Sus piernas temblaban nerviosamente y su corazón latía a un ritmo más rápido de lo habitual, chequeó la hora más de una vez con la intención de que los minutos pasarán rápidamente, y aprovechando la pantalla de su celular revisó su reflejo, acomodó su corbata más de una vez y con la mirada fija en la puerta de entrada sintió que el corazón iba a salirse del pecho cuando la vio salir del edificio más hermosa que nunca. Olivia llevaba un vestido floreado que le llegaba a las rodillas, unas sandalias básicas y su cabello suelto con algunas ondas y una hermosa sonrisa que combinaba a la perfección.
—Hola. —Lo saludó Olivia una vez que estuvo frente a él, Elliot besó con dulzura los nudillos de la mano femenina y ella le devolvió una sonrisa— ¿Hace mucho estas esperando?
—¿Aquí? No. ¿Esperando por verte? Hace días. —Respondió él con una sonrisa, y ella se ruborizó apenas ante esa confesión, ella también lo había esperado por días— Amo verte ruborizada.
—¡Tonto que eres! —Exclamó Olivia entre risas y tapando su rostro con sus manos escondió aquel rubor que se instalaba en sus mejillas— ¿A dónde iremos? —Preguntó luego de unos segundos volviéndolo a mirar con curiosidad.
—Conozco un lugar muy lindo al que podemos ir a cenar. —Sonrió él invitándola a subir a su auto, Olivia respiró profundo y subiéndose al coche vio como Elliot se sentaba en el lado del conductor— Quizá no era lo que te esperabas, pero no sé, quería hacer algo distinto.
—Si te soy sincera no lo esperaba, pero me gusta mucho la idea. —Afirmó con una sonrisa dulce que contagió a Elliot en cuestión de segundos.
—¡Genial!Elliot arrancó la marcha del auto y el viaje comenzó, la música los acompañaba de fondo y ellos estando en silencio se dedicaban miradas, y tímidas sonrisas que intentaban transmitir todo aquello que sentían por dentro.
—Se siente extraño estar aquí contigo. —Comentó Olivia girando su cabeza para mirarlo y Elliot que se encontraba mirado hacía al frente frunció el ceño— ¿No lo crees?
—Sí, pero era lo que más deseaba, deseaba volver a verte.
—Pensé que te habías olvidado de mí.
—Y yo creí lo mismo de ti, pero no quería dejar pasar más tiempo, mi mejor amiga me alentó a que te llamé.
—Me alegra que lo hayas hecho.
—Y a mí me alegra que estés aquí conmigo. —Afirmó Elliot y aprovechando que el semáforo estaba en rojo giró su cabeza para mirarla— Me alegra en verdad.Ella no pudo resistir más, en verdad las ganas de besarlo la estaban sobrepasando, y aprovechando que el semáforo aún estaba en rojo apoyó sus manos en las mejillas de Elliot para luego darle un beso en los labios que duró algunos segundos, acabando con una sutil mordida que Olivia dejó en el labio inferior de él. El viaje continuó, hasta que, en cuestión de minutos estacionaron frente a un hermoso restaurante que tenía imagen de ser familiar y bastante tranquilo.
En un gesto de caballerosidad Elliot se bajó del auto y le abrió la puerta a su acompañante, Olivia agradeció ello con una sonrisa y bajándose se tomó de su brazo, para caminar ambos hacía la entrada de aquel lugar. Uno de los mozos los recibió de forma amable y luego de verificar que eran solo dos los guio hacía una mesa alejada, que tenía una luz tenue y estaba perfectamente decorada.
—¿Ya tenías reservado este lugar? —Indagó Olivia una vez que se sentaron y se pusieron cómodos, Elliot asintió con su cabeza— No se te escapa ningún detalle.
—Cuando se trata de ti no.
—Es un hermoso lugar, nunca había venido. —Dijo ella mirando hacía su alrededor, estaba encantada con todos los detalles que adornaban el restaurante.
—Suelo venir demasiado aquí, es uno de mis lugares favoritos.
—Me gusta conocer algo nuevo acerca de ti.
—¿Enserio? —Olivia asintió con su cabeza— A mí también me gustaría conocer algo más de ti.
—Mmmm hace mucho tiempo que no asisto a un restaurante en plan de citas.
—No te creo.
—De verdad te digo, los pocos encuentros que he tenido fueron en moteles.En esas palabras Elliot lograba entender la libertad que Olivia vivía en cuanto a su vida sexual, las pocas cosas que ella le había contado le demostraban que estaba muy lejos de querer algo amoroso, le hacían entender que esa mujer no sacrificaría por nada ni nadie su tan preciada libertad, y lamentablemente él no sabía que tan malo podría ser eso en ese momento de su vida.
—Entonces enamorarte no es una opción en tu vida. —Susurró Elliot como si quisiera que ella no lo oyera, pero Olivia escuchó cada palabra.
—No es algo que busco, Elliot. —Respondió ella con seguridad, y él suspiró profundamente.
—Entiendo.La conversación fue interrumpida por el mozo que se había acercado a tomarles el pedido, decididos acerca de lo que querían beber y comer Elliot pidió por ambos y Olivia se sorprendió al oírlo, evidentemente ese hombre recordaba cada conversación y cada dato que ella le había comentado. El pedido había sido acertado, la comida y el vino favorito de la mujer castaña.
—¿No te da miedo? —Comenzó indagando Elliot una vez que el mozo se retiró llamando la atención de Olivia.
—¿Miedo de qué o a qué?
—Miedo a perder la posibilidad de amar, miedo de terminar perdiéndote tú por tener una venda en los ojos.Olivia lo miró a los ojos, y no supo que responderle.
—Hablemos de otra cosa, por favor. —Suspiró ella jugando nerviosamente con sus manos, sería lo mejor antes de que todo se vaya a la mierda.
ESTÁS LEYENDO
La carta || Bensler.
FanfictionUna carta en manos equivocadas fue el inicio a amar sin medidas. Personajes pertenecientes a Dick Wolf, créditos completos al creador.