Uno

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Lan JingYi

—JingYi, si te ocurrió algo, por más traumático que fuese, o descabellado, sabes que puedes decírmelo ¿Verdad?

JingYi dejó de caminar por la habitación. Su mejor amigo ZiZhen estaba con la espalda pegada a la puerta de su habitación, con los brazos cruzados sobre su abdomen, lo miraban con preocupación. JingYi rió nervioso, decidido a parecer tranquilo y risueño como siempre. O al menos, todo lo tranquilo y risueño que podía estar a pesar del dolor que sentía en su corazón desde que había llegado.

—¿De qué hablas? —intentó reír—. Nada traumático ni descabellado sucedió. Es solo que... creo que es hora de volver a Gusu.

Su amigo elevó una ceja. JingYi sabía que era un cobarde, pero era la decisión que había tomado durante el trayecto a este lugar: huir, y ahora que resulta que SiZhui estaba en camino porque finalmente se había enterado donde estaba, era momento de volver a huir.

Había cometido un grave error, no solo acostándose con SiZhui, sino también habiendo pensado que estaba en su corazón. Ahora, había hecho que ambos se encontrasen en una situación complicada, una situación que podría tener consecuencias para ambos. Había pasado apenas dos semanas desde aquello, era muy pronto para saber si había o no consecuencias. Pero la única solución por el momento era evitarlo. Marcharse rápidamente, antes de que SiZhui llegase a la casa de ZiZhen.

JingYi había tenido la suerte de que su amigo lo recibiera con los brazos abiertos y no hubiera preguntado indiscriminadamente sobre lo sucedido pese a verlo visto llegar sin espada y su historia vaga. De hecho, lo había recibido con un abrazo, pero después, más recientemente, habían empezado a llegar las preguntas. Especialmente después de una extensa carta de Jin Ling explicando lo sucedido en una versión, extrañamiento, más emocionante y terrorífica que la de JingYi, y sobre su huida.

¿Qué le había ocurrido? ¿Cómo había sobrevivido a un ataque de cadáveres feroces sin espada? ¿Quién los había hecho? ¿Estaba bien? ¿Necesitaba un sanador? ¿Por qué había huido y aun no pedía una espada?

La historia que JingYi le había contado en su llegada era, por primera vez en su vida, una historia muy vaga y poco emocionante: Una batalla feroz donde había perdido su espada pero SiZhui se había encargado de todo y para dejar que SiZhui pasara tiempo con Jin Ling él tomó prestado un caballo y decidió pasar a visitarlo.

JingYi era un pésimo mentiroso y sabía que su historia no se sostendría. Por supuesto que ZiZhen sospechaba que no estaba contando toda la verdad. Pero hasta la carta no había empezado a hacer preguntas respetando su silencio.

JingYi recuerda el día que llegó. Después de su historia sin emoción alguna dijo que necesitaba descansar por lo que pasó con su espada. Pidió darse un baño, comer algo y descansar. Ahora que la carta de SiZhui había llegado tenía a su amigo suspirando, viéndolo con preocupación. A JingYi se le borró la sonrisa y se le llenaron los ojos de lágrimas y ZiZhen se acercó a él.

—¿JingYi? Oh, estás llorando. Sabía que te pasaba algo —le dijo, abrazándolo—. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Algún cadáver o fantasma te hizo algo? ¿Qué ocurrió? En cualquier caso, no entiendo por qué quieres evitar a SiZhui. Pensé que estabas esperándolo.

JingYi sacudió la cabeza y se limpió las lágrimas. Iba a tener que darle una explicación. Iba a tener que admitir los humillantes errores que había cometido.

—No. Y sí, pasó algo, aunque no fue todo su culpa, yo... yo acepté. Yo pensé... ¡Argh!

—¿De quién hablas? —Preguntó evidentemente confundido ZiZhen.


—De SiZhui...

Los ojos de ZiZhen se hicieron grandes.

—¿Qué? ¿Él te hizo algo?

JingYi se echó a reír.

—Me dijo que me deseaba

—Oh —el rostro de su amigo se puso rojo— ¿Y qué? Seguro tú también, es decir... bueno... es obvio que te gusta.

Y JingYi sintió que los ojos se le volvían a llenar de lágrimas.

《Así que soy muy obvio》

—Fui herido por una flecha envenenada. Él me cuidó, me rescató de los cadáveres. Me dio antídoto para el veneno. Entonces, cuando mi fiebre pasó, él me dijo eso...

—¿Sólo eso? ¿Por eso huyes?

JingYi suspiró.

—No, no es sólo por eso. Me acosté con él y ahora insiste en que nos casemos sólo porque soy doncel y terminó dentro y puedo estar embarazado –Dijo JingYi rápidamente, haciendo que ZiZhen se quedase en silencio.

—¿Estás seguro que esas son las razones? —Preguntó ZiZhen con el ceño fruncido.

—Claro. Enseguida puso cara mala y se apuró porque quería ver a Jin Ling. Después de lo que hicimos, él solo quería verlo a él... yo... Él estaba agotado y tuvo que cuidarme en esas condiciones y yo... estuve mirándolo porque es un hombre impresionante, entonces pensé que... Pero resultó que solo fue eso, deseo, un error... solo honor... no amor —se sentó en la cama, se pasó ambas manos por el rostro, intentando borrar el recuerdo—. Insistió en que teníamos que casarnos, en que era una cuestión de honor. Honor. Honor...

JingYi entonces no se mintió. Por un breve instante lo pensó. Hasta llegó a sentirse halagado y emocionado. Pero sabía que casarse con él, o con cualquier otro hombre, en esas circunstancias, no estaba bien. Habían estado juntos por casualidad y, sí, había habido química entre ambos, pero nada más. SiZhui solo quería a Jin Ling.

Un comportamiento así no debería ser propio de un Lan, y como tal, un matrimonio de conveniencia con un hombre cuyo honor era más importante que otra cosa estaba prohibida. SiZhui era un Lan también, por ello, esa actitud lo sorprendió.

—Ahora entiendo porque no quieres verlo, pero...

—Lo sé —le respondió JingYi. SiZhui podría ser el líder en cualquier momento—. De todos modos, prefiero evitarlo por ahora —agregó—. Y olvidarme un poco de lo que pasó.

Aunque sabía que jamás lo podría olvidar.

—Vuelvo a preguntarte ¿Estás seguro de que el honor, el hecho de que puedes, o no, estar esperando un bebé, son las únicas razones de la propuesta de SiZhui? —Le preguntó ZiZhen con preocupación.

—Sí, fueron sus palabras ¿Por qué insistes en eso? ¿No me crees? —JingYi se sintió ofendido.

—No es eso, es solo que... nada, no te preocupes. Te creo. Te entiendo. Así que cumpliré en decirte las últimas buenas noticias. SiZhui no está en camino, llegó otra carta, surgió una reunión y Zewu-jun lo lleva con él. También estaré ausente, acompañaré a mi padre. La reunión es sobre lo que sucedió en la cacería en la que resultaste herido. Puedes quedarte aquí todo el tiempo que desees.

JingYi respiró tranquilo. Tenía más tiempo para pensar. Para huir.

—Gracias.

II. La huida de Lan JingYi [ZhuiYi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora