Giovanna Ferrara; Nacida en Italia, hija menor de Amelia y Franco Ferrara, hermana de Gianna y Giovanni. Los tres hermanos son los mejores cazadores de su clan, sus padres se encargaron de entrenarlos desde niños para que consiguieran ese puesto. Gi...
Un golpe; Giovanna le había dado un puñetazo en el rostro a su hermano, seguida de una fuerte patada en el estómago, haciéndolo retroceder unos pasos hacia atrás.
Giovanni no se quedó atrás, él por su parte agarró el brazo de su hermana, pasandola por su hombro, haciendo que su espalda chocara con el suelo, colocando su pierna encima de su estómago para que no se levantará.
Pero ni con eso pudo detener a la rubia, Giovanna tomó el cuello de su hermano, y con la ayuda del peso contrario logró impulsarlo hacia atrás ahora quedando ella encima, aprisionando su estómago y brazos. El joven de veinte años recién cumplidos, agarró el cabello de la chica, jalandola hacia atrás, se subió sobre ella y se quedó observando fijamente su rostro, apretó sus dientes, y agarrando el palo que le había quitado su hermana, lo colocó contra el cuello de ella, arrebatándole el aire. La chica comenzó a patalear, golpeando los brazos de su hermano, exigiéndole que la liberará.
Por otro lado, al otro lado del jardín, se encontraban los progenitores de la familia, sentados en una banca, observando atentamente la pelea de sus dos hijos. Franco al ver tal escena, solo se cruzó de brazos para seguidamente hablar.
—¿No te parece que deberíamos detenerlos ya?.
—Si Giovanna no puede defenderse de un simple ahorcamiento, ¿como se defenderá de un vampiro u lobo?. -Preguntó Amelia sin apartar la mirada de sus hijos, sonriendo con orgullo especialmente al ver al varón.
Sus entrenamientos solían ser así; Golpes, jaladas de pelo, patadas, aventadas contra la mesa u otros objetos, golpes con palos. Todo estaba permitido, incluído los ahorcamientos.
Giovanna empezó a toser y a respirar con dificultad, fue en ese entonces que la expresión furiosa del de cabello rizado cambio a una total de arrepentimiento, levantándose, dejando caer el palo a un lado.
Franco se levantó junto a su esposa, y caminaron hacia sus hijos, él ayudó a su hija a levantarse, mientras está trataba de regular su respiración, en su cuello estaba la marca rojiza de aquel objeto. Amelia por otro lado, fue hacia su arrepentido hijo y colocó sus manos en las mejillas contrarias.
—Lo has hecho muy bien, Nini. -La mujer sonrió, y luego volteó a ver a su hija, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, amargando su sonrisa. —Y tú, Giovanna, si no puedes defenderte de un cazador, seguramente morirás desangrada por las garras de un lobo.
—Amelia, no le digas esas cosas. -Franco la miró con severidad.
Giovanna suspiró al escuchar a su madre, y al ya tener nuevamente su respiración con normalidad, se soltó del agarré de su padre, y caminó hacia el interior de su hogar luego de decir unas secas "buenas noches".
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—Gi... -Se escuchó un pequeño murmuro por parte de Giovanni mientras entraba en la habitación de su hermana, la cual estaba totalmente oscura a excepción de unas figuritas led de pececitos en el techo. —Nana, yo se que estas despierta.
