2. Petplay

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Tony siempre ha pensado que estar con sus amantes es como tener una mascota y no es cosa fácil, pero tener dos y de diferentes especies...

Tony se detiene un instante antes de teclear el código para abrir la puerta de su casa, ha planeado esto durante mucho tiempo y hoy, por fin se cumplirá su deseo aún cuando el trabajo quiso arruinarle la fantasía.

Es sábado por la madrugada, no quiere hacer ruido y despertar a sus adorables animalitos que con seguridad duermen profundamente. Ha sido una larga semana y sólo piensa en lo mucho que disfrutará su fin de semana al lado de sus mascotas: Steve, su fiel, obediente y cariñoso perro; y Bucky, su huraño, malcriado y salvaje gato.

El click de la puerta alerta a Steve que se levanta de su gran cama para perros y bajar las escaleras velozmente. Durante el trayecto, el collar rojo con azul hace ruido al chocar los broches con la plaquita de identificación que dice "Steve". Steve se siente algo raro actuando como un perro, sobretodo si se toma en cuenta que está desnudo y con la cara pintada con unos bigotes y la punta de la nariz de negro, usando muñequeras y tobilleras forradas de peluche color rubio.

Tony cierra la puerta y choca de espaldas con esta en el momento en que Steve se le lanza encima y comienza a lamerle el rostro mientras se frota repetidas veces contra él meneando la cadera.

—¡Abajo, Steve! —Tony luce extasiado y acaricia las orejas de su perro, esto es más excitante de lo que alguna vez imaginó— ¡Vamos muchacho, abajo!
¡Woff! —Steve se queda en cuatro patas mientras observa a Tony— ¡Woff!
—Sí, campeón, yo también te extrañé —Tony se pone en cuclillas para rascarle el mentón a Steve que sacude una de sus piernas simulando rascarse— ¿Quién es mi perrito favorito?
¡Woff, woff!
—Sí, sí, tú lo eres...

Le da un beso en la frente como recompensa y camina en busca de su gato. Steve, obediente, gatea tras él.

Bucky no puede estar más mortificado vistiendo sólo ese ridículo collar con cascabel en conjunto con la plaquita que dice "Bucky" y las muñequeras y tobilleras forradas de peluche color negro. Está echado en el sofá del estudio, escondiéndose del propio Tony y de Steve. En cuanto la puerta se abre, le da una rápida mirada a Tony antes de ignorarlo.

—¡Pero si aquí está mi minino favorito! —Tony se sienta en el sofá e intenta poner a Bucky sobre sus piernas pero éste sale huyendo del estudio— ¡Vamos Bucky, no te enojes! ¡Anda, ven y te daré tu atún favorito!
¡Woff! —Steve se le trepa encima y comienza a lamer el cuello de Tony— ¡Woff!
.—No Steve, al sillón no.

Un siseo se deja oír desde el marco de la puerta, Tony voltea y es Bucky con el ceño fruncido quien se asoma. Tony sonríe con malicia y juega con las orejas de Steve, ignorando por completo a Bucky.

Steve está concentrado en las caricias que le da Tony que se sobresalta cuando siente un manazo en el hombro. Es Bucky quien le ha dado el zarpazo y quiere reír pero en lugar de eso gimotea lastimeramente.

—¡No Bucky! —Tony regaña a Bucky aunque por dentro está pletórico— ¡Eso no se hace! Gato malo.
Miau.

Tony saca un pequeño jueguete para perro y lo lanza, Steve sabe qué hacer así que baja del sofá y gatea con prisa hacia el juguete para tomarlo con los dientes y simular jugar con él. Bucky aprovecha para situarse frente a Tony, ronronear y comenzar a masajear entre las piernas de su amo sin despegar la mirada de la de Tony.

—Sé que me extrañaste, mi gatito rebelde y travieso —Tony abre un poco las piernas para que Bucky pueda acomodarse mejor y seguir masajeando ese lugar—, pero debes de saber que siempre pienso en ustedes. También te extrañé, Bucky.
Miau —Bucky se siente ridículo comportándose de esa manera pero extrañamente, esto también le excita.

Tony sabe que debe parar a Bucky o si no, esto llegará a su fin muy pronto y no quiere eso así que mientras acaricia a Bucky, lo hace a un lado y se levanta acomodando su erección a la vista de sus mascotas que obedientes le siguen al baño.

—No, no, no —Tony les da pequeñas nalgadas a sus mascotas para hacerlos salir del baño—. Ustedes se quedan afuera mientras yo tomo una ducha. Después cenaremos e iremos a dormir.

Tony cierra la puerta y los ladridos de Steve realmente le están desesperando. Sabe que su precioso perro quiere entrar pero no debe y ríe en el momento en que la puerta comienza a ser rascada.

—¡Basta Steve!

Un quejido se escucha del otro lado de la puerta y todo queda en silencio. Sólo se escucha el sonido del agua caer de la regadera, el tintinear del collar de Bucky y los jadeos de Steve esperando a que su amo salga.

Bucky, como cualquier otro gato inteligente, se las ingenia para abrir la puerta del baño y se planta frente al cancel, Tony no se fija en eso porque está de espaldas a él. Steve, dudando, entra poco a poco al baño pero menando la cadera feliz de ver a su amo otra vez. Disfrutan la gloriosa vista de Tony bañándose, sintiendo cómo sus penes se yerguen duros y en alto.

Tony se siente observado desde hace rato y pega un brinco cuando al girarse se topa con la escena más halagadora que ha visto en la semana: Bucky y Steve con las pupilas dilatadas y las miradas fijas en él, totalmente excitados.

—¿Qué les dije sobre entrar al baño? —Reprocha Tony con el ceño fruncido— ¿Acaso quieren que los castigue? ¡Los voy a dejar en la jaula, eh!

Un ronroneo y un gruñido son las respuestas que obtiene antes de observar cómo sus mascotas se dirigen gateando dentro de la regadera. Tony abre los ojos grandes, tal parece que sus mascotas van a revelarse contra él.

Kinktober 2021 - StuckonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora