💌 Prólogo y nota de autora 💌

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Antes de iniciar quiero darles la bienvenida a esta mini aventura que surgió de un momento a otro. Juro que no tenía pensado publicarlo en un momento inmediato peeeeeeeeeero, aquí estamos ❤ Es una historia corta alejada de la temática de la serie, que espero sea de su agrado. Agradezco su compañía, su apoyo y que estén del otro lado, sin duda sin ustedes nada de esto sería posible. 

Aclarar que, los personajes pertenecen a Dick Wolf, y que queda prohibida la copia o adaptación de esta historia sin mi permiso. 

Ahora sí... ¿Arrancamos? ❤

🌈🌈🌈🌈

 Su escritorio era un completo desastre, lleno de hojas y carpetas de trabajo, libros a medio terminar, bollos de papel, pañuelos descartables utilizados, tazas de café vacías y entre todo eso la notebook encendida. Elliot estaba sentado frente a ella suspirando profundamente dejando caer sus lágrimas que ya eran incontenibles. Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había borrado lo que había escrito en un nuevo mail que aún no tenía detallado ni el asunto ni el destinatario. Quiso reír paradójicamente, en su mente sabía a quién irían dirigidas esas palabras cargadas de dolor, de una estúpida esperanza, y de que, todo aquello que escondía en su interior saliera a la luz para que, dejará de doler de una vez por todas.

Aquí no había lugar para hermosos y correctos inicios, no había lugar para formalidades, ni siquiera había lugar para escribir oraciones coherentes, simplemente él se había permitido dejar fluir y que saliera lo que saliera. Tampoco quería releer lo que iba escribiendo, se sentía demasiado idiota en ese momento como para sumar más vergüenza a su cabeza, a su corazón, a su ser.

"Te escribo con la ilusión inútil de recibir una respuesta, una palabra que logre aliviar el dolor que me quema por dentro. Te escribo en medio de lágrimas que demuestran una fragilidad que tú instalaste en mí, te escribo con la leve esperanza de que todo sea como antes, con la esperanza de que vuelvas a mi lado y me hagas el hombre más feliz. Te escribo y me castigo por ello, me siento el hombre más estúpido del mundo por no poder seguir adelante, por no poder ser feliz, por no poder continuar sin ti, por poner en ti todo mi bienestar, mi suerte y mi tranquilidad. Por seguir con la estúpida idea de que tu cuerpo era el complemento perfecto del mío. Por mantener intacto el fuego candente que quema en mi interior y que pide a gritos tu presencia, tus besos, tus abrazos, tus caricias indecentes, tu mirada penetrante que me desnudaba con solo posarse sobre mí, por ser el idiota que aún sueña con hacerte el amor y olvidarlo todo, por aún desear despertar a tu lado y compartir el desayuno como lo hacíamos en la cama. 
Aún mantengo la esperanza de que tendré en la casilla de correo una respuesta tuya, que volverás a encenderme, que volverás simplemente a demostrarme lo que era el amor verdadero. Estúpido de mí ¿Verdad? Y debo confesar que me odio, me odio tanto o más de lo que tú dijiste hacerlo, me odio porque sigo esperándote, me odio por haber construido mi vida en base a la tuya, me odio por aún ser el estúpido juguete que mendiga una atención que no recibe. Me odio por no darme cuenta antes que jugaste conmigo hasta donde se te dio la gana y luego, una vez que no te serví para tus propósitos inútiles me tiraste a la basura dejándome roto, perdido y sin esperanzas. Me odio por amarte tanto, me odio por aún desearte tanto que quema, que me deja sin aliento, tanto que duele."

Después de varios intentos, incalculables borradores de papel que terminaban en la basura y el dolor a flor de piel a causa de una separación injusta Elliot se permitió leer una vez más la carta antes de enviarla, sus dedos dolían a causa de la velocidad que había aplicado para escribir en el teclado de la notebook, y lamentablemente todo lo que sentía se volvía un combo explosivo que no sabía en cuánto tiempo detonaría. Agregó como pudo la dirección del correo electrónico en el destinatario y cerrando sus ojos apretó enviar en medio de un mar de lágrimas incontenibles que nublaban por completo su visión y un dolor que sofocaba sin piedad su alma, sin darse cuenta que todas esas palabras iban al destino menos pensado.

Las palabras cayeron en manos equivocadas, y con su llegada ella le enseñará el verdadero sentido de amar, y le demostrará cuanto pueden tener en común dos desconocidos.  

La carta || Bensler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora