Me enamore de tu otro Padre.(II)

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Lena volvio a ver su reloj, lo había hecho al menos unas cinco veces en la última media hora. Hoy era viernes, se supone que ella sale de empresa puntualmente a las dos de la tarde. Tiempo suficiente para regresar a casa, arreglarse, recordarle a su madre que debe comportarse si la va a acompañar y estar puntualmente a las tres para recoger a la única mujer que a amado en su vida.
Lori Luthor.
Pero estaba atrasada, y sobretodo harta de escuchar lo mismo. Ella está reclinada en su silla, golpeando con la uña la gran mesa de cristal. Los accionistas y él vicepresidente, notaban la tensión. La mujer que estaba exponiendo este "novedoso" diseño, se estaba ganado la furia de un Luthor. Mira momentáneamente su teléfono, está mostrando en la bandeja de notificación cinco mensajes. Uno es actualización de una app, correos de la empresa. Un mensaje de su Madre: recuerda despedir a ése... Lena no se tomó la molestia de abrirlo. El otro era un mensaje sobre su app más reciente instalada, Cupido en Línea. Y por último, el mensaje que la estaba obligando a no agarrar su teléfono; un mensaje de la madre de su hija diciendo: tenemos que hablar.
¿Hablar de qué?
Lo único que tenía para hablar con Kara Danvers, era de su hija. La última vez que esto pasó, era de ponerle límites a su Madre. Pensaba que el título de abuela, le permitía ir a sus anchas por la casa de su nieta, criticar su crianza y llevársela. Fue un pequeño inconveniente, que por poco no acabo en tribunales...Otra vez.
Ella frunció el seño, sin quitarle la vista al teléfono. También podría tratarse de las vacaciones de navidad, ambas querían llevar a Lori fuera de Nacional City, ambas no querían ceder en ese aspecto. El consuelo que le queda, es qu no se trata de alguna urgencia, porque fuera recibido una llamada y no un ambiguo mensaje.
Recibe otro mensaje, este es de Lex:
¿No deberías cortar está reunión?
Ella lo mira su lado, el reluce con una enorme sonrisa, mirando a la mujer que está exponiendo al frente. El levanta el brazo, dejando justo a una altura que puede coincidir con la de Lori.
Tal vez ellos no sostengan una relación de hermandad muy cercana, pero como los últimos años de su vida, Lori es el puente que los une.
—¿Eso es todo?—Exige, cuando la mujer a tomado una pausa para tomar agua.
—Si, pero hay algunas cosas que patentar. Cómo podrá ver a continuación...
Lena se levanta y la interrumpe.
—Entonces esto aún—Dice señalando la presentación de powerpoint.—Es un diseño inconcluso.
—Realmente no, pero en una semana...
—Entonces, has tenido un mes de prolongación y has exijido una junta a última hora. Para presentarnos una idea inconclusa ¿Crees que el tiempo de estos caballeros es un juego?
La mujer aún quiere defender su argumento, pero se calla cuando ve a Lena salir de allí.
—Bueno.—Dice Lex chocando las palmas.—Creo que con la salida de la presidenta, deberíamos dar esto terminado ¿No cree señorita Eve? 
                                 SC.SC.SC
Está en el auto, mira justo el retrovisor y su chófer la mira, le da una sonrisa comprensiva. Tal vez ella no es la única que ha metido la pata con su hija en la última semana. Lori está sentada a su lado, vistiendo aún como una bailarina.
—Me gusta tú tutú verde.
Intenta conversar con su angelito, que está mirando por la ventana con la carita enojada.
Mujeres, tan difícil de complacerlas...
Aunque sabe que la molestia es por haber llegado tarde a la clase, llegando a un cuarto de hora para que acabará. El retraso más largo que a cometido. Su hija la saludo, pero más allá de eso no ha querido hablarle.
—Es porque es tu color favorito.—responde con la voz baja, como un cachorro regañado.
Le recuerda exactamente a Kara. Cuando su madre amenazó con ir con la custodia completa. Kara se había aferrado a la camisa de Lena, diciéndole: No me la quites, por favor.
Se había sentido miserable, al ver a aquella mujer suplicándole con los ojos inyectados en sangre y llorando sin pena alguna.
—También es el tuyo.
—Lo es el rojo y el azul.—explica Lori viendo al fin a su padre.—Asi como el fucsia.
Niños...todo cosa colorida, dulce y divertida, serían su favorito.
—Por supuesto.—Le ofrece una sonrisa, pero su hija no se la devuelve. Ella se queda mirando otra vez por la ventana—Sabes estoy segura que tú abuela debe estar esperando con un regalo sorpresa.
—Un-jum.
Es toda la respuesta que recibe hasta llegar a casa. Al subir por las escaleras, se abre las puertas dobles. Liliam Luthor, sale tan reluciente como se puede a los cincuenta y tantos años.
—Lorianne, hermoso regalo del cielo.—Ella se agacha y le da un abrazo a su nieta.—Bienvenida a tu casa.
Lena tiene que girar sus ojos, su madre nunca se cansaba de recibir a Lori de esa forma. Y no, no es por el abrazo o que la llamé por su nombre completo. Es la insistencia de recordarle a la nieta, que es este su verdadero hogar y no el basurero en el dónde vive, como suele referírse a la pequeña casa de Kara Danvers.
Su hija la abraza con fuerza y por fin su ánimo se  levanta.
—Te he extrañado un montón abuelita Lili.
—Yo también cariño, está casa se siente enorme cuando tú no estás.
No puede evitar sentir un poco de celos, su madre se ve tan genuina cuando está con Lori, y no se ve otras intenciones ocultas más que secuestrarla y mantenerla en la Mansión Luthor. No es esa mujer que jugaba con la mente de dos niños, para que se superarán entre sí.
—Lena porque no subes y te aseas, mientras que  Lorianne y yo vamos a ver qué sorpresa le espera en su habitación.
Ha Sido un día bastante agitado, así que no le parece mala idea ir a descansar un momento con las burbujas.
—Esta bien, y por favor nada...
—Si lo sé.—Dice restndole importancia a la advertencia semanal.—Nada de dulces antes de las comidas.
Con eso resta puntos con Lori, al actuar como la mamá no divertida. La niña la ve con mala cara y agarra la mano de su abuela, y van adentro. Lena suspira, va ser un fin de semana largo para cambiar esas expresiones amargadas por una bella sonrisa soleada.
Ella se sumerge y da un suspiro de alivio cuando el agua tibia cubre por completo su cuerpo. Cierra los ojos, pero no puede dejar su mente totalmente en blanco. Piensa en que mañana es sábado y llevará a Lori al museo, ella se moría la semana pasada para ir a ver dinosaurios y espera que aún le emocioné esa idea. Si no, le tocará improvisar. Entretener a un niño era más difícil que persuadir una sala llena de hombres blancos, mayores y adinerados en invertir en alguno de sus proyectos. Pero cuando logra su objetivo, de hacer feliz a su hija, vale más que cualquier tranferencia bancaria.
—El observatorio puede ser una opción.
Ella toma su teléfono para comprobar si abren mañana. Al desbloquearlo, como caso siempre, tiene múltiples notificaciones. Había olvidado que lo tenía en modo silencio. Pero hay una notificación que destaca sobre las otras, del app: Cupido en Línea. Ella se endereza en la tina, había olvidado por completo contestar. Toca la notificación y la envío directo a la bandeja de entrada de que comparte con la usuaria SuperMon. Hay un pequeño botón morado, la lado del nombre, indicando que el usuario está conectado en ese momento.
SuperMon:
—¿Te arrepentiste?
Aquello fue escrito hace dos horas, esa pregunta viene acompañada con emoticones de risa con llanto.
Chess.91:
—No, para nada. Solo tuve un día ajetreado en el trabajo. Pero ahora soy toda tuya.
Entra en pánico al ver que no hay respuesta inmediata. Lena se queda en blanco, no sabe que le impulso a escribir esa última línea. Ella había sido muy formal y respetuosa, hasta ahora...
SuperMon:
—¿Entonces serás toda mía el domingo por la noche?
Había pasado dos años desde su última novia, así que está oxidada en el terreno del coqueteó ¿Aquello era doble sentido? No solo le proponían cena ¿También postre? Ella se hunde entre las burbujas...dejando apenas su manos arriba y parte de su cara.
—¿Que estoy haciendo?
Reanudar tu vida sentimental, amorosa y sexual. Había afirmado su mejor amiga Sam, en su última salida. Habían tomado tanto, se habían divertido, quejado y llorado por como estaban resultando sus vidas. Lena había confesado que estrañaba no solo el abrazo de un amante, si no alguien con quién contar, alguien que no la hiciera sentir sola cuando su hija se fuera de regreso con su otra madre. Cupido en línea, te traerá tú alma gemela. Tal vez fue porque estaba borracha, o porque la relación más duradera de Sam en los últimos cinco años,  salió de allí; o simplemente su cerebro murió esa noche.
Creo el perfil, uno que no encedieran las alarmas: La multimillonaria empresaria y científica Lena Luthor, busca novia por internet. Nombre nada delatador, foto de una piedra con cristales verdes, escasa información en el perfíl. Luego de ese día se olvidó de que la aplicación existía. Fue su hermano Lex quien le recordó la existencia de eso. El necesitaba una información para una entrevista con una novata llamada Nia, y ella le dijo que podría allarla en el teléfono y que se la reenviara a él mismo. Ella estaba ocupada con unos documentos, cuando escucha reír a su hermano.
—Vaya, al fin puedo verte como una mortal.—Lex muestra el teléfono, es su perfil y muestra que dos personas se pasearon por allí.—La gran Lena, no puede conseguir un cita por internet.
—¡Dame eso!
Lex como hermano mayor y hombre maduro, se levanta del mueble apenas ve que su hermanita hace lo mismo.
—Busco una mujer de mediana edad, inteligente, simpática, bla bla bla... No le tengo miedo a los niños.
El sigue recitando la información del perfil, mientras Lena intenta arrebatarle el celular.
—En pocas palabras busco una compañera de vida...Aaaw que enterncedor Lena, no sabía que estabas tan desesperada.
Ella logra, por fin, tener de vuelta su celular.
—Que te he dicho de curiosiar mis cosas.—Mumura enojada, decidida en borrar el perfil y la app.
—No te entra curiosidad de quién te acosó.—Su hermano está mirando por encima de su hombro.
Ella duda antes de borrar, mira la app, luego a su hermano. Sus cejas se juntan, le entra la duda, vuelve a mirar a su hermano y éste le hace un gesto de que mire. Ella retrocede, decide que no tiene nada que perder y ojea quien pudo ver su perfil. El primero es un caballero, que duda que tenga la edad suficiente ingerir alcohol legamente, promocionando algo. La segunda es una joven mujer, morena y de preciosa sonrisa.
—Y el nombre de la lotería es SuperMon.
—Deja de burlarte.—Ella se vuelve a sentar detrás de su escritorio, deja el celular en el. Su hermano se acerca y le da clik el en perfil de SuperMon.—¿Que haces?
—Oh vamos me vas a decir que no tienes curiosidad por la única mujer que quiso ojear tu aburrido perfil.
—No es aburrido...
—Por supuesto, En pocas palabras busco una compañera de vida...—Lex repite la última oración del perfil de Lena— Eso ahuyenta a las personas, algunas entran a este tipo de app, solo para buscar a alguien con quién pasar la noche.
Lena no le presta atención a su hermano. Ella está leyendo la información de SuperMon. Tiene Veintinueve, estudia periodismo, trabaja medio tiempo...Tiene una niña pequeña; y buscaba a alguien con quién compartir su amor por las caminatas a la hora de salir el sol y los potstickers.
Sin que se de cuenta, tiene una pequeña sonrisa rebelde en su cara.
—Sabes que quieres mandarle un mensaje, y no tienes nada que perder...
Había tenido unos cuantos argumentos válidos, como que le excasea el tiempo. Otros un tanto más descabellados, como una hacker que iba tras sus millones. A la final fue Lex quien mandó el mensaje...y así fue como ha mantenido contacto con esa dama por más de tres meses.
Chess.91:
—Me pones en jaque, no suelo salir los fines de semana.— O la semana en general.—tendría que conseguir a alguien para que cuide a mi hija.
SuperMon:
—Oh lo entiendo, sin presiones ¿Ok? En otra oportunidad será.
Pero ella no quiere perder esa oportunidad, se siente como si fuera su último tren. Y cuando ese pensamiento hace eco en su cabeza, se da cuenta lo patético que es.
Chess.91:
—No, no, no...
Presa del pánico lo envía.
La respuesta es instantánea
SuperMon:
—¿No? ¿No quieres verme?
Lena ve la burbuja notificando que SuperMon, tiene aún cosas por decir. Ella escribe lo más rápido que puede, para arreglar este malentendido.
Chess.91:
—Claro que sí, quería intentar decir...
—Esto estúpido.—Dice Lena, sintiéndose avergonzada.—Porque cuesta tanto.
Ella vuelve a teclear, a la velocidad de sus latidos.
Chess.91:
—Es que no pensaba que aceptarías... Solo debo buscar una niñera y nos vemos ese día.
SuperMon:
—¿No veo porqué no querría verte?
Chess.91:
—Nunca nos hemos visto..
SuperMon:
—Pero será algo que remediemos este domingo.
Tenía razón allí, si seguían así...Lo más correcto era vese en algún momento. Ver si esas chispas que sentían acá serían igual al verse de frente..
SuperMon:
—Luego veremos a dónde va todo ¿ok?
                                   

¿Amigas? (One Shost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora