Escupió sangre. Recolocó los huesos de su cuerpo con un brazo, su hombro crují levemente. Levantó el rostro y miró aquel pasillo que su cuerpo formó en aquel bosque, rompiendo rama, arbustos y árboles mismos según avanzaba. Si su espalda no hubiera chocado contra aquel enorme roble, probablemente no se habría detenido hasta terminar en algún claro del bosque y que cayera sobre la misma espalda. Podría tener diversos huesos rotos ahora mismo. Eso era lo más probable y él ni siquiera era un médico, pero con la fuerza que Mei Mei usó sobre él, huesos rotos era lo mínimo que podría sufrir. Por suerte había esquivado la hoja del arma maldita de su maestra, aunque sabía que si ella hubiera querido su cuerpo ahora mismo estaría partido a la mitad.
Tosió. Sangre cayó como un chorro al suelo. Sus pulmones podían estar perforados por los huesos destrozados y sentía la sangre subiendo por su garganta. Usó la mano derecha para ponerse en pie, casi cayendo de nuevo al suelo. Su cabeza estaba nublada por el dolor y un velo le impedía fijar la figura de Mei Mei. Incluso sus oídos parecían embotados, cortando completamente todos sus sentidos menos el del tacto. Aun podía sentir la tierra bajo su mano, fría, húmeda, con la hierba rozando su palma cuando se movió.
Seguir peleando abiertamente sin usar una técnica maldita, sería el final para su maldita vida.
Cuando Gojo Satoru los dejó finalmente, algo que pasó seis meses atrás, Mei Mei cumplió aquello que prometió: su entrenamiento sería un infierno completo. Él creyó que solo tendría que lidiar con un entrenamiento físico sencillo, combates de prácticas y ejercicios prácticos ligados al enfrentamiento y comprensión de las maldiciones y la energía maldita. Jamás estuvo tan equivocado. Claro que tendría que lidiar con maldiciones y con Mei Mei; pero todo sería en su tiempo de supervivencia. El Monte Kurama se había convertido en todo un campo de guerra. Por un lado tenía a las maldiciones, a quienes no podía exterminar sin una técnica maldita, y por otro lado a su maestra contratada, a quien no podía vencer en un enfrentamiento directo hasta que despertara su técnica maldita o pudiera usar la energía maldita en un grado menor. Por ello, estaba completamente jodido. ¡Él era la presa en ambos casos y estaba completamente indefenso! Su cuerpo lleno de cortes, magulladuras y huesos rotos bajo la piel era un claro indicio de su desventaja ante aquellos que lo estaban cazando. Y Mei Mei no lo había dejado de cazar desde el minuto uno. ¿A caso aquella mujer no necesitaba descansar o comer? ¡Porque él apenas podía mantenerse sobre sus pies! Gusanos y esas cosas habían sido su fuente de nutrientes durante aquellos días, y ahora estaba deseando un enorme tazón de ramen.
Un crujido lo alertó. Giró la cabeza y, por inercia, apartó el cuerpo. Abrió los ojos cuando el hacha pasó por su lado, destrozando completamente el árbol que había estado a su espalda.
Derrapó. Frenó. Sintió como una mano se colocaba sobre su nuca.
―Pequeño―sobre su cuello, el aliento de Mei Mei lo hizo erizarse―. Es hora del descanso.
Él se movió. El muchacho movió el brazo y apartó la extremidad de la mujer que lo aferraba. Entró dentro de su zona de confort y disparó un golpe con el brazo derecho. Sintió el antebrazo de la mujer detener su puño y sonrió, mostrando los dientes sangrientos.
―Esto realmente me molesta―Naruto apretó el puño hasta que los nudillos se pusieron blancos. Por más fuerza que había usado, la extremidad de su maestra no cedió ni un solo centímetro, no la pudo hacer retroceder siquiera―. ¡No puedo moverte ni siquiera un poco!
―Oh, cariño~. Ni siquiera podrás en ese estado.
Un estallido de graznidos sonó por el bosque. El chico reaccionó subiendo las manos cuando los pájaros lo atacaron, cubriendo completamente su percepción y cortando su visión completamente, dejándolo indefenso. Por ello no detuvo el puño de Mei Mei cuando se enterró en su estómago, haciéndolo doblarse hacia el frente y escupiendo más sangre.
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Onmyoji
FanficUn mundo lleno de seres sobrenaturales. Hechiceros que los combaten. Uzumaki Naruto, un simple adolescente más, descubre tras la muerte de su madre que no todo es lo que parece. Con el paso del tiempo, su pasado y su presente se superponen, descubr...