Ya han pasado 2 meses desde que me secuestraron. Es muy duro, me encerraron en una habitación negra, con decorados dorados y pisos de alfombra color rojo. Me acuerdo cuando hablé con mi mamá por última vez.
No puedo entender porque el hombre no me había atacado (excepto el puñetazo mortal), pero estoy muy débil. Sólo como pan con agua, y muy de vez en cuando me da sopa en vez de agua.
La chica que me resultaba familiar era Sophia Green una chica de mi edad que había desaparecido. Todos la creían muerta. Ya que estamos aclarando cosas, pude hablar con la policía hasta que el celular se me quedo sin batería. El cargador lo tengo pero necesito un maldito enchufe para conectarlo, aquí no hay nada.
-Emilia- Sophia interrumpe mi explicación.
-¿Si?
-Estamos en problemas...
-¿Porque?, ¿Qué más nos puede pasar?
-Emilia-Se pone a llorar- ¡Él nos va a matar!
Me quedo sin palabras y me pongo a llorar. Ella me abraza y me dice
-Los escuché hablando. A él y otro más. Él nos está dando poca comida para que cuando nos quiera matar lo pueda hacer fácilmente. ¡Dice que luego les mandarán nuestros cuerpos a nuestros padres!
Yo lloro peor, y me tiro al piso, en posición fetal. Esto no está pasando...
Tengo que encontrar ese enchufe.*mientras tanto en la casa de Emilia*
María esta tirada entre Romina y Nicolas, los tres llorando desconsoladamente, siguen la rutina diaria. Deprimirse al extremo. Ella ya se hubiera suicidado si no fuera porque todavía hay esperanzas de que siga viva, si no fuera porque le prometió que nunca dejaría de luchar. Los policías la buscan desesperadamente. Lo que nadie sabe excepto el secuestrador y sus dos cómplices es que Emilia y Sophia están escondidas bajo tierra.
Jake está desconsolado y rabioso. Después del trabajo se encierra en su cuarto y pone música a todo el volumen. No quiere comer ni dormir, no puede, él va al psicólogo pero no le ayuda mucho. Le duele demasiado.
*con Emilia*
-Escucha Sophia, necesito un enchufe para mi celular. Tenemos que buscarlo juntas, no hay tiempo que perder.
-Esta bien, veamos que encontramos.
Buscamos por casi todos lados, solo queda fijarse por debajo de la biblioteca.
Y ahí está, un enchufe...
-¡EUREKA! ¡Lo encontré!
Quitamos la biblioteca y conectamos el teléfono. Hizo un sonido glorioso que hace cuando se lo conectan, dentro de unos cuantos minutos se podrá usar...
No puedo esperar.
Unos cuatro minutos después el teléfono se prende, tenía poca potencia el enchufe. Cuando quiero llamar noto que no hay señal, siento tristeza y frustracion. Quiero irme de acá, no puedo más, es insoportable.
Después de tres horas el teléfono está a la mitad y ya lo puedo desenchufar, ahora voy a moverme a ver si consigo señal, por lo menos una línea.
*en la casa de Emilia*
Llaman al teléfono (uno nuevo), todos en la casa están durmiendo, justo cuando la llamada está a punto de cortarse, llega Eric, el papá de Emilia y atiende el teléfono.
-¿Hola?
-Si, hablamos de la policía, ¿Esta es la residencia de Emilia Dipriacosta?
-Si habla el padre, ¿Qué sucede, hay alguna novedad? ¿La encontraron?
-Tome asiento y escuche, acabamos de recibir una ubicación satelital, proveniente de un teléfono celular que según tenemos entendido es de Emilia. Por lo tanto tendríamos la ubicación del teléfono celular de Emilia, lo único que falta para confirmar es una llamada de su parte o algún indicio que nos indique que ella tiene su teléfono.
-¡Son muy buenas noticias!-Eric se alegró al instante-
-Esto significa que debe dejar libres las líneas.
-Ok, entendido.
Se termina la llamada y Eric pega un grito de alegría que despierta a todos.
-¡¿QUÉ PASÓ?! - dicen María, Nicolás y Romina.
Eric está tan contento que no puede hablar, sus lágrimas caen pero no es por tristeza. Sin embargo el resto de los integrantes de la casa no lo saben y piensan lo peor.
-¿¡QUE PASÓ ERIC!? ¿¡QUÉ PASÓ!?
-Me llamo la policía, esboza una sonrisa. Tienen su ubicación, gracias al teléfono que se ha encendido... Hay que mantener las líneas libres. Prohibido usar el teléfono, solo contestar y si no es Emilia entonces hay que cortar. ¿ENTENDIDO?
Los dos hermanos empezaron a saltar de la alegría. Y la madre se quedo quieta y esbozaba una gran sonrisa.
Y de repente suena el teléfono...
La madre se trepa a la mesa y exclama ¡TELÉFONO! Luego lo atiende, pero no entendía nada
-Emi Emilia?
-¡¡¡¡¡¡¡MAMÁÁÁÁÁ!!!!!!!- contesta Emilia llorando aliviada, desesperada, deseando más que nada en el mundo ver a su mamá. No aguantaba más ese lugar, no podía. Se le hacía cada vez más difícil respirar y se moría de hambre.
Su madre se dio cuenta de todas estas cosas, sabía que tenía que sacar a su hija de allí.
Aunque fuera lo último que haga...

ESTÁS LEYENDO
Emilia
Teen FictionElla es Emilia, recién se mudó a Boston con su familia. Pero no entiende por qué , como toda chica, va al colegio. Lo que no sabe es que sentirá el amor... ¿Te animas a acompañarla?