8.

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Capitulo 8.

A la salida de la escuela me encuentro con mi hermano Guz manejando mi coche el se ha ofrecido a llevarme a la academia para poder comenzar mi curso.
Llegamos después de quince minutos, me deja ahí y yo entró al establecimiento.

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- Hola señorita, tengo un bono de regalo que dice que empiezo la clase hoy.

- Claro, dejame el bono, llena esta información y en seguida te asignaremos tu profesor.
Le hago caso a la joven de la recepción y aguardo en la sala de espera.

- Jovencita Evans.
Una voz masculina recita mi nombre y yo levanto mi cabeza del celular.

- Soy yo.
Me encuentro junto a un señor de unos 40 años aproximadamente que me esta llevando a la parte de atrás, supongo donde tomare mi clase.

- Señorita Evans, ahí se encuentra su profesor.

Apenas observo a mi profesor, lo único en lo que puedo pensar:
¡Esto no puede ser real, el no puede ser quien me de mi clase durante los próximos meses!

- Hola Vico, pensé que no nos íbamos a ver jamás.
Tengo una sonrisa de oreja a oreja, mi felicidad no cabe en este lugar, pero trato de actuar normal

- Hey Matias eres tu, llegue a pensar lo mismo, pero, ¿tu eres profesor? ¿acaso que edad tienes?

- No imagines cosas Vico, mi padre es uno de los dueños de esta academia por lo tanto lo ayudo un poco con todo, y tengo solamente 19 años. No nos llevamos tanto.
Me río y niego con la cabeza

- Así es Matias nos llevamos sólo unos 3 años

- Me habías dicho que tenias 15. ¿le dije eso? ¿cuando? Seguramente no me acuerdo por lo ebria que estaba.

- Tengo 16, la costumbre de tener todo un año 15 me hace decirlo aveces. Trato de reírme, pero es uno de los comentarios más tontos que he hecho, valla que me pone nerviosa.

La conversación sigue hasta que el señor nos dice que se ha acabado el tiempo de mi clase

- No puede ser mi primera clase la he perdido hablando de mi vida con un extraño que no es tan extraño.

- Valla Victoria, eso no es perder el tiempo me gusta saber cosas de gente bonita como tú. No te lo había dicho, pero me gusta mucho como estas vestida, tienes un lindo cabello y una linda sonrisa.
Al escuchar eso, de alguien un poco mayor que yo me hace sonrojar y bastante, hasta me hace sudar las manos. No se que pasa conmigo.

- Gracias, pero lo mejor es que vuelva a casa.

- No te molestes, yo te acercare a tu casa no me gusta ver a las chicas lindas en la calle y mucho menos solas. Solo espera voy a avisarle a mi padre.

No puedes ser, ¿me esta coqueteando, o ya estoy alucinando?

- esta bien Matias solo no tardes tanto.

- Me puedes decir Mati o bebé.
Me doy cuenta que se ríe y yo pongo mis ojos en blanco aunque estaba esperando a que me diera la confianza de llamarlo de alguna forma.
....

Se parquea al lado de mi casa y yo bajo del auto, le doy la vuelta y me acurruco al lado del conductor para poder despedirme y agradecerle por haberme traído a casa.

- Valla que eso estuvo lindo.
Dice luego de darle un beso en la mejilla, trate de que se demorar un poco más de lo normal.

- Chao Mati, gracias por teaerme a casa

- ¡HEY! Espera, tu numero?

- Bye Mati, nos seguiremos viendo tres veces por semana. La próxima vez que nos veamos te lo paso, así me aseguró que habrá una próxima vez.

Entro a casa y me encuentro con mi padre

- ¿que tal la primera clase?

Si supiera lo bien que me ha ido - Bien papá, ha sido algo aburrida.
Subo a mi habitación y me recuesto sobre mi cama y tras de una hora me dan ganas de entrar al baño y voy a el

- NO NO NO NO, NO PUEDE SER. Grito como si hubiera pasado una tragedia
Me quiebro en llanto al ver mi celular en el retrete, no meteré mi mano a sacarlo.

- ¿Que pasa hija? Llega mi padre con cara de espanto, creó que estaba tomando una siesta.

Señalo el retrete y el solo se inmuta a negar con la cabeza y a reír un poco

- No te preocupes hija, llamare al técnico de la empresa haber si se puede salvar o te tocara comprar otro con tus ahorros.

No dejo de pensar en mi teléfono, no quiero gastar mis ahorros en un teléfono nuevo, tenia planeado gastarlos en el viaje con mis amigos.

La desesperación me esta matando, hasta que por fin mi padre entra al cuarto - Lo lamento Vicky, no hay nada que hacer. Te ayudare con la mitad del celular que eligas, tu pagaras el resto ¿cuando iras a comprarlo?

Lo pienso y no aguantare mucho sin teléfono - El jueves iré a comprar uno después de mi clase de conducción.

Sobreviviendo al Destino. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora