Capítulo 4.

30 6 1
                                    

Capítulo 4

Domenico Palmieri.

Ser el Sottocapo  de la Mafia Italiana nunca ha sido fácil. Ser hijo del Don, buscando su aprobación y ser aceptado por él es una de las situaciones más difíciles. Sin tiempo para tener un vida normal y estable.

Desde pequeño fui entrenado para matar y liderar la mafia si algún día padre llega a faltar, seré quien tome su lugar, Soy su primogénito, el primer hijo de Donato y Julianne Palmieri. El único que tiene los cajones para lideral, para poner a raya los que  se han atrevido a creerse más listo que padre.

En este mundo el dolor y la complacencia van tomados de la mano.

—Me vas a romper—dice la castaña que tengo boca abajo sobre mi escritorio, la cual me estoy follando como un puto loco. No porque esté locamente deseoso de ella. Sino porque necesito sacar todo el coraje que se acumula dentro de mí.

— Es increíble, porque  todavía no la he metido completa—empujó mas fuerte quedando completamente dentro de ella, la escucho chillar pero no le presto ni la mas mínima atención, me importa una mierda si mi tamaño le molesta o no, lo único que me importa es poder sacar toda la rabia.

Ella sabe que al estar aquí lo único que tiene relevancia es mi placer y forma de distracción. No tiene derecho a refutar nada.

Quería matar para poder desahogarme como comúnmente lo hago pero con la nueva orden de padre tengo que pasar desapercibido.

Hoy iba cerrar un negocio importante, con rabia tengo que admitir que no se pudo llevar a cabo. Ya que en la comioneta en donde viajaba Kardan uno de mis socios Méxicanos fue baleado. Mierda. Eso arruinó mis planes para tener satisfecho al Don. Siempre hay un puto problema que no me permite lucirme del todo.

Sigo preguntandome quien fue el hijo de perra que fue capaz de dañar uno de mis negocios. Todos saben que quien me las hace, las paga. Tengo a mis hombres buscando al responsable de dicho acto que se hizo en mi contra, cuando lo encuentren y caiga en mis manos, deseará nunca haber nacido. Voy a saborearme victorioso sus súplicas. Torturar al enemigo es el mejor platillo que puedo saborear.

Eso y la nueva orden de padre me tienen como un maniático furioso. Cuando me dijo que tenía que enamorar a una chiquilla, me largué a reír porque por un instante pensé que estaba bromeando pero hay algo que momentáneamente olvidé.

Donato Palmieri nunca juega. Eso lo ha dejado claro.

Yo un puto sottocapo enamorando a una cría, solo porque padre así lo decidío. No tengo tiempo para mierdas como esas. Pero tuve que abstenerme para no hablar sobre mi descontento ante tal orden.

Padre nunca obtienen un no de mi parte.

Que desgracia. Cómo se aprovecha de saber que solo quiero su aprobación en todo.

Agarrando con mi mano derecha la coleta de caballo que tiene hecha, la atraigo a mí

—Te gusta como el sottocapo te folla—hablarle sucio es una de las cosas que le gusta a Santana Müller, es descarada y no tiene una pizca de vergüenza. No se anda con juegos y tiene claro que solo me sirve para follar.

Es hija de uno de los socios mas importantes, la cual desde que me conoció se me abrió de piernas, y yo no pude decirle que no. Porque es una mujer ardiente. Ha invertido mucho dinero en su cuerpo y no está mal disfrutarlo. Aunque claro a padre no le pareció correcto y me armó un lío grande pero después aceptó que solo era sexo ocasional.

—Dome, me voy a venir—la vuelvo a penetrar pero esta vez más fuerte que antes, empujó varias veces cuando me percato que ella llegó a su orgasmo, para minutos despues obtener mi liberación, llenando el preservativo.

Hermosa Mentira. PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora