𝐓𝐡𝐚𝐝𝐚𝐬𝐡𝐢 𝐇𝐚𝐦𝐚𝐝𝐚 █░ 6 Grandes héroes ░█

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3:00 𝘼.𝙈.

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Son las tres de la mañana.

No recuerdo haberme sentido tan cansada, cuando se supone el tener que soportar ésta rutina debería de ser mi compañía. Lo común, lo acostumbrado.
Pero es difícil, muy difícil saber que mientras otros duermen plácidamente, en mi caso me toca arrastrar los pies por las calles en el intento de no dejarme vencer ante el sueño.

Las luces de San Fransokyo junto al bullicio de los automóviles en cada parte moverse me fueron de cierta ayuda para mantenerme al tanto en mi meta. Las caminatas se vuelven cada vez más largas a mi perspectiva. Un hastío, una carga. El mítico Talón de Aquiles que me correspondía sobrellevar. Pero como todo sacrificio tiene que valer la pena exitosamente podía seguir luchando hasta que ese tiempo valorará y mi Karma fuese bien merecido.

Identifiqué, en aquel enorme edificio, entre tantas habitaciones. Una sola encendida a más no poder, imaginaba que seguido le cambiaban la bombilla a ese cuarto ésto gracias a cada segundo que era utilizada sin descanzo, por todas las noches. Suspiré, sabiendo mis pies solo serían felices hasta parar en mi destino. Acepté el reto de encaminarme solo un poco más, repitiendo que, dentro de unos pasos continuos podría mantener conmigo mis piernas, con ello recuperar sufrientes fuerzas para poder volver a levantar mis talones y, regresar.

Regresar para mí era, poder descansar, poder sentir el placentero momento de colocarme sin duda alguna sobre mi cama. Dormir, tan bella como su práctica era la palabra.

Intentando la mochila en mis brazos no se resbalará, preferí colocarla en mi hombro. No sé cómo explicarme, pero el equilibrio para mí cuerpo muy pronto se acabaría. Entre los pasillos impecables y con el olor aire acondicionado que solo provocó mis ganas por caer rendida aumentarán, sacudí mi cabeza. Todavía no, aún no podía decaer. No ahí, ¿qué pensaría la gente al encontrarse una chica extendida en el suelo?, no. Es mejor evitar que lamentar.

Movía mí vista para asentir, los labios para sonreír a cada saludo que recibiera. Pero ninguna palabra, lo único que soltaría iba a hacer un bostezo si me atrevía a devolver una sola oración amistosa.

- Qué tengas buen día, _________________. - les agradecía con una mueca, una sonrisa diminuta que desaparecía al pasar sus presencias de largo.

- Buenas madrugadas, niña. - elevé un pulgar para no parecer grosera, seguí.

- ¿Otra vez desvelandote? - me encogí de hombros, queriendo darle a entender a esa persona que no me volví para saludar, me daba igual. Aunque mis ojos y energías no pensaran lo mismo. Mientras yo avanzaba, podía sentir sus miradas lastimeras clavarseme en la espalda.

Todos ellos eran compañeros de mi hermano mayor. Emiliano, era todo un prodigio. Tuvo las mejores calificaciones, una impecable reputación en cada lugar en el que estudiase. Su talento lo llevo hasta esa reconocida universidad de tecnología avanzada junto a la robótica reciente, en la cual se desenvuelve bastante bien. Tiene todo un futuro en ese lugar, porque mientras él destaca entre los suyos, yo trataba de ayudarle en su sueño junto a mamá.

Ella estaba orgullosa de su hijo, de él. De sus logros. Por ello se esmeraba tanto en apoyarlo, para que algún día. Fuese alguien exitoso como siempre quiso Emiliano. Yo también estaba feliz, encantada de tener un hermano que, resumiendo. Era más listo que su propia hermana, estaba bien. Aunque no hubiera estado exagerado el detalle de compartirme sus genes en inteligencia. Desgraciadamente, los deseos, fueron en su mayoría. En vano.

𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 [ 𝑷𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆×𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂 ]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora