Juez de mis acciones
Muchas veces me he sentado en el banquillo de los acusados para escuchar cómo me juzgan. Siempre han intentado apagar mis ganas con sentencias absurdas y totalmente arbitrarias. Otras tantas veces se ha decidido obviar mi opinión y han dejado que solo mis silencios me defiendan en una corte que no respeta víctima ni acusado. Las pocas palabras que he podido articular no han sido capaces de librarme de una condena: la condena de vivir en este mundo. Nunca he rechazado mi destino, por el contrario, siempre he tomado cada nuevo día para despertar y desperezarme, abrir los ojos y mirar un sol que anuncia la hora de salir a cumplir los castigos y las bendiciones que nos depara la vida. Con mis silencios y mis pausas, mis principios y mis finales, he de demostrarles a esos ignorantes jueces que con la maldad no se juega. Un día llegará la hora de abandonar este frío banco de madera para sentarme en el estrado y juzgar a los verdaderos malos de la historia. El veredicto no dependerá de mí, solo de sus acciones.
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50 pensamientos antes de morir
Short Story50 trozos de alma. 50 pedazos de papel arrancados de mi corazón. 50 locuras tiernas. 50 reflexiones con polvo de mariposas. 50 tropiezos sensatos. 50 maneras de recordar mi cordura y mis colores frente a un mundo gris de desengaños. Estos son 50 pen...