7.- Sick Partner

351 23 0
                                    

Pannacotta Fugo x Narancia Ghirga

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pannacotta Fugo x Narancia Ghirga

Fugo movía su pie impaciente. Narancia tenía problemas de aprendizaje, pero nunca había llegado tarde a las lecciones que él le daba. El pelinegro realmente quería estudiar.

—¿Quieres quedarte quieto? —dijo Abbacchio—. No puedo dejar mi taza en la mesa, porque tu pierna la mueve y voy a terminar derramando todo.

—¿Pasa algo, Fugo? —preguntó Bruno, con más tacto que el peliblanco.

—Tengo un mal presentimiento.

—¿Sobre Narancia? —inquirió Giorno esta vez.

—Sí... Nunca llega tarde, y siento que algo malo le pasó.

—¿Deberíamos buscarlo? —dijo Mista.

—Iré yo solo, no se preocupen —sentenció Fugo poniéndose de pie.

—¡Espera! —dijo Mista preocupado—. Si te vas seremos cuatro...

—Bruno y yo ya nos vamos —dijo Abbacchio terminando su taza y dejándola en la mesa.

Los tres salieron y Fugo tomó un camino separado de Bruno y Leone en dirección a la casa de Narancia, esperando encontrarlo en el camino, lo cual no pasó.

Llegó hasta la puerta e inhaló con fuerza antes de empezar a dar golpes como desquiciado.

—¡NARANCIA! ¡¿QUIÉN DEMONIOS TE CREES PARA HACERME VENIR A BUSCARTE PERSONALMENTE?! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA AHORA!

Sin embargo, nadie abrió la puerta.

Maldición. ¿Y si algo malo le había pasado? Lo mejor era entrar y revisar.

Sabía dónde tenía la llave de emergencia, así que la tomó y abrió la puerta.

Entró con cautela, encontrando todo desordenado y silencioso. Las llaves y billetera del pelinegro seguían ahí, lo que significaba que no había salido de la casa. Lo buscó por todos lados sin éxito y, cuando pegó su oreja a la única puerta cerrada, escuchó pequeños ruidos en el interior. Abrió la puerta y encontró a Narancia tirado boca abajo sobre la cama tosiendo.

—¿Qué demonios? ¡Narancia!

El pelinegro rezongó de manera agonizante y lloriqueó mirando a Fugo, quien lo vio con las mejillas rojas y los ojos cristalizados.

Se apresuró a llegar a su lado, tocó su frente y, pudo jurar que sintió que su mano se quemaba.

—¡Narancia, estás hirviendo en fiebre! ¿Cómo demonios te enfermaste?

—Me bañé anoche y me acosté a estudiar, pensé que si no me secaba el cabello iba a poder mantenerme despierto y alerta, pero me dormí.

Fugo se movió por la casa, buscando algún paño o pedazo de tela que pudiese mojar para ponerle a la frente.

Flufftober (JoJo's Edition)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora