𝒮𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒𝓋𝒾𝓋𝒶

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Sus piernas se movían tan rápido como la mortalidad de su cuerpo humano lo permitía, sentía como su vista se enfocaba y desenfocaba de vez en cuando, mientras las palabras dichas por Layla en esa llamada le hicieron temblar, sentía que su corazón se estrujaba en su pecho, el dolor, la ansiedad, el miedo. Eran tantas las emociones que querían salir a flote, todas al mismo tiempo...y para alguien para Warren, una persona que siempre tendía a ocultar lo que sentía, mas nunca a mentir, era casi una ironía, y ahora su rostro reflejaba todo, había tanta angustia tras sus pupilas, que mas de una persona se le quedo viendo con melancolía, sin saber si quiera la situación. 

El abrió las puertas del hospital de pronto y se adentro a buscarlas, fue poco lo que tardo ya que dio con la habitación con relativa facilidad, vio a Layla sentada frente a la puerta, esperando, se quiso acercar pero una enfermera se interpuso.

—Está en estado de Shock, en este momento...hay que dejar que salga de la situación con tiempo –murmuro ella- ¿Es familiar?

—De la señora Lian... ¿Cómo esta ella ahora? –la enfermera bajo la mirada un momento como si pensara en cuales serian las palabras apropiadas a utilizar-.

—Señor Peace...si me permite opinar...los doctores de esta clínica le dirán que pueden hacerla funcionar, que pueden sanarla, pero la señora Lian está en un estado sumamente delicado, llevo dos años siendo su enfermera a cargo, la eh acompañado en sus quimioterapias y en cada día aquí, sus órganos están destrozados... su cuerpo no va a soportar un trasplante y ella no va a querer vivir conectada a maquinas...aun esta lucida, pero...le queda muy poco tiempo de vida, ahora mismo es una agonía... estando con ella quizá alivies sus últimos momentos, la señora Lian merece paz...

Warren sentía como cada palabra dicha por aquella mujer le lastimaba, si que era una realidad y él lo sabia pero también aceptarlo era algo problemático. El camino lentamente hasta que paso por frente a Layla, ella no se movió ni hablo, parecía estar perdida en otro sitio, muy lejos de allí. El pelinegro se dijo así mismo que la ayudaría, en cuanto el mismo se pusiera en calma, se permitió entrar a la habitación donde estaba la señora Lian, tuvo que decirlo o pensarlo, verla de esa manera le dio inmensas ganas de llorar y dejar aflorar su angustia de perder a la persona que mas había aportado en su vida, mas incluso que sus padres, circunstancias distintas pero el mismo final.

—Te...ves...muy...mal –murmuro la señora Lian mientras miraba a Warren quien dejo salir un suspiro contenido- Acércate... 

—Mira quien dice eso... -respondió el, quizá en intento de una broma que nunca sonó como tal, sus ánimos estaban tan bajos que al hablar su voz sonaba mas rasposa y decaída- No sabes lo mucho que lamento esto...no lo mereces... esto es mi culpa..

Murmuro el apenas audible mientras tomaba las manos de la anciana mujer entre las suyas, un escalofrió recorrió su cuerpo al sentirlas tan frías, tan agonizantes.

—Deja de decir tonterías, niño tonto...esto no sucedió por tu culpa

—Yo lo provoque...lo amenace...le quite a la mujer que el...tenia... si no lo hubiera hecho tu...

—Moriría eventualmente – Le corto ella mientras tomaba aire tratando de no hacer ninguna mueca de dolor, no quería causar más dolor en Warren-. 

 —No digas eso

—Siempre te diré la verdad, y esa es la verdad. Las decisiones que tomaste, todas te formaron con carácter y fuerza, no eres ese niño llorón que hace años fue traído a mi puerta, tu puedes provocar cuanto quieras pero nadie obligo a ese hombre a hacerme lo que me hizo y no puedes tomar esa responsabilidad por el por qué estarías tomando su culpa, tu salvaste a una mujer de sufrir el resto de sus días junto a una persona horrible...la ayudaste y si mi vida es el precio a pagar por eso...entonces soy muy feliz –Dijo finalmente con su mirada un tanto más dilatada mientras se podía escuchar como el aire iba abandonando sus pulmones- Estoy...orgullosa... de lo...que eres...no eres de mi sangre...pero siempre te considerare mi nieto...mi pequeño Warren.. 

El pudo observar como lentamente los ojos de la mujer se cerraban, y de pronto el último aliento de vida escapo de sus pulmones, pese a todo el podía vislumbrar que claramente no tenía el rostro afligido o cargado de culpa, ella se fue en paz y con todas sus cuentas en armonía, Warren acaricio lentamente su rostro y dejo su cabeza en su pecho mientras sentía su mundo desvanecerse.

—Siempre te voy a querer...gracias por quererme cuando nadie lo hizo...por creer en mi...por darme la oportunidad de ser mejor y no solo "el hijo de un villano que acabara en el mismo lugar que su padre"... gracias... 

Quiza ella no escucho sus últimas palabras, pero en el fondo de su corazón a Warren eso le generaba paz, casi tan grande como su odio y sus ganas de matar a Will. 

Flowers (Layla y Warren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora