XI

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🏐Narra Toshinori:

Abrace a lo primero que tuve al lado, la almohada de repuesto que siempre estaba en mi cama, tenía la costumbre de abrazar algo por las noches, por lo que ahora tenía que aguantarme con un almohadón.

Sentí las cálidas sabanas tapar mi cuerpo, como el sol entraba por mi ventana, dando de lleno en mi rostro, por lo que con molestia, me gire, casi chocándome con la pared, frunciendo más el ceño y apretando el cojín en mis brazos tatuados.

Hacía tiempo que no dormía tan bien, seguramente por lo cansada que estuve del partido de ayer, sigo pensando que el Johzenji podría haber dado más juego, no sé cómo estaban entre los mejores de la interescolar, pero bueno.

Solté un gruñido cuando la alarma lleno por completo mis oídos, oyendo una canción odiosa para mis sentidos.

Me tape hasta la cabeza, girándome en la cama hasta dar de lleno contra el suelo, mientras me sobaba el dolor de mi nariz, busque con la mano el móvil, hasta dar con el aparato y poder apagar la música que Daichi mi había personalizado para despertarme a la primera vez.

Hubiera seguido durmiendo si no fuera por el frio que estaba haciendo en el suelo, por lo que me levante con lentitud, percibiendo todos mis huesos crujir, a este paso pareceré una vieja.

Bostece por última vez, recogiendo la ropa del armario, y adentrándome al baño para darme una buena ducha y vestirme con el uniforme del Karasuno.

Una vez hice todo listo, saliendo del baño con el ojo rojo por el jabón que se metió en la ducha, baje por las escaleras de mi hogar, oyendo la misma nada, mi madre seguramente ya se encontraba trabajando, por lo que no me preocupe en encender la cocina.

No me importaba tener que preparar mi comida y mi desayuno, tampoco comía tanto, y si tenía más hambre hacía la de ladrona y le robaba comida a Ryu o a Noya cuando estaban distraídos, aunque Suga acababa dándome de su comida, que mono, y claro, Daichi me regañaba por eso.

Una vez ya lista, me acomode los zapatos en la entrada, viendo a mi querido perro esperando en su cama a que fuera a acariciarlo, siempre era lo mismo, y mira que no tenía ni dos años.

-Vuelvo más tarde Yochi-Le acaricie su pelaje negro como el carbón, observando cómo movía su cola por las caricias-Te deje comida donde siempre, adiós~-Cerré la puerta mientras me despedía alargando la última letra-

Camine hacía donde dejaba el patín, recogiéndolo y andando de vuelta a la entrada, viendo como Daichi no venía muy lejos, así que lo espere mientras sacaba un pan de leche de mi chaqueta.

-Buenos días, Toshi-san-Asentí a su saludo, regalándole una sonrisa a boca cerrada, tampoco era tan guarra como para enseñar la comida de la boca-

-Buenas-Salude de vuelta nada más tragar la comida, dejando el patín en el suelo de la calle, apoyándome en el con un pie, y con el otro empujarme hasta tener la velocidad en la que iba Daichi-

-¿Sigues cansada por el partido de ayer?-Me pregunto siguiendo mi ritmo, mire hacia el frente, esquivando unas cuantas piedras que se encontraban por el camino-

-Un poco, pero ya estoy acostumbrada...-El camino siguió en silencio, tan poco me molestaba, y tampoco tenía ganas de hablar mucho-¿Contra quién jugamos mañana?-

-No lo mire, si es lo que preguntas-Contesto con una ceja alzada, acomodándose la chaqueta-

-Pues supongo que será sorpresa, bueno, hasta que lo anuncien hoy en el entrenamiento-Mire de reojo al peli marrón, viendo como este asentía a mi comentario, dejando el aire tranquilo y en silencio, de fondo incluso se podían oír los pájaros piar-

𝐆𝐀𝐍𝐀𝐃 𝐏𝐎𝐑 𝐌𝐈 . 𝐇𝐀𝐈𝐊𝐘𝐔𝐔!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora