4.

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Dentro del S.S Kengan.



Una vez, en la lejana juventud de Kazuo Yamashita, él había visto una película en el cine donde mostraron la enorme sala de un barco de lujo. Kazuo se vio dislimbrado por esté, quedando estupefacto por la cantidad de cosas extravagantes que había, hasta las cosas más simples como los vasos o cortinas eran un detalle importante que hacía contraste con el lugar gracias a lo costosas que se veían, las personas pie igual, con un simple vistazo sabías que eran de alta clase, sus relojes y trajes hablaban por ellos. Por su mente sólo cruzó un pensamiento:

-Me gustaría estar en un lugar así.

Pero eso solo se convirtió en una fantasía juvenil de cualquier persona común y corriente que terminaría con un empleo, teniendo que soportar no solo el estrés del trabajo sino que los chillidos de sus jefe por la más mínima cosa. Estos factores lo obligaron a perder la esperanza de poder poner sus pies en un sitio como ese. Sin embargo, todo eso cambió hoy, en está noche. Una vez más, como si fuese ese joven hombre en la sala de cine, con la misma expresión de aquel entonces, veía dislimbrado una sala tan lujosa pero está vez, él se encontraba ahí, anonadado por la magnitud de la atmósfera.

Es justo como se veía en esa película; personas elegantes, decoración costosa, lo tenía absolutamente todo. Era idéntico a esa escena. Al estar absorto en la visión que se le presentaba, no se dio cuenta de que todos los que venían junto con él se separaron. Miró a su alrededor, nervioso.

-¿Eh?, ¿a-a dónde se fueron todos?-cuestionó.

-Se fueron.-respondió Ohma.

-Oh, Ohma, sigues aquí. Y usted también, Sr. Gouki.-dijo.-¿A dónde fueron los demás?

-Rihito se fue a "saludar" a todo el mundo...

-A hacer el tonto mejor dicho.-bromeó Shibukawa.

-Kaede Akiyama y Rin Kushida se fueron a buscar a Nogi.-continuó Ohma.

-Morio y Tsuneda se fueron por ahí. Y los otros andan a sus anchas.-agregó Gouki.

-Oh, ya veo.-musito Kazuo.

-Bueno, tengo hambre. Iré a buscar algo de comer.-dijo Ohma alejándose de ellos.

-¡E-esperá, Ohma!, ¡no me dejes aquí solo!-exclamó Kazuo. Ohma se fue.-Ah, no puede ser.

Entonces, Gouki rodeo su brazo sobre Kazuo.

-¡No te sientas mal, Kazuo!-exclamó, sonriente como siempre.-Solo somos tú y yo ahora. Dos costales de huesos contra el mundo.

-S-supongo.

-Vamos a divertirnos. Sígueme por aquí.-lo jaló.

Mientras estos dos se iban a hacer lo que sea para entretenerse en ese barco, Rihito estaba intentando coquetear con Matsuda Tomoko, la secretaria de Shion Soryuin.

-¡Así que eres la nueva secretaria de Shion!, ¡bien, me llamo Rihito!, ¡es un gusto conocerte!-le estrecho la mano.-¡¿Tienes numero de teléfono?!, ¡¿te gusta este lugar?!, ¡puedo llevarte a muchos otros sitios extravagantes!, ¡eres muy linda y pequeña!

Tomoko daba pasos hacía atrás para evitar que Rihito continuará invadiendo su espacio personal.

-E-eh, bueno, y-yo, si tengo número de teléfono.

-¡¿Enserio?!, ¡¿podrías dármelo?!, ¡te prometo que te escribiré todos los días!

-A-ah, b-bueno... Es qu-

Torneo Kengan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora