Capítulo 6

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-¡Mira el desastre que has hecho mocosa insolente! -gritó molesta mientras alzaba fuertemente del brazo a la rubia


-L-lo siento -dijo en un hilo de voz- no quise que todo se cayera, lo juro


-¡Eres una inútil! ¡Ni siquiera puedes sostener un maldito plato como una persona normal! -bramó llevando a Adora fuera del comedor bajo la mirada de los demás niños

 

La pequeña rubia trató de seguirle el paso a la mayor mientras esta tiraba de su brazo, tropezando algunas veces y escuchandola gruñir debido a ello

Hace unos momentos, cuando la morena había ido al baño, Adora quiso tratar de llevar ambos platos de comida hacia el basurero para tirar los restos por si sola, terminando por soltarlos a mitad de camino sin poder evitarlo

Ahora sentía miedo, por que sabía lo que le esperaría una vez la puerta de la oficina de la señorita Weaver fuese cerrada, ya que no era la primera vez que tenía un incidente así por su problema de motricidad


Una vez que la mayor estuvo frente a su oficina, abrió la puerta con brusquedad para después lanzar con fuerza a la menor hacia el interior, dejandola tirada en el piso mientras ella iba directo a el armario del lugar sin molestarse en cerrar la puerta

Abrió el armario y tomó lo primero que vio, siendo esto una larga fusta de cuero de color café, con la que anteriores veces había dejado varias marcas sobre el frágil cuerpo de la rubia


-Jamás debí aceptar que te quedaras aquí -gruñó entre diente, acercándose a la menor- ¡Lo único que haces son desastres maldita cría inservible!


Y con ese gritó, siguió un golpe, dando directo en la pequeña espalda de la menor, quien con rapidez cubrió su cabeza y parte de su rostro, aceptando los golpes y sollozando mientras los otros llegaban en fila junto con más insultos por parte de la pelinegra

Luego de unos minutos más así, sintió como un liquido comenzó a escurrir por su espalda, al igual que sentía como esta ya escocia


-¡Basta! -gritaron detrás suyo

 

Y pronto los golpes pararon, dejando que único que quede presente sea la respiración agitada de la mayor, la cual trataba de regularse en lo que la rubia cubría con más intensidad su cabeza, mientras que su cuerpo no dejaba de temblar

Pero pronto la calidez de otro cuerpo llegó a ella, sintiendo como unos pequeños brazos abrazaban su cuerpo con cuidado, buscando protegerlo a como de lugar


-Por favor -suplicó la morena- ya no le haga daño





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-¿Crees que puedas cubrirme en la caja en lo que voy al baño? -preguntó la pelimorada al acercarse hasta la morena

The Ink And The Coffee (Catradora AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora