De pie frente a una puerta corredera, el nuevo estudiante del Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio se mantenía a la espera de que su maestro y padrino lo llamara al interior. Hacía una media hora atrás, peleó contra un peluche que se movía con energía maldita y convenció a un duro director y chamán para poder asistir a aquella clase, aunque sabía por Satoru que él estaba obligado a asistir, aunque el director Yaga se hubiera opuesto. Nadie podría remover las decisiones como aquella de los ancianos, ni siquiera Gojo Satoru y era algo que su padrino apuntaló en su mente en el viaje a la escuela para que no hiciera cualquier número. Tal vez Satoru esperaba que actuara como su madre, pero no era tan explosivo como su progenitora.
Había cambiado su ropa casual por el uniforme característico de la escuela: una chaqueta negra y unos pantalones negros. Lo único que destacaba en él, era la capucha naranja oscuro que estaba en su chaqueta y las deportivas naranjas del mismo tono que sustituían los oscuros zapatos del uniforme. Por lo que Yaga le dijo, fue Satoru quien preparó su uniforme durante el último año para cuando asistiera a la escuela con el resto de jóvenes chamanes, que no eran demasiados. Satoru le dijo que actualmente solo había unos cuatro estudiantes de primer año sin contarle a él, con una adición justo antes que él mismo.
Y si era sincero, estaba ansioso por conocer a sus "compañeros". Debía enfatizar aquella palabra, porque no confiaba ciegamente en los chamanes de Tokio. Salvo Satoru y el mismo Yaga, todos los demás estaban dentro de su libreta de personas no confiables, dado a lo acontecido durante su entrenamiento. ¿Cuántos chamanes terminarían siendo pícaros también? ¿Quién movía los hilos detrás de todos los renegados del Jujutsu? Eran preguntas que se hizo durante unos meses, tras el enfrentamiento contra aquellos tipos.
Esperaba que no fueran tras cualquier persona ajena al Jujutsu, como lo era Tsumiki.
Haciendo crujir su cuello un poco, parpadeó cuando la puerta finalmente comenzó a moverse y el rostro de Gojo Satoru apareció por la rendija, mostrando una venda blanca que cubría sus ojos, sustituyendo a la negra con la que le había visto o las gafas de sol que solía usar cuando no estaba tomando la pose de Chamán más Fuerte del mundo.
―Menos mal que no te has movido. ¡Me gusta cuando los estudiantes me escuchan!―el brazo de Satoru se movió y pronto la mano golpeaba la cabeza de su ahijado como si fuera un mero perro. El chico entrecerró los ojos y esperó mientras el mayor se regodeaba―. Ven, ven. ¡Te voy a presentar...a tus geniales compañeros!
Cuando Gojo Satoru movió la puerta de un tirón, Naruto pudo ver a los que eran los actuales estudiantes de primer año de Jujutsu: dos chicos, una chica y...¿un panda? Ante el enorme animal, el adolescente parpadeó varias veces intentando asimilar eso.
―¿Ese es el nuevo estudiante, Gojo-sensei?
Panda se levantó de su asiento y caminó hacia Naruto con pasos pesados, como si fuera un animal que recién había comenzado a caminar bípedamente. El enorme mamífero se cernió sobre el ligeramente más bajo Uzumaki y lo miró intensamente durante varios segundos.
Naruto devolvió la mirada.
―Soy Panda, un panda―se presentó, tomando la mano derecha de Naruto con un férreo agarre. El rubio gimió ligeramente ante el apretón y se mantuvo completamente firme―. ¡Encantado de conocerte!
―Uzumaki Naruto. No soy un panda.
―Bueno, eso ya lo veo―Panda dijo, rascando su nuca con una de sus zarpas, creando un ligero sonido de frote que le pareció extraño al onmyoji; pero no iba a mencionarlos―. Ven, ven, vamos a presentarte a los demás.
Antes de que Naruto pudiera dar cualquier objeción, fue arrastrado al interior de la sala por la fuerza de Panda, su nuevo compañero de estudios. Si bien esperaba cosas extrañas en un mundo lleno de maldiciones, lo que no esperaba ver era un panda parlante y que caminara sobre sus dos patas traseras. ¿Sería una invocación o algo semejante? Sería lo único que estaría bien visto dentro de su libro..
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Onmyoji
FanfictionUn mundo lleno de seres sobrenaturales. Hechiceros que los combaten. Uzumaki Naruto, un simple adolescente más, descubre tras la muerte de su madre que no todo es lo que parece. Con el paso del tiempo, su pasado y su presente se superponen, descubr...