CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

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-¿Hasta cuándo vas a seguir viviendo en una mentira, Abby? -Preguntó el chico paseando por los pasillos con ella.
-Hasta que tú, querido Malfoy, dejes de meter tus narices en mis asuntos.

Cuando se trataba de Draco y Abby, ya no había quien aguantase a ese par de chicos. Desde que Draco empezó a ser más abusivo con Potter, Abby se pegaba el día peleando con su primo.

La chica volvió a su mesa, dando a entender que la conversación entre Malfoy y ella terminaba en ese instante.

-Venga Abb, siempre que tenemos el primer día de clases haces lo mismo. ¡Vamos a llegar tarde!
-Relájate, Andrea. Tenemos media hora antes de poder llegar tarde a clases, Abby puede seguir con su desayuno tranquilamente. -Habló su amiga. Cuando se trataba de las clases, Andrea y Hermione eran idénticas.

Unas risas inundaron el Gran Comedor, Abby y sus amigas giraron la cabeza para ver de quién provenían esas risas y, efectivamente, los dueños de esas risas eran nada más y nada menos que de George y Fred Weasley.

La mirada de Abby conectó con la de su chico, haciendo que en los labios de los dos formaran una gran sonrisa.

-Nos vemos en la torre de astronomía a las siete, Mi Lady. -Murmuró el pelirrojo en su oído una vez estuvo a su lado. Después besó la cabeza de ésta y se sentó con los chicos de Gryffindor.

Pociones había sido un desastre ese día. Snape enseñó la poción del olvido y, una vez más, Seamus Finigan, el chico pólvora de Gryffindor, había hecho explotar su poción. Después de esa clase tocó Herbología,  Neville no se tomó muy bien la clase. Transformaciones tampoco había sido una buena clase, pero era de esperar.

La comida daba comienzo a su hora, haciendo que los jóvenes agradecieran la hora.

-Me pregunto para qué te habrá citado tu querido príncipe pelirrojo. -Habló la chica rubia.
-Es de esperar Aisha, son novios, no tiene mucho misterio. Y dado que no puedes besuquearte con nadie en los pasillos, por eso citó a Abby allí. -Añadió la estudiante.
-No tengo idea de los pensamientos que tenéis, pero sean los que sean, no quiero ser partícipe de ellos. Debo irme, George me dijo de enseñarme un nuevo artilugio para sus bromas.
-Espérame Ali, voy contigo, debo buscar a Fred.

La búsqueda del chico no fue muy complicada, estaba en los pasillos, manteniendo una alegre conversación con la chica Gryffindor, Angelina.

-Abby, estás aquí, te he estado esperando. Debo contarte muchas cosas. -Comenzó hablando el mayor.
-Está bien, querido príncipe pelirrojo, pero espera a decirlas en la torre. -Habló su chica caminando hacia su destino.

El resto de la tarde había sido normal. Abby y Fred hablaron de los nuevos artilugios para bromas, sobre cómo había sido el día para cada uno e incluso hablaron de planes de futuro.

Pero todo lo bonito terminó rápido, cuando La Dama Gorda gritó lo que a todos tomó por sorpresa: Sirius Black estaba en el castillo, y no iba a parar de buscar hasta que consiguiera lo que quería.

ALOHOMORA {Fred Weasley}Where stories live. Discover now