Capítulo I

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PERSPECTIVA DE NAHOMI GIL

4 de octubre de 2020

Las horas pasan tan apresurado, no pide permiso, dejan malos momentos y se llevan los buenos recuerdos con el pasar del tiempo. Eran aproximadamente las 3:00 am de la madrugada y sigo despierta, los pensamientos se vuelven constantes, se sienten vacíos.

Debería dormir un poco, en unas horas inician las clases, debo ir a ese lugar, a donde las personas suelen ser hipócritas, sus miradas penetrantes e hirientes, incluso sus palabras silenciadas. Pero el pensamiento tan solo se vuelve mi más íntimo amigo.

Despierto después de haber dormido 2 horas, eran las 5 am de la mañana. Los pequeños rayos del sol hacían magia al entrar por la ventana. Mis parpados pesados e hinchados por el trasnocho, podría enfermar algún día si sigo así, pero ¿Qué podría cambiar? Ni siquiera una buena taza de té podría ser eficaz para conciliar el sueño en la noche.

Me levanté de la cama, fui al baño. Capillo mis dientes, y una vez más unas ligeras gotas de agua frías tocan mi cuerpo caliente y sudoroso. Una vez que  salgo del baño, dejé la ropa que iba a usar sobre la cama. Esta vez vestiría de un pantalón holgado y una camisa de rayas, un poco de maquillaje en mi rostro para tapar las sombras negras de los ojos, lápiz labial rosa, mi cabello rulo suelto, cabello de alambre así como lo describen en el colegio. Unos lentes que no deberían faltar, la vista también falla como la respiración.

Salgo de la habitación, sostengo mi mochila en la espalda, y voy al comedor. Mi madre había preparado café, pan tostado y huevos revueltos. No tenía hambre, así que solo tome 2 rebanadas de pan.

En el camino apresuraba el paso, quedaba un poco lejos el colegio, tanto que debía tomar un sendero, se hacía bastante largo el camino. Mis piernas largas y finas dolían tanto, ya sabía que era insuficiente para este lugar. Además de ser magnífico y hermosamente maravilloso, estaba rodeada de hermosas flores de colores rojas, rosadas, blancas, y una combinación entre las rosadas y las blancas debido a una mutación genética. Era majestuoso caminar tan temprano y el clima no era cálido. Al parecer iba llover.
Y no sé, pero el cielo estaba triste o era yo quien no podía sostenerse.

El camino había terminado, ya solo faltaban 3 cuadras pequeñas, entre unos árboles podría visualizar la silueta de una chica. Me parecía ser tan solitaria como mi persona, movía su melena larga y lisa por todos lados, literalmente podría crear un tornado de emociones a cualquier persona sin darse cuenta.

Me acerqué a ella y le hable:

____ ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡No te había visto por acá!
Esa chica solo permanecía callada, me sentí ignorada.

Iba a seguir mi camino hasta que sentí sus brazos rodearme. Por primera vez, sentía el abrazo de alguien, pero era una desconocida, no sabía quién era y el porqué de la nada surgió un abrazo. Ella me soltó en un libre sollozo.

Desconocida: ¡perdona, estuve entretenida en mis pensamientos! ¿Cómo estás? Mantenía una sonrisa de lado a lado.

____ ¡creo que estoy bien, aunque mi cuerpo este tan cansado! ¿Cómo te llamas? ¡Yo soy Nahomi gil! dije también sonriéndole.

Desconocida: ¡soy Dalila Denver, un placer conocerte! Sonriente ¿vas al colegio? Preguntó.

____ ¡si claro, podemos seguir caminando! ¿Quieres? Le pregunte.

Dalila: ¡por supuesto no queda de otra que caminar! Dijo resignada.

Seguimos caminando durante las 2 cuadras faltantes. El clima se estaba tornando oscuro, estaba hundida en mis pensamientos mirando al cielo. Hasta que Dalila me sacó del trance.

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