Te gustan los panqueques? - Preguntó la señora Mónica
- Sí. Me encantan - Respondió
- Muy bien entonces hay que darse -
La señora Mónica quería platicar algunas cosas que tenia que platicar con su invitada. Parecía tenerle algo de confianza, le contaba algunas cosas de su vida, de su esposo fallecido. Eso en parte Valeria ya lo sabia pero trataba de ocultarlo para no levantar sospechas de quien era en realidad.
Por la mente de Valeria pasaban muchas cosas distintas, es que ella no tenía lugar a dónde ir, técnicamente sí conocía a personas allí pero no podía acercarse a ellos, las personas decían que era turista o viajera pero ella no lo era a pesar que así lucía.
- Cuanto he extrañado a mi familia - Se dijo ella misma mentalmente
Cuando cenó con la señora Mónica no dijo nada de su situación, ni siquiera se atrevió a decir su verdadero nombre, hasta que había llegado la hora de dormir...
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Después de ayer
Tajemnica / ThrillerHace diez años que Valeria fue atropellada. Sin embargo ella ha regresado a la ciudad para volver con su familia y sus seres queridos.