Kinktober 2021 - Stuckony

4. Blindfolded

—Vamos Tony, es una sorpresa —Insiste Steve con una sonrisa—. Si no te vendamos los ojos entonces, ¿de qué sirve que hayamos preparado una sorpresa?
—Anda —Bucky le soba los hombros con suavidad—. Será muy bonito.

Tony, renuente, acepta y se deja poner la venda. La duda lo carcome, ellos ingresaron sin avisar a su oficina. Vestidos con trajes a juego, lo único diferente era el color de las corbatas. Steve tenía una corbata en tono cobalto mientras Bucky una en tono oliva. Las miradas que recibió al salir escoltado por ese par le hicieron caminar aún con más altivez. Orgulloso de lo que poseía y podía presumir.

Pero ahora con los ojos vendados, tirado como un trapo viejo en la parte trasera de un coche ya no piensa que la sorpresa sea tan grata. Sus oídos entran en acción, no logra enterarse de nada, ellos sólo ríen, escucha el coche acelerar y derrapar un par de veces. Tony quisiera arrancarse la venda pero por alguna extraña razón, no lo hace.

—Hemos llegado —La voz de Bucky es gentil—. Espero que estés listo para tu sorpresa.

Steve ríe y Tony siente un cosquilleo en el pecho. El par lo toman de la mano, lo guían con cuidado, evitan que choque con cualquier cosa. Una sensación familiar se posa en él, recuerda el sonido del viejo elevador, del viejo piso de falso mármol, el aroma a madera vieja.

—¿Su antiguo departamento? —Tony pregunta con emoción— ¿Pero qué hacemos aquí?

No recibe respuesta, escucha abrir la puerta con algo de fuerza y de la nada es jalado con impaciencia dentro. El aroma de Steve y Bucky sigue mezclado en el ambiente, como en los inicios de su relación.

—¡Hey! ¡¿Qué creen que hacen?! —Tony pelea con los hombres que sin delicadeza arrancan sus prendas— ¡Esa camisa era Hugo Boss!
—Shhhh —Steve posa un dedo en los labios de Tony antes de darle un beso.

Diez minutos después está sudado, desnudo y chupando un pene que no logra saber de quién es. Su cuerpo es acariciado de manera vulgar, sus pezones están rojos e hinchados. Los han chupado y mordido hasta el aburrimiento. Su respiración se agita al ser abierto de piernas, resopla avergonzado porque no ha tenido tiempo de siquiera tomar una ducha, además todo está en silencio y él no sabe qué sucede. Sus piernas se sienten un tanto acalambradas al mantenerse en aquella posición.

—¿Qué están haciendo? —Se pone alerta cuando escucha tela rozarse— ¿Ste-

Su boca se ve llena por un pene grueso, húmedo y caliente. La lengua de Tony actúa de inmediato, puede sentir las venas marcadas, la punta secretando presemen. Succiona contrayendo las mejillas y un gruñido seco es su recompensa, sus manos buscan aferrarse a la base del miembro que llena su boca. Pega un respingo cuando dos dedos lo invaden en compañía de lo que él sabe, es saliva.

Bucky no puede esperar para poder follarse ese agujero que se contrae, deja chupetones en los muslos de Tony. El que tenga los ojos vendados lo vuelve receptivo, dócil y lascivo. Lo nota al ver cómo le come la polla a Steve y cómo alza el culo buscando su boca. Bucky será el primero en meterla, ese fue el trato con Steve.

Tony es un cóctel de sensaciones, alguien le jode la boca mientras otro le come el culo con ansias. Su boca es experta en chupar pillas así que en el momento en que aquel grueso miembro se endurece aún más, succiona y chupa con fuerza prestando mayor atención en el glande.

Justo cuando Steve eyacula, Bucky lo penetra de golpe y Tony tose porque con el jadeo que soltó, todo aquel caliente esperma le llenó la boca.

Steve adora la cara de Tony manchada con su corrida y mientras lo besa intensamente, ajusta la venda un poco más. Bucky es demasiado imponente, sus embestidas son duras y certeras; masturba a Tony pero no permite que llegue al orgasmo. Siempre que sus paredes anales se contraen, él sale y ríe porque Tony se remueve y solloza.

—Deja que me corra —Tony balbucear entre sus besuqueos con Steve—, Buckaroo.

Steve para los besos, baja de la cama y le da un empujón a Bucky, ya es su turno. Bucky chasquea la lengua molesto pero se hace a un lado, se quita el condón y limpia su miembro para ir directo a follarse la boca grosera y golosa que tiene Tony.

Tony ya no sabe quién le hace qué pero siente el ambiente cargado de deseo, de celos, de rivalidad y él es el premio. Lleva mucho tiempo con ese par pero esta es la primera vez que no logra reconocerlos, no sabe si lo que influye es el lugar, la venda o los sentimientos. Su cuerpo tiembla, hormiguea, quema y tomando las manos más cercanas le guía a que lo toque, a que lo pellizque.

Steve se siente en la total gloria, ése pequeño agujero lo succiona con gula, sabe qué movimiento hacer para lograrlo, roza ese punto especial y Tony se sacude aún con el pene de Bucky entre sus labios. Es en ese momento en que ambos hombres se alejan y observan su obra: Tony perlado en sudor, con una palpitante erección y lo más sorprendente es cuando toma sus piernas para abrirse lo más que puede y dejar a la vista ese palpitante agujero que ruega ser llenado.

Steve y Bucky se miran y asienten. Es Bucky quien endereza a Tony y lo sienta sobre él entretanto Steve se sube a gatas a la cama, lanzando el condón fuera y sonriendo con malicia. Tony se siente acariciado por todos lados, bufa molesto al ser alzado pero se queda sin respiración, intenta hablar pero su voz lo ha abandonado.

Hay dos penes dentro de su culo, siente su piel tensarse y doler, su pecho sube y baja en busca de poder relajarse. Duele.

—Hi... jos de...

Las risas masculinas le causan escalofríos, su agujero lo traiciona al contraerse y su pene se yergue. Un obsceno beso entre los tres da inicio junto con las embestidas y Tony se pierde en un pozo de gozo.

La sensación de ser penetrado por dos hombres es apabullante, es intensa, le hace querer llorar de lo rico y doloroso que se siente. Gimotea en el momento que cuatro manos toman su pene y le hacen llegar al orgasmo. Steve y Bucky se sienten succionados por Tony, dan un par de embestidas más antes de eyacular dentro de él.

Los tres yacen tirados en la cama, Tony boca abajo totalmente dormido y con semen escurriendo de entre sus nalgas.

¿La venda? La venda ha quedado en alguna parte del piso. Steve y Bucky chocan puños.

—Habrá que repetirlo, ¿no?
—Sin duda alguna.