1. Confesiones de un idiota

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Sasuke

Desde la primera vez que vi a la molestia, mis ojos no se apartaron de ella, no se que me atrapo en aquella mirada, quizás fue que sonreía más de lo normal, quizás era la manera en que me miraba como si yo hubiese caído del cielo y hubiese desplegado mis alas frente a ella, o quizás la forma en que mi nombre salía de sus labios de forma dulce y soñadora, casi como un suspiro.

"Sasuke-kun" decía ella abriendo sus grandes ojos verdes mientras se sonrojaba hasta las orejas.

Yo tenía 17 años cuando hice algo realmente idiota.

He escuchado aquella frase cliché que dice "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" , siempre me reí de aquella idiotes que llaman amor, me reí de los sentimientos y de cualquier muestra de cariño que pudiera recibir.

Se perfectamente que se debe a mi vida familiar, es algo que tengo claro, por que a pesar de ser un bastardo idiota con las chicas, soy bastante inteligente.

Mi madre murió cuando tenía 10, sentí el abandono de la única mujer que había amado y la soledad me mordió como una perra hambrienta.

Mi padre siempre tuvo ojos solo para mi hermano mayor Itachi, él puso todas sus fichas en él y siempre sentí que yo era el hijo no planeado que sólo tenía su apellido.

Odie a mi hermano en silencio desde que fui un niño, mi odio por Itachi se intensificó cuando ella murió, él siempre quizo ser un hermano para mi, pero mi personalidad amargada y fría terminó poniendo un muro entre nosotros.

La primera vez que la vi ella comía en el casino del colegio junto a sus amigas.

Las amigas de Sakura siempre fueron el tipo de chica extrovertida y liberal, con Ino folle un par de veces en alguna sala del colegio.

Con Temari pasó exactamente lo mismo, He incluso más de una vez las tuve a las dos en mi cama al mismo tiempo, pero a Sakura no la había visto nunca en ninguna de las fiestas a las que ellas solían asistir.

Ella era tímida, dulce e inocente, pero también tenía un carácter de mierda cuando se enojaba, Sakura Haruno era demasiado estudiosa y evitaba al sexo masculino a toda costa, no creo que lo hiciera apropósito, ella más bien era despistada ya que se metía siempre en sus libros, no puedo explicar cuál de todas las cosas en ella fue la que logró conquistar mi corazón amargado.

Sakura era hermosa como una muñeca de porcelana, pura e inocente como la nieve, inteligente como nadie más.

No me acerqué a ella por que era demasiado virginal para alguien como yo, nunca salgo a citas, nunca las llamo y yo sabía que aquella chica esperaría algo así.

La evite todo lo que pude, pero solía encontrarla siempre, chocábamos sin querer en los pasillos, chocábamos en la biblioteca, en la sala de música e incluso a la salida del colegio, y siempre salía de su boca un adorable "Sasuke-Kun" que me hacía sonreír.

Y por esa razón cada vez era más frecuente escuchar mi nombre en sus labios.

Sakura me miraba como si fuera algo inalcanzable que sus dedos no podían tocar, ella era bailarina de ballet, cuando caminaba parecía que flotaba, tenía la gracia y encantó de las mujeres de antaño, femenina y encantadora, dedicada y dulce.

Ella representaba todo lo que yo evitaba, soy un cabron, pero no suelo ser cruel. O eso pensaba yo..

Mientras él uniforme de mis compañeras de clase no dejaba nada a la imaginación, el de Sakura era normal y ocultaba sus curvas.

Cada vez que ella me veía besarme con alguna chica sus mejillas se sonrojaban y desaparecía de mi vista.

Llegó un punto donde me miraba tanto que me ponía nervioso, ella suspiraba cuando pensaba que no la veía, hasta que un día me vio con los pantalones desabrochados tirándome a Ino en el baño.

Vi sus ojos verdes dolidos, ¿pero por que? Ella sabía perfectamente que yo era así, sabía que me dedicaba a pasarlo bien en mi ratos libres y además nunca habíamos cruzado palabra alguna.

Creo que rompí algo de ella ese día, las siguientes semanas su mirada verde me evitaba, sus ojos tristes parecían acusadores.

Pensaba en ella más de lo debido y un día que quise encontrara y la encontré en el único lugar donde una chica como ella podía estar.

Ella intentaba alcanzar uno de los libros que estaban sobre su cabeza en la biblioteca, estaba de puntas con una expresión tan adorable que me hizo sonreír.

Me acerqué por la espalda y tome el libro, mi cuerpo estaba muy pegado al suyo, ella se tensó y dijo "que mierda haces"!

Cuando se giró y se encontró con mi sonrisa ladina ella enrojeció y soltó su característico "Sasuke-kun"

La miré de cerca y pude notar que tenía unas lindas pecas en su nariz, también me golpeó su olor dulce y femenino, yo odio lo dulce pero en ella ese aroma me pareció el cielo.

—¿que harás el viernes?

Le pregunte invadiendo su espacio personal, ella abrió sus ojos y su boca con sorpresa, pestañeó un par de veces y supe que estaba en shock, le di tiempo para procesar mis palabras y cuando comprendió que yo la había invitado a salir se sonrojó.

—nada -dijo en un susurro-

—pasó por ti a las 8

Le dije más como una orden que como una pregunta.

Me separé de ella y le sonreí antes de irme, pero Sakura siempre logró sorprenderme.

—¿Por que? -dijo más decidida-

Me giré y la acorralé nuevamente, su respiración se cortó y no pude resistir enredar un mechón de su cabello en mi dedo.

—no lo se Sakura, eres diferente.

No era una mentira, sabia que no era una buena idea por que nunca quise hacerle daño, pero como dije antes ella tenía algo que jamás pude explicar.

Yo lastime a Sakura, le rompí el corazón de forma estupida y cuando ella lloró yo lo hice por dentro, por que ella era especial, era diferente y sacaba lo mejor de mi.

Me gustaría tener una justificación, poder excusarme pero solo fue egoísmo y miedo.

Fue el pánico de sentir que por ella yo daría mi vida, el terror de darme cuenta que si la amaba y me dejaba no podría soportarlo.

Hoy después de casi dos años la volví a ver.

Sakura removió viejas emociones, ella sacó al Sasuke que alguna vez se derritió en su presencia.

Pero ¿como puedo acercarme si fui el culpable de todos sus males?.

Quizás debería comenzar por esa cita, recordar como empezó y terminó todo.

IrreemplazableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora