꒥ 갓 : 📓 ◜𝐃.𝘦𝘢𝘳 𝘋𝘪𝘢𝘳𝘺 𓂃 ࣪˖ 𖦹

O2

El de cabellos morados se encontraba sentado en el borde de su cama abrochandose su camiseta. Al terminar observó de reojo al peli verde, el cuál se estaba poniendo el pantalón. Habían "estudiado" toda la noche.... Sí.

— Kokichi: Idiota. El exámen es importante y yo no estudié y no pienso estudiar el fin de semana.

— Rantaro: -Soltó una risa- ¿De que te preocupas? Pídele a Shuichi que te ayude a hacer trampa.

— Kokichi: Uh.. ¿Seguro?

— Rantaro: Sí, lo tienes a tus pies, él haría todo por ti.

— Kokichi: Uh.. Tienes razón. Cómo sea, haz el desayuno!

— Rantaro: ¿Porqué yo?

— Kokichi: ¿Quieres que queme la cocina?

— Rantaro: Uhg.. de acuerdo.

Ambos se levantaron de la cama y salieron del cuarto, luego, Amami se dirigió hacia la cocina mientras qué el pequeño encendía el televisor y se sentaba en el sillón.

— Noticiero: En la madrugada de éste sábado se encontró el cuerpo de Katashi Botan.

— Kokichi: ¿Uh?

— Rantaro: ¿Ése no es el profesor de historia?

— Kokichi: -Sonrió- ¡Mi deseo se hizo realidad! ¡¡Finalmente no tendré que soportar más a ése viejo!!

El pequeño levantó ambas manos hacía arriba, su felicidad se notaba extrañamente sincera; realmente le alegraba la muerte de su profesor. Amami notó ésto pero no le importó, de todos modos así era el pequeño.

Ambos desayunaron y pasaron un rato viendo la serie favorita de ambos: Danganronpa. Luego, el peli verde tuvo que irse por las exigencias de su madre.

— Kokichi: Escribiré eso en el diario.

Dijo mientras se dirigía hacía su habitación, luego comenzó a buscar su diario, y, al no encontrarlo, se preocupó; si alguien lo leía se daría cuenta de varios secretos y eso era lo que menos quería. Temía de su reputación en éstos momentos.

— Kokichi: ¡Mierda! Lo dejé en la academia.. espero nadie lo lea...
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Pov Saihara:

Deslicé la página para poder leer la segunda hoja. Tenía algo de sueño ya que anoche no había dormido nada, pero eso poco me importaba ya que lo había hecho por Ouma-kun.

O9/O3/2OXX

Siempre he querido una figura de mi queridísima waifu Celestia. Es el mejor personaje de Danganronpa THH! Sólo que mis padres están de viaje y no puedo gastar el dinero que me dan en eso, ya que sus figuras son caras.

Moriré en paz cuándo alguien me de una figura de Celestia.. o algo de ella, joder es que es tan linda. Makoto te odio, por tu culpa mi Celes no ganó el juicio. Su plan era perfecto y.. uhg, injusto.

Cómo sea, ¿Ya escribí lo mucho que amo a Celes? Pues lo haré y daré si es necesario cien razones por las cuáles es el mejor personaje de THH.

Resumidamente, lo que sigue es un texto de dos hojas adorando a Ludenberg. Geez.. que celos tengo, ojalá ser ella; claro, es imposible, soy malísimo para las apuestas, aún que.. si Ouma-kun me lo pidiera, por él me volvería el apostador definitivo.

Cómo sea, ya se que es lo que quiere mi querido Ouma-kun, así que se lo daré. Me di una ducha y me puse ropa casual, para luego salir de mi casa e ir a la tienda llamada “Mandarake” en dónde vendían puras cosas de animes y mangas. Un día, vi una figura de Komaeda: Mi antagonista preferido, así que, seguramente también habrían cosas de Ludenberg.

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— Kokichi: Vaaamos, no seas mala!

— Miu: Lo siento idiota, no puedo ir. Mi mamá me castigó por no hacer la tarea, y de hecho si ahora me ve con el celular me va a matar.

— Kokichi: Geez... de acuerdo, de acuerdo.

— Miu: Ya viene mi mamá, adi-

Ahí se cortó la llamada. El pequeño soltó un suspiro pesado y comenzó a ver cualquier cosa en su celular para no aburrirse. Después de exactamente una hora, el timbre de su casa fue tocado, así que el peli morado se levantó vagamente de su cama y se dirigió hacia la puerta, y, al abrirla, no había nadie.

— Kokichi: ¿Uh?

Al bajar la mirada se dió cuenta de que había una bolsa. Miró a sus alrededores con la esperanza de encontrar a alguien, pero, al no ver a nadie, agarró la bolsa y cerró la puerta.

— Kokichi: ¿Que es..?

Al abrir la bolsa miró algo que, según él, lo llenó de vida: Era pura mercancía de Ludenberg. Dios mio, ¿Enserio eso era pará él?

— Kokichi: -Gritó de la emoción- ¡¡Gracias al que sea que me dió ésto!!

Abrazó la bolsa mientras pegaba pequeños brincos de la emoción. Joder, definitivamente ése era su día de suerte.