Owen
Las manecillas del reloj continúan moviéndose con cada segundo que trascurre y estoy harto de estar observándolo, después de que la reunión terminó todo el mundo se marchó de la sala, excepto yo que seguía sentando en esta maldita silla y tamboreando el lápiz que tenía en mis manos contra la mesa hasta que la persona que esperaba finalmente apareció.
—Jones. —saludó con un ligero tono de sorpresa. —No esperaba que fueras tú quien me citara.
—Siéntate. —dije señalando la silla frente a mí.
Lo hizo, pero me miraba con cautela, como si estuviera esperando a que hiciera algo.
— ¿De qué quieres hablar? —preguntó Peter recargándose sobre el respaldo de la silla con demasiada confianza.
—Sabes sobre que quiero hablar.
Suspiró.
— ¿Vas a iniciar con eso de nuevo? Ya te he dejado mi respuesta muy en claro, no cambió de opinión por nadie.
—Yo también estoy a cargo. —le recordé. —Tú no tienes la última palabra aquí.
— ¿Y qué piensas hacer? —se colocó las manos detrás de su cabeza, divertido por el asunto. — ¿Quitarme el cargo superior? No seas estúpido.
—Déjate de tonterías. —me incliné sobre la mesa. —Esto no es un puto juego, tenemos a la CIA respirándonos en la maldita nuca y tu actúas como si te importara una mierda.
Su sonrisa burlona desapareció y fue sustituida por su ceño fruncido.
— ¿Cómo sabes eso?
—Todo el mundo lo sabe, lo comentan por los pasillos.
Su mandíbula se tensó, pero desvió la mirada hacia un punto en la pared, observe como se pasaba las manos por su cabello largo y con canas, la experiencia en estos asuntos era notable, pero en este momento parecía como si estuviera en blanco.
—No estas en condiciones de rechazar toda la ayuda que se nos brinde, sobre todo de nuestra única conexión directa hacia ese imbécil.
Sus ojos se posaron en mí.
—Ella aún no está preparada.
—No lo sabes, no has visto lo fuerte que se ha vuelto, ha estado entrenado día y noche. —alcé el mentón con orgullo. —Ha completado exitosamente cada entrenamiento que Jared le ha impuesto y él es muy exigente, la ha preparado, además terminó la academia con honores ¿Dime si eso no habla suficiente por ella?
Puso sus manos sobre la mesa contemplando la idea o al menos eso me parecía, pero yo no tenía la paciencia suficiente para esperar una respuesta, teníamos a la CIA y a la maldita mafia pisándonos los talones, teníamos que actuar rápido, no había tiempo para errores.
—De acuerdo.
Levanté mis cejas con sorpresa, no me esperaba que accediera tan rápido.
—Pero solo lo hago porque no quiero dejar ir este caso. —se levantó señalándome con su índice. —La quiero aquí a primera hora de la mañana, en el campo de tiro, veamos si es cierto lo que alardeas.
Se da la vuelta y se marcha, lo cual es mi señal para también retirarme del lugar, guardo los papeles en la carpeta y salgo de la sala de juntas.
—Buenos días, agente. —saluda Gabriela, mi secretaria, una mujer que le encanta usar tacones altos y vestidos escotados, su cabello rubio estaba recogido en una coleta, apresuro el paso para seguirme mientras caminaba hacia mi oficina. —Tengo unos documentos que requieren su firma.
ESTÁS LEYENDO
Más Letal. (+21)
RomansaSegundo libro de la bilogía (PELIGRO) ¿Qué sucede cuando descubres que tu relación se ha basado en una mentira? Tamara descubrió la verdadera identidad de Owen, es un agente del FBI que ha estado vigilándola a ella y a su familia por mucho tiempo...