8. Piss Play

891 51 1
                                    

Tony ha pasado toda la mañana del viernes montando unas sillas especiales que había ordenado. Son tan pesadas que hacen muy difícil el arrastrarlas, son perfectas porque entonces no harán ruido alguno ni podrán ser cargadas. Tomando la serie de grilletes que ha comprado, las atornilla muy bien a las sillas. Son gruesas y pesadas también, pero el sonido de éstas no le molesta para nada. Sonríe esperando a que sean las cuatro de la tarde para escuchar dos motocicletas entrando al garage principal. Agradece mentalmente a su padre por heredarle el gusto por la ingeniería y demás cuando una pequeña idea nace en su mente.

—Aún no me olvido del dolor horrendo que tuve por días después de regresar de ese maldito entrenamiento —Rezonga Tony mientras termina de acomodar un cojín de terciopelo sobre una de las sillas—. Pero hoy me las pagarán.




Asegurándose de que han tomado suficientes líquidos, los seduce directo a la habitación. Tiene todo preparado.

Tony sonríe encantado por haber hecho el primer paso: desnudarlos y asegurarlos a las sillas. Steve y Bucky tienen pequeñas sonrisitas sin imaginar lo que les ocurrirá.

Sus manos recorren con trémula calma los pechos musculosos, con los dedos abriendo y cerrándose ante el tacto suave de la piel. Los ojos de Tony brillan en cuanto observa los pezones endurecerse. Algo que le encanta es saber que sus hombres disfrutan sus atenciones. Los tiene desnudos en las sillas y no importará cuanto intenten soltarse, no podrán. Eso le hace sonreír más. Steve y Bucky comienzan a dudar de lo que Tony planea, un escalofrío y no de placer les recorre la espina dorsal.

Tony sigue embaucado en pasar sus manos por todos los músculos duros del abdomen, alza una ceja cuando al pasar los dedos cerca de los costados los músculos se contraen y Steve es quien suelta un suspiro. Bucky sólo traga saliva.

Sus antebrazos sienten lo que esperaba: penes erectos. Tony acaricia con más suavidad sobre el camino de vellos que le conducen a lo que sus manos realmente buscan.

—¿Qué planeas hacer? —Pregunta Bucky con la voz un tanto atorada— ¿Por qué nos has esposado?
—Shhh, es sólo una cosita que se me ocurrió. Les gustará.

Steve y Bucky voltean a verse, hay algo en el tono de voz de Tony que les hace sentir un poco incómodos. Sueltan quejidos de sorpresa al mismo tiempo por sentir las manos tibias de Tony sobre sus erecciones. Steve abre las piernas ante el toque de Tony sobre su miembro, frunce la mirada cuando le coloca una liga en el tronco de éste. Es incómodo.

—NI se te ocurra hacerme eso —Advierte Bucky pero Tony lo ignora y acerca la liga— ¡Tony!
—Silencio.





—¡Tony, no! —Bucky lucha con el impulso no sólo de eyacular sino de orinar también, su rostro se contrae de desesperación— ¡No sigas!

La punta de su pene tiene puesta esa dichosa funda para la orina, lo que lo hace sentir mortificado. Es vergonzoso estar en esa posición. No entiende cómo Steve puede no quejarse de esto también. Lloriquea con ganas al sentir los dedos acariciar y cerrarse entorno a la base de su pene, su cuerpo se contrae bañado en sudor. Levanta las caderas buscando que Tony continúe con el movimiento pero a cambio recibe una ligera palmada sobre sus testículos.

—¡Ungh! —Bucky gira la cabeza, ya no soporta las ganas de orinar— ¡Tony por favor! ¡No! ¡Ah!

Esa maldita liga que mantiene apretado el tronco de su pene no le deja aliviarse como quiere. Steve mueve las manos en un vano intento por soltarse, sus caderas suben y bajan disfrutando de la mano de Tony apretando y girando los dedos sobre su pene. Los dedos de sus pies se curvan y sisea con la desesperación en la vejiga. Su cuerpo se contrae y tiembla sin control. La palma de Tony se mueve en círculos sobre la punta rojiza de su miembro. Su nuca se calienta y se muerde los labios, gruñendo desde la garganta, sabe que no soportará más.

—¡Tony, por favor! —Steve suplica con los ojos lagrimeando, quiere lloriquear por sentirse tan frustrado— ¡Libérame! ¡Hazlo! ¡Humpj! ¡AH!

Tony acaricia los testículos de ambos, el semblante de orgullo y la sonrisa triunfante anuncian que los hará sentir lamentables. Aumenta la velocidad y suelta ambos falos cuando alzan las caderas y se retuercen sobre la silla. Las maldiciones provenientes de esas voces temblorosas son dulces gratificaciones para sus oídos y su ego, por supuesto.

—Bien —Habla con tranquilidad—. Les cumpliré su deseíto, creía que soportarían más tiempo pero me equivoqué. Qué lástima.

Bucky con las piernas temblando y la vejiga a punto de explotarle, sólo atina a fulminarlo con la mirada mientras Steve con esos dulces ojitos azules le suplica a Tony que acabe con su tortura. Tony saca dos pequeñas mangas plásticas que coloca sobre los glandes. Ignora las preguntas que le hacen y vuelve al ataque.

Sus manos con lubricante recorren esos troncos gruesos y duros, se relame los labios al ver lo duras y rojas que tienen las puntas. Sin querer sus manos resbalan y aplastan un poco el bajo vientre. Bucky se sacude violentamente antes de soltar un alarido y eyacular. La manga plástica se llena de su semen y la presión hace que se apriete a la punta, Tony no ha dejado de mover la mano hasta lograr que eyacule, su vejiga siente que va a explotar en cualquier momento, la sensación de querer hacer pipi y no poder es horrenda. Su cara es todo dolor e impotencia. No es hasta que Tony deja de masturbarlo que su pene comienza a relajarse y sin controlarlo, se hace pipí. Por suerte, la misma manga es capaz de seguir expandiéndose.

La risita de Tony hace sentir mal a Bucky que solamente puede observarlo con reproche antes de cerrar los ojos y desear que la tierra lo trague.

Steve, por otra parte no deja de gemir y sollozar lastimeramente. Las venas de su cuello se marcan y respira con brusquedad por la boca, siente que su cuerpo arde, sus pies se jalonean contra los grilletes, sus manos se aferran a los brazos de la silla. Mueve la cabeza, no quiere pasar la misma humillación que Bucky pero Tony no se lo permite y le da un apretón fuerte. Steve ya no puede más y echando el cuerpo hacia adelante, se corre entre sacudidas y jadeos.

Pero Steve no eyacula a pesar de llegar al orgasmo, cosa que a Tony le sorprende y le encanta. Su mano continúa acariciando un poco más el flácido pene de Steve hasta que una especie de orina turbia sale disparada dentro de la manga plástica y Tony se maravilla.

—¡Steve! ¡Tuviste un orgasmo seco!

Steve ni siquiera levanta la cabeza, se siente incapaz de ver algo más que no sea el piso. Tiene el rostro colorado por la vergüenza y sólo quiere que Tony lo suelte para acabar con esto de una buena vez.

Tony está satisfecho, su mirada pasa de una entrepierna a otra. Esa era su venganza, estaba contento y no quiere pensar en qué castigo le espera en el futuro. Sólo se lamenta de no haber grabado el momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Kinktober 2021 - StuckonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora