Michael estaba sentado nuevamente en el escritorio de madera de su habitación, con una hoja de papel entre las manos. Luke seguía durmiendo, y era probable que siguiera así por un par de horas. Había arrancado esa hoja del viejo libro que había encontrado en esa misma casa hace sólo unos días, pero ahora el libro estaba más limpio, y sin polvo.
Tenía en sus manos la hoja escrita con la información del asesino. Tenía en sus manos la hoja escrita con la información del esposo de Sherlyn.
Tenía en sus manos la hoja escrita con la cual después se guiaría para matarlo.
¿Qué pensará Sherlyn? ¿Me agradecerá? ¿Me odiará? ¿Me mandará a la cárcel?
Esas y otras preguntas más pasaban por su cabeza. Frustrado, tiró el lápiz a la esquina del escritorio y puso una mano en su frente, dudando en lo que haría.
No, no tiene por qué enterarse. —se dijo a sí mismo, negando con la cabeza.
Pero puede verlo en las noticias.
El asesino podría haber sido cualquier persona —murmuró en respuesta, jugando con sus dedos.
Y así siguió él, luchando con sus pensamientos.
Pero todavía no sabía que Luke se había despertado, y que estaba escondido detrás de la puerta, escuchando cada palabra que se decía.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó unos cinco minutos después.
Michael se mantuvo callado por unos segundos, y volvió a hablar.
—¿Qué crees que estoy haciendo? —preguntó abriendo el libro y escondiendo la hoja en él. —Voy a matar a ese idiota.
Luke caminó rápidamente hacia Michael, tratando de impedir que salga de la habitación.
—¿Es una broma, verdad? —preguntó tomándolo del brazo con fuerza. Él suspiró, mientras tomaba el libro en sus manos. —Michael, dime que esto es una maldita broma. —dijo elevando el tono de voz, y agitando su brazo con más brutalidad.
—Suelta mi brazo. —le respondió serio.
—Responde mi pregunta. —contraatacó él.
El morocho giró la cabeza hacia Luke y lo miró por unos segundos. Le sonrió, y volvió a mirar al escritorio. Con un movimiento rápido, logró salir de su agarre, y se encaminó hacia la puerta.
—No puedo dejar que lo hagas. —dijo siguiéndolo. Estaba enloqueciendo, debía detenerlo.
—¿Por qué no debería hacerlo, Luke? —preguntó volteándose a ver a su amigo. —Dime.
La sala se quedó en silencio.
—Tú mismo viste lo que hizo este hombre. Tú viste lo que pasó. Abandonó a su familia, mató a su hija. —empezó, contando con los dedos. —Escapó. Ni siquiera parecía haberse arrepentido de lo que hizo. Ese hombre, Luke, ese hombre —dijo, negando con la cabeza varias veces. —perdió la cabeza.
—Debe haber otra forma... —murmura él.
Michael empezaba a desesperarse.
—¡¿Otra forma de qué, Luke?! Lo siento por él, que venga a pedir disculpas, que venga de rodillas a suplicarme, lo haré de todos modos.
—Michael, estás perdiendo la cabeza. —Se acercó lentamente, con el brazo extendido. —Quizá sólo debas... hmm, asustarlo, y tal vez así deje de hacer tanto daño. —Lo tomó levemente del brazo, tratando de calmarlo. Él gruñó en respuesta.
Suspiró, y continuó hablando.
—No tienes que hacer eso, es estúpido, hay otras formas de calmar la situación, y no son tan... arriesgadas. —sugirió. Le temblaba la voz.
Continuó caminando hacia la puerta, sabiendo que le seguiría el paso. Estaba seguro. Iba a hacerlo, cueste lo que cueste.
—¿Por ejemplo? —preguntó, rodando los ojos.
Luke se quedó pensando por un largo tiempo, a lo que Michael rió.
—Lo sabía. —se burló, sonriendo de lado.
Y salió de la habitación.
—-
Michael metió la mano en su bolsillo, para revisar la descripción de Craig una vez más. Luego, la guardó.
Estaba yendo en su búsqueda.
Era algo arriesgado usar la pistola, debido a que, al tirar del gatillo, no sólo lo harían los gritos, sino que también el disparo causaría terror en los vecinos. Llamarían a los policías, y estos revisarían la casa y lo atraparían. Tenía que hacerlo rápido y escapar lo más rápido posible, sin ser visto.
Se le ocurrió algo.
Rompió un poco de tela de su camisa y la guardó en el mismo bolsillo, junto con la hoja de papel. Aceleró el paso. Era probable que le sirva más tarde. Hace unas semanas había ocurrido todo. Hace unas semanas, Craig había sido atrapado por la policía.
Había.
Por lo que escuchó en las noticias el día anterior, había escapado. Ahora estaba en algún lugar, escondido. Asesino suelto. Y a él no le importaba. A la policía no le importaba, lo que era aún peor. Entonces, si nadie iba a preocuparse, él lo haría. Iba a buscarlo, iba a encontrarlo, e iba a acabar con todo ello.
Estaba ahora caminando por las calles de una ciudad, con las manos aún en los bolsillos y la mirada en el suelo, pensando en su estrategia.
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i am the demon ✧*。 mgc
Romance"La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca."