32. Promesas de amor

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Persephone nunca había estado tan molesta con Derek antes. Fuego puro se encendía bajo su piel, privándola del sueño que tanto añoraba tener. Si era sincera, estaba exhausta. El embarazo la drenaba más de lo habitual y no ayudaba en nada que tuviera la preocupación de la presencia de la manada de alfas en Beacon Hills. Ahora, para completar, tenía el peso de asegurarse de dejar a Isaac en un hogar seguro ahora que Derek lo había echado del loft como si no fuera nada.

¿Acaso no recordaba que Isaac era un chico huérfano? El kanima mató a su padre abusivo y su madre llevaba años muerta. El pobre chico no tenía a nadie en el mundo y había encontrado un hogar junto a Derek solo para que él se lo arrebatara por completo. No solo lo echó del loft, sino que también tuvo que asustarlo con sus propios traumas para que se marchara. Isaac le contó sobre la forma en la que Derek le lanzó el vaso del mismo modo en el que su padre lo hacía, detalle que solo hizo que Persephone se sintiera nauseabunda e insegura.

Durante el tiempo que llevaba conociendo a Derek—más de la mitad de su vida—, nunca lo consideró como alguien abusivo. De hecho, puede que fuera lo opuesto. Entonces, si no era alguien con conductas abusivas, ¿por qué demonios tuvo que hurgar en los traumas de Isaac? ¿Por qué se deshizo de él como si fuera un objeto sin importancia del cual podía deshacerse? ¿Por qué dejarlo sin nada cuando sabía que Derek era todo lo que Isaac tenía?

Persephone se removió en la cama por enésima vez, buscando una posición más cómoda con la que pudiera conciliar el sueño. El problema era que las pocas veces que había conseguido sumirse en la inconsciencia, su cerebro producía imágenes de Derek siendo abusivo con su bebé.

Aunque estaba segura de que debía haber una razón importante para eso, Persephone no podía frenar sus emociones contrariadas y el miedo corriendo por sus venas. Todo aumentaba su furia contra Derek y la hacía sentir aún más nauseabunda, por lo que se paró de la cama con su teléfono y se sentó en el suelo del baño en caso de que en serio necesitara vomitar. Sus náuseas matutinas se habían apaciguado, pero su estómago seguía sensible y las imágenes horripilantes que estaban en su cerebro no la ayudaban en lo absoluto.

—Voy a matarlo uno de estos días —masculló para sí misma, desbloqueando el teléfono para distraerse del malestar.

Suspiró con pesadez al darse cuenta de que eran casi las seis de la mañana.

Un mensaje de Scott llegó en ese instante y Persephone no perdió el tiempo, presionando su pulgar derecho sobre la notificación antes de que desapareciera.

Scott 🐩:
Mi madre dijo que estaba bien
y que pueden venir después
de la escuela.

Persephone 👑:
Perfecto. Gracias.

Persephone pensó que la conversación iba a morir ahí, pero su teléfono vibró con otro mensaje.

Scott 🐩:
El mundo se acaba hoy.
¿Acabas de agradecerme?

Rodó los ojos con un toque de irritación, aunque estaba agradecida por la distracción. Incluso si venía de parte de alguien tan bidimensional como Scott McCall. Sin embargo, no era como si tuviera muchas opciones. Su personalidad soberbia la mantenían con pocos amigos, en especial desde que comenzó su relación con Derek y se volvió más huraña. Su círculo amistoso se limitaba a Brooke, Stiles y, aunque sonara penoso, su padre.

Se mordió el interior de la mejilla al darse cuenta de que estaba peor que nunca. ¿En serio estaba considerando a Stiles Stilinski uno de sus amigos cercanos? Dios, estaba perdiendo la cabeza.

Persephone 👑:
Ugh, he estado pasando tanto
tiempo con ustedes que estoy
perdiendo mi toque. Debo ir a
cometer un par de crímenes
para recuperarme.

UNDERWORLD ♛ DEREK HALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora