2. Recuerdo I: la cita el comienzo

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Sasuke

Pase por ella el viernes a las 8, vestía un bonito vestido azul en forma de campana hasta los muslos.

Ella lucía hermosa y adorable, dos cosas que no hacían juego conmigo.

Nunca había tenido una cita con una chica, por lo general ellas se ofrecían solas y casi no tenía que hablar.

La lleve al cine, nada original pero yo nunca había ido con una chica, ella parecía resplandecer cuando me miraba, también noté que era bastante celosa, fruncía el ceño cada vez que una mujer me coqueteaba y eso era siempre a cada hora.

Muchas veces la vi fulminar con la mirada a alguna chica, pero me hacía sonreír, miramos una película de acción y ella estuvo nerviosa las dos horas que duró la película, cuando salimos del cine me tomó de la mano para llevarme a una chocolatería.

Sus ojos brillaban con adoración al ver el chocolate en todas sus formas y sabores. Ella descubrió que yo aborrecía el dulce pero compro un pequeño bombón de chocolate amargo con café, me suplico que abriera la boca para darme la maldita cosa y con toda la vergüenza del mundo accedí solo para ver su sonrisa.

Ella volvió a tomar mi mano, el chico que aborrecía el contacto físico romántico gritaba en mi cabeza para que la apartara como a todas las chicas que habían intentado algo mas conmigo, pero no pude. Por que sentí electricidad con su contacto, sentí suavidad y calidez, todas esas cosas que había olvidado.

No pasó mucho tiempo hasta que nos encontramos con gente que me conocía del colegio, rostros de asombro, jadeos de horror por parte de ellas, pero los ignoré como siempre lo hago.

La lleve a la playa y nos sentamos en una de la bancas, era de noche y estaba un poco frío, pase mi chaqueta de cuero por sus hombros desnudos.

—Sasuke-kun

A pesar de la poca luz que había pude notar que estaba sonrojada.

Me acerqué a ella, mientras su respiración se cortaba le di la oportunidad de negarse, de decirme que era un idiota gígolo, pero ella no se apartó, ella me miró con adoración y amor y la besé.

Recuerdo que sus labios eran cálidos y dulces, que su lengua era inexperta y que sus manos temblaban, pero cuando atrapé su boca y me fundí con ella sentí algo cálido en mi pecho, mis manos se enredaron en su nuca y la besé con lentitud, memorizando como se sentía tenerla así de cerca, aspirando su suave aroma y llevándome sus suspiros.

Para mi ese momento fue crucial, por que descubrí que sus besos sabían diferentes a cualquier otra cosa que yo había probado.

Nunca había besado a una chica sin tener la intención de follar, yo no la toqué con lujuria ni le di a entender que era algo sin importancia, por que tenía un torbellino en mi mente pero no quería alejarme de esa chica.

La lleve a su casa y me despedí de ella de forma educada.

Camino a casa pensé que tenía algo realmente malo en mi, por que estaba haciendo cosas que me confundían y me asustaban, pero aquella noche me dormí con una sonrisa enorme en el rostro.

Al día siguiente la noticia de que el Playboy del colegio había sido visto tomado de la mano con la correcta Sakura se expandió como bomba atómica.

Todos me miraban con incredulidad, como si me hubiesen salido dos cabezas y no pudieran creer en los rumores.

Todo estalló aún más cuando fui a su salón a la hora del almuerzo.

IrreemplazableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora