"Igual que un niño abandonado, que en la calle lo han dejado
Yo te busco, desesperado
Necesito un amigo, necesito que alguien quiera hablar conmigo.Cuando empieza a amanecer, la verdad es tan cruel
Y tú lo sabes, eres testigo
Ahora soy un mendigo que camina por las calles perdido.No me siento bien (no, no me siento bien)
Hoy perdí la fe.
La suerte juega con cartas sin marcar
No se puede cambiar."—Cartas sin marcar - Andrés Calamaro.
Alejarse de todo.
Olivia había decidido que eso era lo mejor para dejar de sufrir, para olvidar lo que había ocurrido y para poder pensar en cómo seguir, en cómo comenzar de nuevo, si eso era posible. Habían pasado demasiados días desde el envío del mail y cómo ella había esperado no había obtenido una respuesta por parte de Elliot, por ende, las lágrimas se habían vuelto su mejor compañía en una soledad desgarradora que inundaba su departamento, en una angustia que se perpetuaba en el tiempo, y que cada día le quitaba las ganas de continuar. Carisi la había convencido de tomarse unos días, e irse a un lugar tranquilo, y luego de meditarlo Olivia aceptó que era una buena idea, y automáticamente supo a dónde iría, una playa en Santa Bárbara.
El sutil viento que provenía del mar volaba suavemente el cabello y el vestido que la castaña llevaba esa tarde, su mirada se perdía en el horizonte azul donde el cielo se unía al mar y miles de pensamientos abordaron su mente en ese instante, cuánto le hubiera gustado estar ahí con Elliot sentados en la arena, contemplando el mar abrazados, o simplemente apoyando ella su cabeza en su hombro riendo por cualquier cosa, quiso llorar al recordar esa mirada que la había enamorado y que combinaba tan bien con el agua de ese lugar, realmente quería gritar para sacar toda la angustia que llevaba dentro, deseaba gritar cuán arrepentida estaba, cuán idiota se sentía por haber arruinado lo que para ella representaba una historia bonita, pero Olivia eligió no hacerlo, simplemente mordió sus labios en señal de derrota y sacudió su cabeza con el objetivo de olvidar esos pensamientos, y seguir observando la vista en busca de paz.
El rápido paso de los minutos la hizo recordar que esa noche Carisi iría a cenar con ella y que debía empezar a preparar el plan que llevaría a cabo y que todo esté listo a las nueve de la noche, horario donde su amigo afirmó que llegaría a esa cabaña que Olivia había alquilado. Suspirando profundamente la castaña decidió tomarse unos minutos más y caminando en dirección al mar se permitió mojarse los pies antes de marcharse. El agua iba y venía mojando sus tobillos, y ella chapoteó más de una vez con desgano, queriendo llorar simplemente, queriendo arrancar con sus manos el dolor que atravesaba su corazón. Por primera vez Olivia experimentaba lo que era traicionar a alguien, perder a alguien que amaba con su vida, por primera vez experimentaba lo que era sufrir por amor y parecía estar perdida en un laberinto sin salida, en un océano que cada vez la iba ahogando, y que no le permitía salir a la superficie para tomar aire.
Volvió a sacudir su cabeza y regresando a la cabaña chequeó que había en la heladera, y suspiró tranquila al saber que tenía todos los elementos para preparar la comida favorita de su amigo, Carisi era fan de las pastas, y siempre que se reunían a cenar o a almorzar ese era el plato que degustaban. Olivia sonrió al recordarlo, sino fuera por él todo se hubiera ido al demonio en su vida y estaría realmente perdida.
La mujer castaña cortó las verduras, comenzó a sofreírlas y luego agregó la carne, mientras ello se cocinaba preparó los condimentos que, luego agregó a la sartén y para finalizar agregó el tomate triturado, y un poco de agua. El rico olorcito que salía de la cocina invadió el lugar provocando que el estómago de Olivia rugiera de hambre, si había algo que ella había experimentado era la falta de apetito, y las pocas ganas de comer, por ende, había sido en los últimos días bastante desordenada con los horarios de comida.
Probó la salsa y conforme con el resultado puso a hervir la pasta en otra olla, mientras sentía su celular vibrar, al chequear quién era pudo ver un mensaje de Carisi avisando que llegaría en unos minutos, y que esperaba que la cena estuviera lista, Olivia río y contestó afirmativamente sabiendo que aquel día de trabajo todo había sido denso para su amigo y que, seguramente no había tenido tiempo de comer. Revolvió la pasta que aún continuaba hirviéndose, y apagó la sartén, la salsa ya estaba lista. Preparó la mesa con todo lo necesario para comer y luego apoyó sobre la mesada dos platos. La cena estaba lista, y Olivia pudo oír dos golpes en la puerta. Haciéndose una colita en el cabello caminó hacía la puerta y al abrirla su corazón comenzó a latir con más fuerza, y sus lágrimas se acumularon en sus ojos, sus piernas se clavaron en el lugar y no supo que decir, su presencia parecía un sueño.
—E...Elliot. —Susurró ella con la voz quebrada.
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Ay mamita querida 😭
Arriba les dejo el vídeo con la canción para que, si quieren puedan oírla, es una canción que me gusta mucho y que, quería recomendarles. Sin más, ¡Espero que les guste el capítulo! ❤
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La carta || Bensler.
FanfictionUna carta en manos equivocadas fue el inicio a amar sin medidas. Personajes pertenecientes a Dick Wolf, créditos completos al creador.