Switchers

Capítulo 2

Seguía lloviendo. Después de un buen rato cargué al gato que no puso objeción. Salí de la protección del árbol y la lluvia nos empapo a los dos así que lo acerqué más hacia mí para protegerle. Para mi sorpresa sentí un sentimiento cálido dentro de mí, quería proteger a este gato con mi vida.

Empecé a caminar hacia mi casa, no quería correr porque el gato se me podría caer. Caminé un buen rato y tranquilamente llegué a mi casa.

Saqué la llave de mi pantalón con la mano derecha y con la izquierda sostenía al gato con un poco de dificultad. Metí la llave en la cerradura y abrí la puerta.

- Ya llegué - susurré.

La casa estaba oscura, no había ni una luz encendida, no creo que mi tía estuviera en la casa, dejé con mucho cuidado al gato en el piso y este se sentó y me miró con atención, no parecía asustado. Estaba toda empapada, el pelo se me pegaba a la cara, y la blusa también, el pantalón estaba tan mojado que ya estaba dejando un charco en el piso y pesaba. Pero eso no importaba ahorita.

Me dirigí aun a oscuras hacia la cocina. No era tanta cocina ya que ahí también era el comedor, pero yo le decía así. En la cocina prendí la luz, ya con la iluminación pude ver que el gato, mojado y un poco esponjado, estaba en la entrada de la cocina viéndome. 

La cocina era simple. Una habitación verde donde una mesa de madera se encontraba en medio con sillas también de madera a su alrededor. Atrás había cuatro estantes negros donde se guardaba desde platos hasta algunas especias, y abajo de los estantes se encontraba una barra larga blanca donde estaba el lavaplatos y al lado algunos cubiertos y eso.

Fuí hacia los estantes de arriba, me puse de puntitas y abrí uno donde había algunos alimentos como cereal, latas de comida, etc.

Esperaba encontrar unas sardinas, atún, algo. Podía sentir la mirada del gato por detrás de mí. Hasta atrás vi una pequeña latita de atún. ¡Gracias a Dios!

Agarré un pequeño plato hondo, abrí la lata y lo puse dentro. Me giré para ver al gato, a pesar de que se veía que tenía hambre no se movió de donde estaba.

Este gato va  a ser muy complicado.