A la sombra de un gran roble de ramas frondosas y verdes, el pasto de vivo color crecía suave y rebelde alrededor de la piedra gris del monumento; las letras ribeteadas de color más oscuro que la piedra mostraban nombres y una corta leyenda.
El cielo azul grisáceo comenzaba a oscurecerse a pesar de que aún no era muy tarde, por la calle la gente caminaba sin prisas haciendo sus actividades, conscientes del lugar, el tiempo y el recordatorio escrito en la piedra.
Pobladores y forasteros, servidumbre y nobleza; todos conocían la historia, todos alababan al monumento, en todos había favor y tristeza. Todos recordaban la matanza inhumana y vil grabada con sangre en su historia e inmortalizada en una gran piedra.
Lo escrito en ella contenía la leyenda de lo sucedido: un asalto, una masacre y la pérdida del valor junto con la muerte del príncipe heredero, de la amabilidad con la muerte de la princesa que le seguía en edad y de la inocencia con la muerte de una niña.
La felicidad también se había esfumado aquella misma noche, se había perdido y sepultado con la muerte de la reina, las canciones se habían silenciado, los juegos detenido y en el rostro del rey podía observarse la desolación.
Cada poblador conocía la leyenda, sabía que a pesar de las heridas, el rey Arzac se había levantado y protegido a lo único que mantenía viva la fe del pueblo: El príncipe más pequeño de la familia, gemelo menor de la princesa más pequeña. Como único sobreviviente aparte del rey, se había convertido en el heredero al trono y en la única esperanza de la ciudad.
El cielo parecía estar nublado desde entonces, el amor de la gente por sus soberanos era palpable y la promesa de defender, cuidar y vengar a la familia real era proporcional al odio que se tenía al culpable de la masacre y de haber arrebatado la felicidad a los pobladores del reino de Azcapol: el rey de Coyac. Todos en el reino sabían que debía morir.
Para el pueblo aquel monumento y aquella historia que contenía, eran una leyenda que formaba parte de su propia identidad, en cada lugar de la tierra se conocía como una promesa y para el reino de Coyac, era una verdadera amenaza.
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¡Hola!
Después de dos semanas continuamos con la historia, y como este capítulo es muy corto, decidí subir dos capítulos el día de hoy, así que por favor, sigan adelante 😉
¿Hay algún comentario, impresión u opinión que quieran decir? Si es así la pueden dejar por aquí 🍁
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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Daga de Plata
FantasyEn un reino del norte, un monumento inmortaliza una historia: un asalto, una masacre y la pérdida del valor junto con la muerte del príncipe heredero, de la amabilidad con la muerte de la princesa que le seguía en edad y de la inocencia con la muert...