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No podía creer que esa revista de espectáculos fuera lo único entretenido que tenía para hacer mientras cumplía su turno de trabajo.

—Amo mi turno nocturno— murmuró sarcástico dando vuelta la página que no mostraba más que celebridades, cosa que en realidad no le interesaba en lo más mínimo.

Sin embargo, no podía quejarse.

Recordó que el asunto de su madre estaba tranquilo, al menos por ahora; Hyunjin no le había mentido cuando le dijo que iba a pagarle bien, incluso más de lo que debería porque en la tarde, después de sus clases, pasó a pagar el tratamiento mensual incluyendo la estadía en el hospital para que controlaran de cerca la salud de ella. Él no estaba mucho en casa por la universidad y el trabajo que le ocupaba toda la madrugada hasta las seis de la mañana, hora que recién llegaba a casa, dormía un par de horas y luego volvía a salir.

Era consciente de que su vida ahora se dividía en estudiar, trabajar y cuidar de su madre, una rutina que antes no tenía pero que ahora estaba obligado a seguir. No le molestaba, sólo que por momentos se sentía exhausto, debía admitir que estaba siendo demasiado incluso para él. Al menos, sabía que ahora ella estaría mejor de lo que estaba antes, y a él no le molestaba dejar casi todo el dinero en el hospital por ella, después de todo, ese asunto con Hwang se debía a su desesperación por querer ayudarla y no tener cómo.

Cerró la revista y la dejó a un lado mientras se acomodaba mejor en su silla, entrelazó los brazos sobre el mostrador y recostó la cabeza sobre ellos mirando las góndolas tan iluminadas como vacías de gente.

Era una tienda de conveniencia abierta las veinticuatro horas, y sí, normalmente hay gente que entra en plena madrugada a comprar lo que sea, pero en realidad le parecía innecesario tener abierto todo el santo día porque ese horario equivalía más a gasto de luz que ventas.

A pesar de eso, Felix necesitaba ese trabajo porque los gastos de la casa y sus estudios no se pagaban solos. No tenía de otra que trabajar sin quejas.
Quizá debía pedirle más dinero a Hyunjin y dejar de trabajar ahí. No era mala idea.

—Oye, ¿piensas cobrarnos o qué?

Cuando alzó la cabeza desorientado, no escondió su sorpresa al ver a Seungmin y al otro chico castaño esperando. Su mirada pasó del pelinegro con expresión ácida, al tal Changbin que lo miraba expectante, incluso con una ligera sonrisa que le provocó bajar un poco la guardia.

— ¿Ustedes? No pensé que comieran algo sólido— comentó extrañado mientras veía lo que llevaban. Apurado por la expresión de Seungmin, les cobró y en un instante ambos se alejaron para ir hasta el microondas y hacer sus sopas como si nada.

Felix los observó extrañado, preguntándose muchas cosas, pero sobre todo el por qué preferían comprar todo y hacerse la comida ahí cuando podían irse a casa.

—Hyunjin nos dijo que viniéramos —respondió entonces Changbin mientras echaba la mitad de su pequeña botella de agua dentro del recipiente.

Seungmin no dijo nada, sólo gruñó por lo bajo de mal humor mientras esperaba a que el microondas terminara de cocinar sus fideos.

—¿Por qué? Además, yo nunca le dije en lo que trabajo— Changbin lo miró y sonrió señalando sus ojos, haciendo entender inmediatamente al azabache que chasqueó la lengua con fastidio —. Dijo que no quería saber nada a menos que yo le diga. De todas formas, no necesito que estén aquí, mejor vuelvan a casa.

—Cállate, no es como si yo quisiera estar aquí— gruñó Seungmin con el recipiente humeante en su mano mientras se acercaba al mostrador sin cambiar su dura expresión. Él realmente lo odiaba, Felix podía casi sentir el odio como si fuera una fría brisa. —¿Tienes palillos?

𝗼𝗯𝘀𝗲𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗰𝗮𝗿𝗺𝗲𝘀𝗶 ━━ hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora