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Han pasado un par de horas sin dormir esperando a que lo que sea que tenga se le pase, he intentado llevarlo al hospital pero siempre sale con el pretexto de "Ya casi se me pasa".

- Ya duérmete, ya se me va a pasar - dice recostándose en el respaldo de la cama.

- Lo que voy a hacer es llevarte al hospital, no has parado de vomitar y vas a deshidratarte - digo caminando fuera de su habitación - iré a ponerme algo decente y te llevo, no te estoy preguntando - finalizo y voy a mi habitación, y tomo un jogger gris con una franja negra a los lados, un crop sweater del mismo color que estaba tirado en el suelo, creo que tengo que comenzar a recoger mi habitación, me pongo mis tenis blancos y hago mi cabello una cebollita a lo alto de mi cabeza, tomó dinero y mi celular, con su cargador si es necesario.

- Vámonos - digo entrando a su habitación - Ponte tus pantuflas para que estés cómodo.

Hace unos cuantos meses fui a unas clases para conducir, así que espero y mi Dori no aparezca.

- Tomare una bolsa, por si acaso - dice antes de salir.

Abro su auto por medio del botón en la llave mientras cierro el departamento.

- Oh no, no usarás mi auto - dice bloqueándome la entrada.

- Ryder, córrete - digo cruzándome de brazos, mientras el cambia su expresión a una sonrisa pícara con una ceja levantada - Oh vamos, deja de pensar en cochinadas - digo y se sube al auto por el lado del copiloto.

- Te pareces a mi mamá, me siento bien - Dice reclinando el asiento.

- Así quieres deshidratarte puedes regresar al departamento - digo arrancando el auto.

- Bien, entonces date prisa, no quiero ensuciar a mi bebé - hace referencia a su auto.

Aparco frente al hospital, bajamos y caminamos a la recepción, contándole todo a la joven enfermera que nos atiende.

- Y bien, ¿Desde cuando ha estado vomitando? - pregunta la chica mientras un doctor se acerca.

- La madrugada de hoy - responde.

Un joven doctor aparece vestido con un pantalón de vestir y una camisa azul cielo y una bata blanca desabrochada.

Creo que comienzo a sentirme mal yo también, como para estar internada siempre.

La enfermera le comunica al doctor lo que sucede con Ryder.

- ¿Como te llamas? - pregunta el ojiazul.

- Ryder, Ryder Donovan - dice despeinando un poco su cabello.

- Muy bien Ryder, ¿puedes sentarte en esa camilla? - dice el doctor e inmediatamente Ry se acuesta

- ¿Has comido algo diferente?, ¿bebido agua de la llave?, ¿comida caducada? - pregunta el doctor.

- Ayer comí leche caducada - dice Ry recostándose.

- ¿Has comido algo más? - digo pudiera grabaría su voz, ese doctor es de los que salen en novelas y películas, guapos, muy guapos.

- Si, pero lo he vomitado todo - responde.

- Perfecto - dice el doctor.

Me acerco a Ryder el cual está callado y un poco más pálido de lo normal.

- ¿Te sientes muy mal? - preguntó sentándome a su lado.

- Con que no me inyecten algo o alguna aguja no atraviese mi piel todo está bien - dice soltando un suspiro.

Una niñera para el Playboy (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora