Capítulo 6

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Fui al baño, lavé mis dientes y cuando tuve el pijama puesto me acosté a dormir, aunque me costó un poco quedarme dormida, pude conciliar el sueño.

Esta vez volví a soñar, solo que esta vez no tenía nada que ver con mi madre, sino con Diego, pues no lo recuerdo del todo, pero sí recuerdo que era sobre el viaje y que las cosas no salían bien, pero asocié esto al nerviosismo que tenía con respecto a este tema, así que decidí no contarle a Diego lo que había sucedido.

Cuando me levanté de la cama me di una ducha rápida y luego de cepillar mis dientes y mi pelo fui a la cocina.

Me encontré a Diego preparándose un café para su desayuno mientras tarareaba una canción que yo desconocía.

-Buenos días. Que linda tu ropa- Digo alegremente burlándome de su pijama de Los Simpson.

-Tú no sabes lo que está a la moda- Me responde mientras camina por la cocina fingiendo que estaba modelando- .Buenos días.

-¡Ya es 28 de octubre!- Digo exagerando un tono de sorpresa y emoción. Diego me mira como si supiera perfectamente lo que estoy por hacer- ¡FELIZ CUMPLEAÑOOOOOOS!- Grito lo más alto que puedo mientras él se acerca a mí riéndose. Saco un papel de tamaño carta decorado que dice "Feliz cumpleaños Diego" que tenía guardado bajo mi ropa y se la extiendo.

-¡GRACIAAAAAAS!- Grita haciéndome carcajear mientras él recibe el papel y lo aprecia con una expresión de felicidad-. Te quedó precioso.

-Eres muy tierno, porque a mí no me gustó, pero ya no quedaban más hojas. Me miró con una expresión de "¿Es enserio?" Pero luego su una sonrisa se dibujó en su semblante.

-Si no te gustó es porque tienes dañada la vista- Dice con sarcasmo mientras se acerca a mí para abrazarme- Gracias.

Ya eran casi las 4 de la tarde cuando Diego me preguntó que quería almorzar. Yo le respondí:

-Tú eres el cumpleañero, así que tú eliges.

-¡Hamburguesa! O sushi, o pollo frito ¡Pizza, mejor pizza!- Comencé a reírme por lo indeciso que podía llegar a ser.- La voy a pedir ahora, tengo mucha hambre.

Un rato después estábamos comiendo una pizza napolitana muy a gusto, pero fue inevitable tocar el tema que debíamos hablar pero tratábamos de evadirlo, solo que él fue el que lo mencionó primero:

-Recuerda hacer tus maletas y no olvidar nada imprescindible.

Asentí y él lo hizo también, creando un ambiente un tanto tenso.

-Salud- Decidí decir para alivianar el ambiente.

-Salud- Respondió él sonriendo y ambos levantamos nuestros vasos de coca-cola para chocarlos.

Al terminar de comer, hablamos un poco más y fuimos cada uno a comenzar nuestras maletas, metí cinco pantalones, cinco poleras y ropa interior suficiente para unos días, aunque en realidad no sabía cuánto debía llevar, pues no sabía que día regresaríamos, pero eso fue lo que consideré necesario.

Cuando hube terminado hice un poco de orden en la habitación y luego me acosté a ver mi celular, pero me quedé dormida.

Volví a soñar.

Tantos sueños no me parecen normales, pero esta vez fue con Jackson, era muy extraño porque él me rogaba que no me fuera, que me quedara con él. Me desperté con un sabor muy agrio en la boca. Un sabor que no me gustó para nada.

Grito de iraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora