Capítulo 2.

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Capítulo 2.

Flashback.

05 de Mayo 2020.

Desde pequeña me repitieron una y otra vez que la belleza es observada, que si no tienes un buen físico o un buen cuerpo para las personas a tu alrededor no eres nada, crecí con esa idea en la cabeza y a medida que fue pasando el tiempo ya no podía más, no podía ser perfecta como Cassandra lo exigía, pero por mas que tratara ya no podía, ya me había cansado de fingir ser perfecta y al igual que yo. Mi hermana Gemela también se había cansado de esto, aunque no lo dijera yo sabia que era así.

Me había cansado del colocate esto que se te verá mejor, quítate eso porque te ves gorda, no uses esto porque después te veras muy delgada, me había cansado que Cassandra estuviera diciéndome eso a todo momento.

Y me había dado cuenta de eso cuando cada día me enfermaba vomitando en el baño, cuando no era ni capaz de retener por unos minutos la comida.

-En qué piensas mi niña rubia-preguntó la tía Olivia acariciando mi espalda.

-En Cassandra -respondí de lo más normal

-Es tú madre Rusalka, no Cassandra -regaño la tía, siempre hacía lo mismo, siempre que llamaba por su nombre a mi mamá, ella me reprendia, pero el problema era que yo nunca había visto Cassandra como una madre, creo que ella nunca lo fue, si mi tía supiera en realidad como su hermana nos trata, no la seguiría viendo de la misma forma.

-Cada día estas más flaca, pareces un cadáver, Rusalka -comentó Cassandra mientras bajaba las escaleras, llevaba un vestido rojo que resaltaba con el color de su piel, los labios los tenía pintados del mismo color.

Ignore su comentario lo unico que hice fue rodar los ojos, ya me había acostumbrado a esto.

-Y después preguntas porque no le digo mamá -dije mirando a Olivia

-Cariño creo que ella tiene razón, estas un poco baja de peso

-En serio Olivia, tú también-ya sabía que estaba delgada que mi peso no era el adecuado, pero odiaba que me lo estuvieran diciendo a cada rato, agarre mi pequeño bolso que se encontraba aún lado de donde yo estaba.

No podia seguir aquí.

-A dónde vas Rusalka -preguntó Cassandra, sin responderle nada seguí mi camino hasta la salida de la casa

-Tú no vas a ningún lado, me entiendes - Cassandra me había tomado del brazo lo cual no dejaba que siguiera avanzando.

-Me importa una mierda lo que tú digas, mamá-respondí con sorna y como pude me liberé de su agarré.

Papá se molestaría si no me encontraba para cenar, pero podía hablar con él luego, porque a diferencia de Cassandra, mi padre es mucho más comprensivo. Y por eso nunca podre entender como se pudo casar con una arpía como mi madre.

Siempre he notado que mamá se aprovecha del amor que papá siente por ella.





La música inunda mis oídos, provocando que mi cuerpo se mueva al ritmo de esta. Muevo mis caderas como si mi vida dependiera de ello. Nos encontramos en la zona VIP de la discoteca. Aproximadamente llevamos tres horas en este lugar y desde luego que he disfrutado de esto. No estoy ebria pero mi cuerpo se siente chispeante. No puedo dejar de bailar. No tengo ni la menor idea de cual es el nombre de la música que el DJ está reproduciendo, pero es jodidamente buena. Cuando siento mi garganta seca, bajo de la zona VIP para poder acercarme al barman y pedir una ronda de vodka.

Hermosa Mentira. PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora