8.Uzumaki

1.8K 256 28
                                    

El hombre dejó que su cuerpo se hundiera, lentamente, en aquel sofá. Con sus ojos vendados, miró alrededor mientras esperaba a los demás por los que estaba en aquella habitación. Había sido llamado por el director Yaga para una reunión urgente dentro de la escuela. Sabía perfectamente a lo que se debía: a la Maldición de Grado Especial que atacó tanto a su ahijado como a la hermana de Megumi, lo que fue realmente extraño hasta cierto punto. ¿Tanto se habían diluido los sellos que Kushina puso sobre su hijo que atrajo a tal maldición? Cuando Naruto fue pequeño, tanto él como su madre, Kushina, sintieron la energía maldita del niño incluso estando lejos de él. No era como la suya, no tan poderosa, pero era como dulce, atrayente para los que supieran sobre energía maldita y como utilizarla. No pasó mucho hasta que las maldiciones estuvieron sobre él.

El profesor soltó un suspiro a la vez que inclinaba el cuerpo hacia el frente, entrelazando las manos bajo su mentón mientras pensaba en ello. Fue Kushina quien puso sobre su hijo un poderoso sello para contener su energía maldita, para alejar a las maldiciones. Incluso él mismo lidió con algunas que Naruto creyó ver, aunque realmente las vio y seguramente estaban registradas en su mente como si hubieran sido un fugaz recuerdo de niñez. Aunque conociendo al muchacho, eso sería poco probable. Lo recordaría y no lo tomaría como un mero recuerdo, si no que lo asociaría a lo que había pasado recientemente.

Tomando el suceso actual, pensó en lo que harían los viejos ahora. ¿Ejecutar al muchacho y perder un valioso hechicero? Todos sintieron la energía maldita de Naruto cuando enfrentó a la maldición o cuando salvó a Tsumiki de ser cortada en mil pedazos o aplastada por aquella energía invisible utilizando su propia mano; mano que no quedó tan mal como él esperó cuando la vio. Según Ieiri, la energía maldita actuó de escudo parcialmente sobre el puño que usó el chico para bloquear aquel ataque, repeliendo así el movimiento de la maldición y salvándose así mismo y a la propia Tsumiki.

Fue una fortuna, tanto para él como para la chica. Si Megumi se puso histérico solo con eso ¿cómo habría actuado si ella hubiera terminado mucho más lastimada? No era algo que él quería pensar ahora mismo ni con lo que lidiar en un futuro cercano. Sería mejor apartarlo y guardarlo en una caja con cadenas y candados.

El profesor vendado movió la cabeza ante el sonido deslizante de la puerta, siendo acompañado poco después del sonido de pasos.

―Satoru.

Gojo Satoru, sentado como estaba, ladeó ligeramente la cabeza cuando aquella voz llegó a sus oídos. Era vieja, cansada, sonaba rasposa como la de un viejo carcamal antiguo. No le costó demasiado saber a quien le pertenecía. Ya la había oído en otras ocasiones, en otras reuniones ya fuera entre escuelas o con los altos mando de Jujutsu.

―Viejo Gakuganji―murmuró el maestro, oyendo la tela rozando el suelo y el crujido del sofá que tenía justo en frente, indicando sin duda que el hombre se había sentado en el mismo―. No esperaba que vinieras hasta aquí. No desde Kyoto, al menos.

Gakuganji Yoshinobu resopló ante el ligero tono burlesco que llenó la voz del maestro de Tokio. Él era viejo, director de la escuela de Kyoto y, a todos los efectos, aun miembro de los altos mandos del mundo de Jujutsu, por lo que el respeto a las tradiciones y las reglas, estaban dentro de su ADN y pocas veces las rompía. De hecho el mismo Satoru jamás lo vio romper una regla, ni siquiera para salvar a un alumno.

―Deja a un lado ese tono, Satoru―el director colocó ambas manos sobre el bastón que usaba. A su lado, una mujer vestida con el tradicional miko, ocupó el lado libre del sofá―. Hemos venido por el caso de la Maldición de Grado Especial que Mei Mei y tú tomasteis justo cuando un...chico estuvo a punto de morir.

―No remolonees, viejo―Satoru echó el cuerpo ahora hacia atrás, borrando toda seriedad de su rostro o palabras―. Sé exactamente que querías llamas al chico "vasija" o caso especial. Si, Uzumaki-kun cuenta con una energía maldita peculiarmente...extraña.

OnmyojiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora