El Recorrido Político de una Mujer Joven

Capítulo 7

Capítulo 7

El año 1933 fue duro para Germania. Dos años después del final de la gran guerra y un año después de las elecciones que me dieron un pequeño ascenso a la prominencia política, fue también el año en que venció el primer proyecto de ley de reparaciones. El gobierno pagó, por supuesto. No querían ser invadidos. No puedo culparlos. Bueno, en mi corazón no podía culparlos. Los culpé bastante en mis discursos públicos.

El verdadero problema no era solo el hecho de que pagaban, sino la forma en que pagaban. No era como si pudieran simplemente escribir un cheque. Las reparaciones debían pagarse en bienes preciosos y divisas. El gobierno decidió que la mejor manera de comprar esas cosas era imprimiendo una enorme pila de papel moneda nuevo. Por supuesto, esto significó que la economía se vio afectada por una gran sacudida inflacionaria. Gracias a la inflación, los ingresos fiscales del gobierno no pudieron satisfacer sus necesidades de gasto, por lo que la imprenta se encendió una vez más. Naturalmente, esto conduce a una mayor inflación.

La primera iteración de este ciclo tardó cuatro meses en surtir efecto. La marca perdió aproximadamente la mitad de su valor en ese tiempo. Fue un golpe brutal para la economía. Para mí fue una reivindicación de todo lo que había estado diciendo sobre política fiscal, pero era difícil estar demasiado feliz por ello. La peor parte fue que el gobierno se mantuvo firme y no mostró signos de hacer nada más que hacer funcionar las imprentas aún más.

El problema fundamental con lo que estaban haciendo era no reconocer que el papel moneda no tiene ningún valor intrínseco. En otras palabras, imprimir dinero no es en sí mismo un uso productivo de los recursos. El dinero solo vale cuando la gente está dispuesta a darte cosas a cambio, y la sobreimpresión masiva no hizo más que reducir el valor del marco. Es posible que los países obtengan una pequeña ganancia imprimiendo dinero que valga más que las materias primas utilizadas para hacerlo, pero tratar de hacer funcionar un gobierno moderno a partir del señoreaje es como tratar de cubrir un presupuesto familiar recogiendo el cambio del dinero. acera.

No había mucho que pudiera hacer sobre toda esta locura más que condenarla desde el margen. Nuestra encuesta mostró un fuerte aumento en el número de personas preocupadas por la economía, pero no había mucho que pudieran hacer. La coalición gobernante mostró un admirable espíritu de grupo y se mantuvo unida durante la crisis, por lo que aún faltaban más de dos años para las próximas elecciones nacionales. Salvo una revolución armada, lo único que podía hacer la gente era tomar medidas prácticas para protegerse de la inflación.

Algunas de las áreas más rurales estaban comenzando a retirarse a un sistema de trueque. Era práctico, pero también deprimente ver que lo que había sido una economía de mercado de primer nivel se derrumbaba de esa manera. Hice que la fiesta cambiara algunos de sus recursos para que en las zonas más afectadas proporcionáramos comida a los asistentes al mitin. Era correcto tratar de amortiguar el daño causado por la terrible economía. El hecho de que aumentó la asistencia a mis discursos fue un buen efecto secundario.

Las arcas del partido iban bien. Seguíamos viendo un flujo constante de donaciones. De hecho, las cosas incluso mejoraron después de que Elya llevó a Weiss y a sus hijos a un recorrido por las fábricas que evitaban cualquier asociación con nosotros por temor a represalias comunistas. Una vez que los comunistas fueron pisoteados por completo, vimos un marcado aumento en las donaciones.

La cuestión de la construcción del orbe de cálculo también avanzaba sin problemas. Con la economía de la nación deshilachada por los bordes, también fue algo bueno. Una vez que tuvimos una cantidad decente de orbes almacenados, pedí un retiro de trabajo en equipo con los magos aéreos veteranos del grupo en un área remota de los Alpes alemanes.