Capitulo VII

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Cinco serpientes entraban, luego de esa presentacion, al Gran Comedor. Todos los estaban mirando, pero poco importo. Todos ellos estaban acostubrados a las miradas y sabian el impacto que podrian causar. La unica no acostubrada a esto ni siquiera veia las miradas, pero ese no era el problema para Cathy.

Cathy trataba con todos sus fuerzas no colpasar. Entro impoluta y segura, como siempre le enseñaron, con la cabeza en alto y una cara estoica que hizo a todo el mundo exclamar, pero solo pensaba en no ceder al terrible dolor que ahora sentia en su cabeza.

Sus sentidos se habian mezclado, sentia como si alguien sonara unos platillos incesantemente en sus orejas y su cerebro se revolviera en su craneo.

Todo el camino que hizo hasta el asiento donde la guiaron la hizo sin siquiera generar una mueca en su cara o temblar en su caminar, pero estaba apretando el brazo de Draco con fuerza para poder liberar el malestar de alguna forma poco notoria. Draco ni se inmuto en el fuerte agarre de Cathy a su brazo y, simulando que ese agarre era suave dirigio a la chica de ojos grises hasta la mesa de las serpientes donde la sento al lado suyo y del hermano de esta, mientras que los otros amigos lo hacian al frente.

Todos ellos sabian como debian actuar. Eran Slytherins pertenecientes a algunas de las familias más nobles y renombradas de sangre pura, no podian mostrar debilidad. La condicion de Cathy ya era lo suficientemente frágil como para flaquear y dejar que los demas pensaran que de alguna manera ellos eran menos, o peor, que eran iguales a los demas.

Cada uno se veia impoluto con su uniforme recien arreglado, su pelo recien peinado y su forma de actuar tan segura. Hasta Cathy, con esos ojos grises y fantasmagoricos que helaban a la gente estaba tan bien arreglada y camino y sento de tal forma, que más que temor genero respeto por cualquiera de salón.

Nadie se atrevio a decir nada, todos con la mirada sobre Cathy trataban de descifrar de donde habia salido esta misteriosa chica, pero esta solo mantenia sus ojos al frente y de nuevo Ron creyo que lo estaba viendo, ya que estaba sentado en linea recta con ella. 

Cuando Ron la vio sentada en el Gran Comedor, alineados en asientos pero separados por el color de sus corbatas, sintio que su corazon volvia a latir pero esta vez a mil por hora. Ella no se habia ido, su padre no la habia sacado del colegio y nada habia sido su culpa.

La felicidad de Ron no duro mucho, ya que gracias a su exclusiva vista directa hacia la chica ciega pudo ver como esta seguia de la mano de Malfoy, sin cambiar esa expresion de superioridad y frialdad tan vista en los rostros de otros Slytherin pero nunca en el de Cathy.

Tal vez ella no era lo que él pensaba. Tal vez ella era asi, fria y sin sentimientos. Tal vez le habia parecido entretenido hablar con un traidor de sangre. O tal vez esa sonrisa que irradia felicidad y esos ojos perdidos pero bondadosos y cariñosos eran solo para él. Tal vez ella era fria pero con él era la excepción. Ron quiso pensar en esta posibilidad sin estar seguro el porque, queria aferrarse a que estas ultimas semanas con Cathy no habian sido falsas, que no lo habia usado, que a alguien le habia agradado a pesar de sus amigos, familia y sangre. Que a ella le agradaba él.

Cathy desde su asiento mientras Umbridge hablaba de como hacer sentir querido a un nuevo estudiante con esta discapacidad, asi habia dicho la Sra. Rosa, maldecia por dentro cada una de las palabras emitidas, principalmente la de "discapacidad".

Ella no estaba discapacitada, si no que estaba capacitada para realizar las cosas diferentes que los demás. Ella podia hacer todo lo que los demás hacian y más, pero de distanta manera. Cosas que ellos nunca podrian ella podria hacerlo en un cerrar de ojos, pero eso no importaba, lo importante, al parecer, era que no podia ver.

Cuando decidio no escuchar una palabra más de ese Puffkin mutante recordo a un amigo suyo. Dio una pequeña sonrisa, que borro enseguida al darse cuenta que ya nunca estaria sola y que ahora todos la mirarian. Quiso buscar la escencia de ese pelirrojo de su año por el Gran Comedor, pero exactamente ese era el problema y se mareo a tal punto que tuvo que poner su mano en la pierna de Theo para no caerse para atrás.

La luz de mis ojos *Ron Weasley y tu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora