El Recorrido Político de una Mujer Joven

Capítulo 47

Capítulo 47

2 de abril de 1941

Con la rápida capitulación de la República de Francois, una gran cantidad de tropas alemanas que habían sido programadas para ir al frente occidental de repente se quedaron sin un enemigo contra el que luchar. La libertad estratégica resultante nos ofreció una oportunidad única para reorientar nuestra postura estratégica en medio de una guerra. Bueno, esa fue una forma educada de decir que estábamos en una situación que no formaba parte de nuestros planes estratégicos. Por lo general, ese tipo de cosas sucedía cuando un ejército se desmoronaba por completo. En nuestro caso, ni siquiera los planes de preguerra más optimistas habían tenido en cuenta el escenario en el que nos encontrábamos.

Tenía programada una reunión con los líderes de OZEV para el final de la semana. Como no quería parecer una especie de aficionado que dirige una guerra por el asiento de sus pantalones, necesitaba determinar al menos una idea aproximada de las posibilidades estratégicas que teníamos disponibles. En consecuencia, me había apoderado del primer tiempo libre disponible del que disponía el general Lergen y me había invitado a su oficina.

El hombre estaba tan impecablemente vestido como siempre, pero las profundas ojeras debajo de sus ojos contaban la historia de las últimas noches que había estado montando. Además, su oficina generalmente ordenada parecía haber sido golpeada por una especie de tornado de papeleo. Los informes cubiertos con notas escritas a mano estaban esparcidos en la parte superior de un mapa que estaba entrecruzado con anotaciones garabateadas. Incluso vi una portada marcada con un anillo delator de café.

El hecho de que el general Lergen hubiera permitido que incluso el indicio de desperdicio relacionado con la comida permaneciera en su oficina el tiempo suficiente para que yo lo viera sugería que estaba bastante cerca del límite. Con toda probabilidad, era solo su amor inherente por la guerra lo que lo mantenía en marcha.

"Canciller", dijo, apartando los ojos de mala gana del informe que estaba leyendo cuando entré en la habitación.

Asentí con la cabeza a modo de saludo mientras tomaba asiento en la silla frente a su escritorio. Naturalmente, la prensa de los acontecimientos estaba cortando las formalidades hasta la médula.

"General", dije. "Necesitamos discutir dónde tomar la guerra desde aquí".

"Se aprendieron algunas lecciones de la pelea con los Francois", dijo, antes de inclinarse sobre su escritorio para sacar un pequeño paquete de una pila de papeles que no se veían muy diferentes a los demás.

"¿Oh?" Yo pregunté. Aunque tenía la intención de ir directamente a la cuestión de nuestra disposición de fuerzas, confiaba en que el general Lergen no haría perder el tiempo. Además de lo cual, esta podría ser una oportunidad para soltar algo de conocimiento futuro que me había olvidado de poner en práctica.

"Al revisar las grabaciones de la artillería de cohetes que nuestros magos usaron para retrasar el avance inicial", dijo, "aunque los cohetes en sí no eran muy precisos, las espoletas de proximidad eran devastadoras".

La capacidad de los magos para tomar grabaciones de video en sí misma fue una enorme ventaja sobre la tecnología de esta era en mi mundo anterior. En lugar de depender simplemente de los gruñidos de la infantería para informar sobre la efectividad de las armas y tácticas en la línea del frente, los oficiales superiores podían ver lo que había sucedido por sí mismos. Aquí, en lugar de tener que interpretar la idea de algún testigo ocular de lo útil que había sido el cohete, el video podría usarse para hacer un juicio objetivo.

La idea básica de que una mecha de proximidad sería útil en una función de artillería era bastante obvia, aunque tener una demostración práctica ayudó a entender la urgencia. Desafortunadamente, el obstáculo que enfrentamos fue más técnico que cualquier otra cosa.