Capítulo 6.

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Capítulo 6.

Domenico Palmieri.

Es divertido ver lo irritada que se encuentra a causa de mi actitud. Me da satisfacción ver como casi babea sobre mis pies. Aunque no entiendo la razón por la que odio ver su mejilla lastimada a causa del golpe que recibió. Ni hablar de la herida que cure en su mentón. Es increíble que no requiriera de puntos. En sus ojos es evidente el temor que ahora se mezcla con molestia por mí causa.

Quiero comprender como es que sigue viéndose perfecta. Sus ojos verdes se encuentran hinchados por causa de su llanto cuando estaba a punto de ser secuestrada. Porque sí, secuestrada es la palabra calificada para definir la mierda que sucedió en este día. Mierda, he torturado, matado, he hecho cosas que los demás pueden catalogar como horrible e inhumano. Uso a diferentes mujeres para satisfacerme sexualmente pero hay algo que nunca he hecho.

Tocarle un solo cabello a una mujer en contra de su voluntad. Soy una escoria pero tengo ciertos limites. Niños y mujeres, son intocables y mis hombres lo saben.

- Podías llevarme a mi hogar - reprocha la muñeca rusa.

- Podía-respito- pero no lo hice- sé que la frescura de mi respuesta le molesta y eso lo compruebo cuando siento un golpe en mi pecho.

¡Diablos!
Volkova tiene valentía. Acaba de pegarme un puñetazo en el pecho, que no dolió. Golpea más fuerte una niña pequeña. Aunque su atrevimiento causa que la sangre me hierva. Que chiquilla tan irritable.

Vuelve a llevar su puño a mi pecho pero antes de que golpee contra este, la tomo por la muñeca porque está comenzando a joder mi humor.

- Repite esa acción y pierdas la jodida mano- se pone rígida ante mi toque y puedo ver en sus ojos el miedo ante mis palabras.

No sería capaz de hacer algo como eso, al menos no a una chica pero su actitud de chiquilla mimada comienza a ser un dolor de culo.

- Me estás lastimando- avisa entre dientes.

Suelto su muñeca bruscamente. Puedo ver como un mancha rosa, se asoma en su piel pálida. La culpa intenta carcomerme pero no fue mi intención tomarla con fuerza. No sé cómo carajos tratar a una mujer sin comportarme brusco.

- No era mi intención - me excuso pero ella solo mira su muñeca- Rusalka.

- Voy a irme a casa y si tratas de impedirlo golpeare tus bolas, así que quítate de la puerta.

- Sueña, ahora regresa a la cama porque hablaremos- con mi dedo índice señalo mi cama.

- Deja de darme órdenes- responde fastidiada.

Que chiquilla tan difícil. Por todo lo que le he dicho en este corto tiempo a buscado la forma de refutar ante ello. Hubiera dejado que se la llevarán y finalmente toda esta mierda ya no estuviera sobre mis hombros.

Sino fuese porque hay cosas importantes en juego, no me hubiese molestado en meter mi nariz en asuntos que no son de mi incumbencia.

- Has lo que quieras- giro sobre mi eje para tomar el pomo de la puerta entre mis manos y abrir- vete- intento guardar la compostura- pero luego no vuelvas para exigir respuestas, porque de mí boca no saldrá ni una puta palabra.

Camino fuera de la habitación, estoy furioso, esa chiquilla logra ponerme de mal humor, con sus objeciones infantiles. ¿Acaso no puede ser como las mujeres que he conocido?, sumisas, rendidas ante mí, sin refutar ante mis palabras.

Llego al mini-bar que Lucca se encargó de añadir en cierta parte de la sala. Escucho unos pasos a mis espaldas pero los ignoro. Capaz es la rubia de nombre extraño que esta por largarse de una vez por todas. Quisiera no tener que cruzar palabra con ella. No la soporto y como plus, es una mal agradecida. La salvé y lo único que recibí fue un golpe en el pecho.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2021 ⏰

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