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Capítulo 1

Encanto canadiense

Eliza

Pasado

Estiro mis brazos, mientras bostezo con pereza, la alarma de mi celular sigue sonando, con desespero lo tiro logrando que se calle por fin.

La alarma de mi celular...

¡MI CELULAR!

Me levanto rápidamente de mi cama y veo mi celular tirado en la alfombra afelpada de mi cuarto, esta boca abajo y con el corazón en la boca lo cojo, revisando que no tenga ningún golpe. Respiro nuevamente al ver que está bien, justo en ese momento la alarma vuelve a sonar haciéndome reír ante la estupidez que acabo de hacer.

Hoy era mi primer día de universidad, me cagaba de los nervios, no solo por saber que empezaba una gran etapa en mi vida, sino porque hoy empezaba una aventura que había esperado durante mucho tiempo.

Siempre estuve clara a lo que quería estudiar, era algo que me emocionaba y me gustaba saber siempre de más, por eso historia era mi clase preferida, ver como se hablaba sobre los derechos de las personas y verme a mí defendiéndolos era algo que anhelaba hacer.

Era muy buena estudiante, mis padres siempre me habían exigido buenas notas y al ver que mi hermano no era el mejor, decidí yo ser el orgullo que tanto querían, me gradué del colegio siendo la mejor de mi promoción, acto que me hizo ganarme una beca parcial en la mejor universidad de Toronto.

Había escogido una vestimenta sencilla, unos jeans claros, con una blusa mangas largas color blanco, con mis botines favoritos Gianvito Rossi – que me costaron un riñón – eran de cuero y un color café precioso. Agregue un abrigo que hiciera juego con mis botines y mi cartera, una bufanda para el frio y deje mi cabello negro suelto.

Mi casa se sentía un tanto sola, mamá se había ido unos días donde mi abuela – su madre – papá tenía que viajar por trabajo y Daniel mi hermano mayor, bueno el a pesar de trabajar y seguir su carrera en la universidad, seguía siendo un niño. A veces parecía que yo era la más centrada de mi casa.

Salí de mi casa y emprendí mi camino a la universidad en mi auto – me lo había regalado papá cuando termine el bachiller- me sentía tan nerviosa que casi se me olvida pasar por mi mejor amiga, ya que ambas estudiábamos en la misma universidad, solo que en ramas diferentes.

— Pensé que te habías olvidado de mi – soltó cuando se subió al asiento del copiloto.

— Por casi – le digo con una sonrisa – te extrañe zorra.

— Y yo a ti perra – nos echamos a reír antes de abrazarnos como podíamos.

Dalia ha sido mi única amiga desde que tengo 15, ella era nueva en el país y cuando llego a nuestra escuela era muy tímida – update: lo sigue siendo, pero ya ha aprendido mucho de mí – me toco acercarme y poco a poco fuimos ganando confianza, nuestra amistad se formó gracias a eso, a la confianza que depositamos una a la otra, tanto ella como yo teníamos problemas que no sabíamos cómo lidiarlos, ella la separación de sus padre y el mudarse con su madre a un nuevo país no era nada fácil, yo la usencia de mis padres y el siempre querer ser la mejor, para no ser una decepción para ellos.

Así hemos pasado los años, siendo nuestras propias psicólogas y consejeras, aunque lía siempre era la más centrada y la que veía más allá de todo, por eso me enorgullecía tanto saber que había escogido psicología para estudiar, estaba segura que le iría súper increíble en esa rama.

El día en la U fue muy bien, mis compañeros fueron amables, algunos profesores también, otros tenían cara de querer morirse, sin embargo logre encontrar el horario y los salones designados, no fue difícil, ya que por años investigue sobre esa universidad, me atraía tanto la idea de pasear por los pasillos de ella, imaginándome como estudiante de esta, claro que hubiera sido mejor si mis padres me hubieran dejado vivir en la residencia que me ofrecieron, pero alegaron los dos que primero querían ver cómo me iba aun viviendo con ellos y después podrían considerar dejarme mudar a una residencia de la universidad.

URLA DI SPERANZA +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora