¿Que harías si te dijeran que puedes encontrar al amor de tu vida gracias a un correo?
El hilo rojo es lo que conecta a las almas destinadas, un hilo completamente invisible que se puede enredar y estirar más nunca romper. Pero... En los años 90s to...
Habían perdido mucho tiempo caminando de aquí a allá, el color del cielo poco a poco se tornaba en tonos rojizos y anaranjados.
Hacía al rededor de unos veinte minutos que se habían separado de Inosuke y Tanjiro. Así que ahora sí se dirigían a la casa de la chica.
—¡¿Por que rayos aceptaste?! —Interrogó en un susurro sin despegar la mirada de los otros dos chicos, quienes iban unos pasos más adelante de ellos dos— ¡Siento que el corazón me va explotar!
—Luego, si no aceptabas te ibas a arrepentir. Te conozco. —Se justificó señalandolo con un dedo— Trata de calmarte, todo estará bien. Estoy contigo ¿O se te olvida? Además está también Agatsuma, no es como si fuesen a estar completamente solos... Puedes aprovechar esta oportunidad para pedirle su número.
—Aun así... —Bajó la mirada, se sentía nervioso claramente.
—¡Chicos por aquí! —Llamó su atención la voz de la femina, habían pasado de largo en vez de cruzar la calle.
—Me estás contagiando lo despistado —Se quejó Muichiro a la par en que tomaba el camino correcto, siendo seguido por el otro— Un día de estos seguro choco con un poste, así como tú aquella vez. —Selló sus labios para evitar reírse, cada vez que recordaba esa escena y el sonido de aquel tubo de metal por el impacto no podía parar de reír.
—No me recuerdes eso... ¿Ves por qué estoy nervioso? ¿Y si está vez vuelvo a hacer algo igual de ridículo? Seguro piensa que soy patético.
—¿Quien no ha sido patético al menos una vez? No sé puede ser perfecto, GenGen. Le das muchas vueltas a eso, relájate, ya hemos salido más veces y no la has vuelto a regar.
El aludido suspiró mientras fijaba su mirada al frente, aunque ella estuviera de espaldas aún no podía quedarsele viendo mucho tiempo, siempre a los segundos apartaba la mirada.
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Estaba nervioso, tanto que ni siquiera quería poner un pie en esa casa.
—Pasen —Habló a la vez que se hacía a un lado para que el grupo de chicos entrara.
Genya se pegó mucho más a Muichiro, provocando que el menor rodara los ojos y negara con la cabeza.
Cuando ella empezó a subir las escaleras, sintió que el alma se le iba a salir del cuerpo, era claro que iban a jugar en el cuarto.
Zenitsu entró como si nada al cuarto y se acostó en la cama como acostumbraba, estaba demacrado. T/n tenía una sonrisa. Genya vió como Muichiro recorría todo el cuarto con la mirada, le dió un pequeño codazo para que fuera un poco más discreto,
—Ay —Se quejó en voz baja, el menor le saco la lengua mientras se sobaba el área afectada.
—Se pueden sentar en la cama. —Les dirigió la palabra T/n. —¡Zenitsu! ¡Levántate y ayúdame a poner esto!
