Capítulo 3

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Luego de esa horrible experiencia, todos habíamos regresado al dormitorio. Muchos lloraban y a otros simplemente parecía no importarles.
No había podido agradecerle al joven por salvarme la vida, porque no nos dieron tiempo de hablar y nos regresaron rápidamente a los dormitorios.
Pero ví que estaba sentado al borde de su cama, lo observé por unos segundos y creo que sintió mi mirada porque alzó la vista, yo le dediqué una sonrisa de lado, y el también me la devolvió pero era una sonrisa muy noble y muy linda, aunque también preocupada. Voltee rápidamente porque me sentí algo apenada, aunque enserio que era una de las sonrisas más bonitas que había visto.

Todos nos quedamos en silencio cuando vimos a los enmascarados entrar de nuevo, el líder nos felicitó por haber pasado el primer juego... Literalmente nos felicitó por no morir. Por cierto, de 456 solo quedamos 201 ¡Menos de la mitad había muerto!
Muchos se empezaron a quejar, y no era para menos, creo que nadie se esperaba que nos teníamos que morir para ganar. Todos se querían ir, pero el enmascarado dijo que eso no era posible, ya que habíamos firmado un acuerdo

Regla número 3! Los juegos pueden terminar, si la mayoría está de acuerdo.- Habló el número 218, era un hombre de unos 40 años y usaba lentes

Obviamente todos empezamos a gritar que eso era verdad, y que probablemente todos accederiamos a irnos. Antes de eso, el de máscara cuadrada apretó el botón de un control, y empezó a bajar una alcancía gigante, que rápidamente se llenó a la mitad con fajos de billetes.
Ahí entendí que por cada persona que moría ellos depositaban dinero. Con eso me bastaba para pagar mis deudas y hasta me sobraba para otras cosas. Pero, no sabía si valía la pena poner mi vida en riesgo por dinero.

-Bien, ahora por orden de abajo hacia arriba van a votar si deciden continuar o terminar los juegos ¡Jugador 456! Empieza.

Era el señor que también había sido salvado junto conmigo, se veía nervioso, y tardó un rato en decidir, pero optó por abandonar los juegos.

-¿Qué elegirás?

Voltee y vi que era el chico de la India.

-Es que no sé que elegir-. Volvió a hablar.

-Amm la verdad no lo sé, no sé si vale la pena arriesgar mi vida por dinero ¿Y si no gano?

-Yo tampoco sé si sea lo correcto seguir, no quiero dejar a mi madre sola, yo soy su única compañía y sustento. Si muero ella no lo soportará, pero también ese dinero no nos caería mal-. El joven bajó la mirada pensando tal vez en que debería hacer.

-Por cierto, muchas gracias-. Dije apenada por agradecerle tarde.- Sin tu ayuda yo hubiera muerto. Eres muy fuerte, ¿cómo es que pudiste con el peso de dos personas?

Él rió un poco con mi comentario

-Ni yo mismo lo sé, fue como un impulso. La verdad ya no quería ver a nadie más morir frente a mí. Aunque si no los hubiera aguantado, los tres ya no estaríamos aquí.

Yo asentí, sabía que todo esto había sido una mala experiencia. Ya no hablamos más porque veíamos como iban votando las personas.
Así fue pasando uno por uno en forma ascendente hasta que le tocó a mí salvador, quien eligió abandonar los juegos. Unas cuentas personas más y fue mi turno, también opté por terminar. De nuevo me puse junto a él y ambos nos sonreímos, esperando a que todo marchara bien.
Por último fue el turno del abuelito quien tenía en número 1. Él tenía la última decisión, pues íbamos empatados 100-100. Tardó un poco en elegir, pero finalmente su voto nos hizo celebrar a la mitad de personas quienes nos queríamos ir.

Muchos de los que se querían quedar pidieron que ellos pudieran continuar los juegos. Pero los enmascarados les dijeron que eso no era posible, pero si algunas vez quisiéramos volver a jugar, se reanudarían.

Inmediatamente los tipos con mascaras de figuras nos escoltaron a dónde estaban nuestras cosas, ahí nos vendaron los ojos, amarrar nuestras manos, pies y quitarnos el uniforme, solamente nos dejaron en ropa interior. Acto seguido nos subieron a las camionetas y nos sacaron de aquel lugar, no sin antes amenazarnos con no hablar durante el trayecto.
Yo estaba muy preocupada, no sabía cuánto tiempo había pasado ni a dónde nos llevaban. Pero de un momento a otro sentí que el auto se detuvo, abrieron la puerta, y sentí como básicamente me aventaban a la carretera.
Pero no era la única, pude oír que otro par de voces masculinas también se quejaban por el golpe.

-Oigan, ¿alguien puede desatarme?-. Pregunté a los otros dos hombres, ya que me empezaba a lastimar la cuerda.

-Es que yo ni siquiera puedo ver.- Habló uno de ellos que sentía que estaba al lado mío.

-Escuchen, cada quien busque la cara de otro, para así quitarnos las vendas.

Empecé a moverme tratando de buscar a alguien, pero al parecer yo era la última, así que ya no había nadie detrás.

-Gracias señor-. Logré escuchar la voz delante de mí.- Ahora espera...

Acto seguido sentí como tocaban mi cabeza, hasta llegar a mis ojos, dónde por fin me quitaron la venda.
Tardé un poco en poder ver bien por la luz que había, pero despacio fui recuperando la vista.

-¿Estás bien?

Alcé un un poco mi vista y era mí salvador. Estábamos algo cerca, sus ojos tenían una mirada noble y brillosa. Bajé un poco la mirada y vi que solo tenía ropa interior, por lo que pude ver su torso. Enserio tenía un color de piel muy lindo a mi parecer.
Pero antes de seguir pensando en idioteces, recordé que yo también estaba en paños menores, así que retrocedí santo un pequeño grito. Mientras el de tez morena se volvía a voltear algo apenado por la situación.

-¿Qué está pasando?-. Preguntó el hombre que aún seguía vendado

-Señor, recuerde que estamos en ropa interior. Dejemos que la chica se vista y luego le quitaré la venda de los ojos.

-¿Y qué? ¿Tu si la quieres ver?-. Dijo el señor.

-No diga eso señor, mejor en lo que ella se viste, yo le quito la venda de los ojos.

Yo estaba ruborizada. No es que tuviera un cuerpo perfecto o algo, pero también era la primera vez que un hombre me veía en ropa interior... Ropa interior con dibujos.
Antes de vestirme obviamente tenía que desatarme, aunque no sabía cómo. A lo lejos vi una piedra de tamaño considerable, así que como pude me arrastré hacia ella y empecé a frotar la cuerda contra la roca. Tardé un poco pero por fin pude soltarme y así cambiarme.

-¡Oye, por qué tardas tanto?-. Preguntó el señor que seguía amarrado.

-No me podía vestir si seguía amarrada. Esperen que ya los suelto, solo déjenme ver con qué.

-Tengo una pequeña navaja de afeitar en el bolso de mi pantalón

-Bah, ¿por qué no me dijo eso antes?-. Rodé los ojos porque me pude haber ahorrado el arrastrarme hacia la roca. Fui hasta el montón de ropa que aún quedaba y vi que había dos pantalones.

-Es el gris.- dijo el señor. Y efectivamente ahí estaba la navaja.

Fui hasta él y corté las cuerdas de sus manos y pies. Luego fui hasta el otro chico e hice los mismo, aunque con él sentía que mi rostro ardía de vergüenza por lo que había pasado antes.
Yo me volteé y esperé a que ellos se cambiaran.

-¿Por qué te volteas si a él ya lo viste? No seas tonta.- pude oír la voz del señor. Desde ese momento empezó a caerme mal.








:V hola raza ya vine de nuevo
Obviamente en ésta historia, Alí bonito no estará casado, así que sustituí a su esposa por su mamá.
Porque pues nosotros somos los protas verda' :v y yo sé que Alí no sería infiel como nuestro ex :'v

Ya me voy :3












Love Game (Squid Game) (Alí)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora