Capítulo 19

1K 101 254
                                    

Rosas de todos los diversos colores posibles

La armonía que traía el de los pájaros en las bajas ramas de los árboles

Y la luz de nuestro querido sol que acariciaba el verde suelo

Una ráfaga de color cielo llamó su atención, junto con la pureza de una alma a la cual llamaban perdida

Dulce y suave era su pelaje, mientras que ásperas y firmes eran sus garras

El sonido del río golpeando las rocas y la brisa acariciando las hojas era la sinfonía que aceleraba sus corazones al danzar

Bailando al rededor de los pétalos se encontraban, susurrandose promesas de un amor eterno, puro y apasionado

La Bella miró por sobre su hombro, teniendo a la Bestia detrás suyo, sonriendole encantada

Suave era su cabello, y dulces sus labios

Nadie lo sabía, pero aquel rasgado papel al que habían tratado como basura sólo por estar en el suelo, guardaba en sus renglones los párrafos más pasionales y profundos del amor que se hayan leido antes, los cuáles lograban acelerar su corazón de tal modo que sentía sus pies alzarse sobre el mismo suelo

Su roce fue todo lo que le hizo falta a la joven dama para caer a los pies de la Bestia, y sólo una dulce mirada bastó para que la feroz bestia supiera que Bella era a quien amaría durante el resto de su vida

Sonrisas, cantos, danzas sin sentido y tímidas caricias

Gestos que habían logrado robarle suspiros a Bella

Gestos que la hicieron entender que detrás de una feroces garras puede haber un suave pelaje

Gestos, que la cautivaron

La Bestia, había logrado cautivarla

_________________


-¿Qué? -susurró despacio, abriendo poco a poco sus ojos

Parpadeó unas pocas veces hasta que su vista pudo aclararse y ajustarse a la claridad del día que entraba por la ventana, encontrando a su felino amigo dormido sobre su brazo estirado

Extrañada, miró hacia el teño mientras tenía su ceño fruncido, tratando de retener y comprender los pequeños fragmentos del sueño que acababa de tener

-¿Su majestad no piensa moverse? -preguntó sarcástica mirando hacia Melog, quien seguía dormido sin molestarse en prestarle atención

Cuando por fin pudo liberar su brazo, caminó hacia el baño y cerró la puerta detrás suyo, yendo hacia el lavabo para poder admirando su reflejo en el espejo, dándose cuenta de lo desastrosa que lucia por las mañanas, por lo que decidió comenzar con su típica rutina de aseo de inmediato, para así ya poder irse presentable al café

Luego de estar lista, sus ojos volvieron a clavarse en el espejo, llegando a ella otro pequeño fragmento de la noche

-Una ráfaga de color cielo -dijo por lo bajo

The Ink And The Coffee (Catradora AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora